Alto Comisionado pide un mayor apoyo para los refugiados congoleños
Alto Comisionado pide un mayor apoyo para los refugiados congoleños
MUSASA, Burundi – Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ha exhortado a la comunidad internacional a que preste un mayor apoyo a la República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi, ahora que estos países están intensificando sus esfuerzos para buscar soluciones duraderas a las situaciones prolongadas de refugiados en la región de los Grandes Lagos.
El Sr. Grandi dijo que los países vecinos de África Central, todos los cuales acogen a un gran número de refugiados mutuos, deben colaborar estrechamente y redoblar los esfuerzos para poner fin al resultado de más de dos decenios de conflictos interrelacionados y solapados.
El Sr. Grandi encomió la generosidad de estos países y aseguró a todas las partes que el ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, estaba siempre dispuesto a apoyar el diálogo y prometió que pediría un mayor esfuerzo financiero a los donantes en una conferencia sobre la situación humanitaria en la República Democrática del Congo, incluida la situación de los refugiados congoleños y los desplazados internos, la cual se celebraría el viernes en Ginebra.
El Alto Comisionado dijo que hay varios países en la región que siguen acogiendo a un gran número de refugiados, hasta un total de aproximadamente 700.000, y que este esfuerzo, que continúa desde hace muchos años, merece un mayor reconocimiento", declaró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados al concluir su visita de una semana de duración a la región.
"Es preciso reconocer la generosidad de estos países y comunidades de acogida, que comparten sus escasos recursos. Esta generosidad no debe darse por sentada y estos países necesitan ayuda. Lo que he visto aquí es que algunas necesidades básicas aún no están totalmente cubiertas", añadió el Sr. Grandi.
Durante su visita, el Alto Comisionado se reunió con refugiados congoleños en Ruanda y Burundi, con refugiados burundianos en la República Democrática del Congo y Ruanda y con refugiados ruandeses en el Congo, que se están preparando para regresar a su país después de más de 20 años. Todos le contaron historias similares. Deseaban tener paz y seguridad para poder trabajar y para que sus hijos pudieran recibir una educación adecuada.
Muchos hablaron de los sufrimientos ocasionados por los grandes desplazamientos de población y la inseguridad que conllevan: alojamientos inadecuados, escasez de alimentos y servicios de salud y educación saturados. La mayoría de ellos dijeron que querían trabajar y ser autosuficientes.
En Burundi, se reunió con un grupo de refugiados jóvenes que se dirigían a él como "Papá" y le pidieron que intentara brindarles mayores oportunidades.
Filippo Grandi afirmó que sus preocupaciones apuntaban a la necesidad de un enfoque más inclusivo. En el futuro, la ayuda debe incluir la dimensión de los refugiados hasta que se encuentren soluciones duraderas.
"Son ellos los que tienen que construir su futuro, y nosotros tenemos que ayudarles, no solo proporcionándoles alimentos y artículos de socorro, sino también ayudándoles a aprender un oficio, ayudándoles a tener una educación mejor, ayudarles a moverse mejor por el país para poder salir a buscar un empleo", dijo.
Añadió que era crucial aplicar un enfoque integral y también facilitar el desarrollo de las comunidades de acogida.
"La asistencia humanitaria sigue siendo importante pero debemos introducir un cambio sustancial en el tipo de ayuda que proporcionamos. Debemos promover una mayor autosuficiencia y una mayor inclusión en las comunidades locales", dijo.
"También tenemos que ayudar a las comunidades locales para que sus recursos económicos puedan absorber a un mayor número de personas y para que también ellas puedan beneficiarse. Estas regiones son pobres y están compartiendo sus escasos recursos. Queremos darles las gracias por su hospitalidad", añadió.
Ruzigama Gentil, de 22 años, que pidió prestados unos bonitos pantalones blancos y una camisa hacienda juego para reunirse con el Alto Comisionado, explicó que había llegado a Burundi procedente de la turbulenta región congoleña de Kivu del Sur hacía más de 10 años, cuando tenía 11 años.
Añadió que no había perdido la esperanza, pero se sentía frustrado por la falta de oportunidades que tenía ante sí.
"Aunque logre obtener el diploma de educación superior, no puedo trabajar ni tampoco cuento con medios para seguir estudiando. El trabajo te ayuda a vivir pero aquí no hay trabajo para nosotros", dijo.
"Todas las repatriaciones deben ser voluntarias, afirmó Filippo Grandi."
En Goma, el Alto Comisionado se reunió con refugiados de Ruanda que están esperando regresar a su país, del que salieron hace más de 20 años, y que son miembros de la población de refugiados ruandeses en la República Democrática del Congo, que asciendo a unos 220.000.
Explicaron los problemas que tenían para llegar a las zonas de concentración para su posterior traslado a los pasos fronterizos sin correr el riesgo de ser atacados por las "fuerzas negativas" que se oponen a la paz.
El Alto Comisionado acogió con satisfacción las noticias relativas al retorno de algunos refugiados burundeses de Tanzanía a Burundi, pero hizo hincapié en que todas las repatriaciones en la región deben ser voluntarias.
"Me reuní con el Presidente de Burundi y con funcionarios de su Gobierno y me dijeron que todos los repatriados son bien recibidos. Le dije al Presidente que eso me parecía bien pero que lo que necesitamos son dos cosas. Una es la seguridad; las personas tienen que confiar en la seguridad del país. Y la segunda es un programa de reintegración adecuado para que los refugiados puedan rehacer sus vidas en su país de origen", subrayó.
Por Jonathan Clayton
Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.