Un refugiado angoleño se integra con éxito en Rusia
Un refugiado angoleño se integra con éxito en Rusia
MOSCÚ, Federación de Rusia, 5 de Mayo de 2013 (ACNUR) – Lema Dane fue llevado a Rusia por su familia como refugiado cuando tenía un año. Estuvo en un orfanato durante seis años, fue reclamado por su madre y después abandonado cuando ella volvió a Angola. El inicio de su vida fue muy complicado.
Dane, que ahora tiene 20 años y estudia para ser actor, ha superado enormes obstáculos hasta llegar a ser un ejemplo de un refugiado que se ha integrado con éxito en su nuevo hogar.
Él es uno de los aproximadamente 500 refugiados registrados por ACNUR que han vivido en Rusia desde los 90. Durante esos años, ACNUR y sus socios, en colaboración con los Servicios Federales de Migración rusos, les han prestado apoyo social y asesoramiento legal para ayudarles a encontrar soluciones a largo plazo y lograr, progresivamente, pasar de la asistencia concedida por ACNUR a la que ofrecen los servicios estatales.
Dane solo tenía un año cuando sus padres le trajeron de Angola a Rusia, en 1994. Su madre y su padre pasaron por muchas dificultades en el nuevo país y en 1997 llevaron a Dane a un orfanato. Vivió allí hasta el 2003, cuando su madre lo recogió para vivir con su nuevo marido en Moscú.
Al poco tiempo tuvo una nueva hermana, Prescillia, pero en 2006 su madre se fue a Luanda, supuestamente para encontrar un nuevo lugar de residencia para la familia. Pero nunca volvió, y Dane se quedó en Rusia con su padre adoptivo y su hermanastra.
Por tratarse de un caso especialmente vulnerable, ACNUR siguió muy de cerca la vida de Dane. Los trabajadores sociales de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados examinaban regularmente las condiciones de vida de la familia, proporcionándoles ayuda extra para educar y alimentar a los niños, y consideraron diferentes opciones para lograr una solución a largo plazo para ellos.
La suerte de Dane cambió. Con la ayuda de ACNUR, él y su padre adoptivo finalmente obtuvieron un estatus legal en Rusia, que les permitió trabajar, estudiar e integrarse completamente en el país.
Después, en el año 2007, Dane consiguió el papel principal en la película "Cosmonaut's Grandson", dirigida por el actor y director ruso Andrei Panin. Durante el rodaje Dane tuvo muy buena relación con todos los actores.
"Sólo había una dificultad en la película: tenía que interpretar el papel de un hooligan, y eso me hacía sentir incómodo en algunas escenas" confiesa Dane.
Le pagaron bien y recibió un ordenador portátil por participar en la película. Además, logró un sueño: ser actor profesional.
ACNUR continúa siguiendo de cerca la situación de Dane e interviniendo cuando es necesario. En 2010 le ayudaron a entrar en un colegio de Moscú para que pudiera continuar sus estudios en un ambiente agradable. El chico demostró determinación, motivación y disciplina. Llevaba bien sus estudios, especialmente los de historia y literatura.
Después de las clases, se iba con sus amigos a jugar al fútbol o a organizar un grupo de teatro. Y continuaba con su sueño de estudiar arte dramático tras la escuela secundaria.
"El caso de Dane muestra que el éxito de la integración en Rusia es posible, incluso tras los frustrantes períodos de soluciones temporales. Nuestro trabajo consiste en ayudar a las autoridades y a la sociedad civil a mejorar las vías legales y sociales para lograr la integración de quienes buscan asilo en Rusa" afirma el Representante de ACNUR en Rusia, Gesche Karrenbrock.
"Mediante una amplia estrategia de soluciones, ACNUR persigue progresivamente un cambio positivo hacia soluciones duraderas. La integración de niños refugiados como Dane beneficiará a toda la sociedad" añade Karrenbrock.
El año pasado Dane acabó la escuela secundaria. Ahora su sueño está cada vez más cerca de hacerse realidad: estudia arte escénico en el Culture College de la ciudad de Cheliabinsk y después de cuatro años, conseguirá su diploma de Arte Dramático.
Cuando se le pregunta por su futuro, Dane dice: "Pienso en cosas habituales, probablemente como las demás personas: tener mi propia casa y mi familia. Todo va bien".
Por Ekaterina Myadrizova en Moscú, Federación de Rusia