"Estaba destinada a trabajar con personas refugiadas"

Nombre: Robina Kolok, 35 años, originaria de Sudán del Sur.

Puesto: Oficial adjunta de suministros, destinada temporalmente en Cox's Bazar, Bangladesh, desde su lugar de destino en Kenia.

Años en ACNUR: Siete, trabajando en Sudán del Sur, Etiopía y Kenia.

¿Por qué se convirtió usted en trabajadora humanitaria?

Creo que estaba destinada a trabajar con refugiados. Yo fui refugiada urbana en Kenia, habiéndome marchado de Sudán del Sur cuando era muy joven. Era beneficiaria de ACNUR, la Agencia se hizo cargo de mi educación primaria. Descubrí a ACNUR a una edad temprana.

Además, más tarde, mi madre se unió al Programa Mundial de Alimentos en Sudán del Sur. Cuando fui a visitarla al trabajo, se dedicaba a programas como la distribución de alimentos. Ver a la gente recibir la ayuda humanitaria y cómo apreciaban lo que estaban recibiendo, me hizo querer hacer lo que ella estaba haciendo. Vi la satisfacción que obtenía de su trabajo. Esto me motivó a seguir sus pasos.

¿Cuál es el aspecto más gratificante/estimulante de su trabajo?

En solo tres meses, más de 600.000 refugiados Rohingyas han huido de la violencia en Myanmar, en busca de seguridad en Bangladesh. Lo que me está sorprendiendo de esta emergencia es la rapidez con la que ha crecido. Pero los recursos que se le destinan no lo hacen a la misma velocidad. Estamos donando mucho, pero es como una gota en el océano.

Desde el punto de vista logístico, esto significa más trabajo para nosotros en nuestro almacén, porque estamos empaquetando varios artículos de ayuda como bidones, láminas de plástico, mantas, mosquiteras, ollas y lámparas solares. Pero cuando se trata de la distribución, es más fácil. En los campamentos, los refugiados tienen que caminar mucho para recoger los artículos de ayuda. Así es que tenerlos todos en un solo paquete, les facilita su transporte.

© ACNUR

Robina en su trabajo en el almacén de Cox's bazar, Bangladesh.

Para hacer este trabajo, debes ser fuerte, y tener una voz de autoridad. Tratas con personas, sobre todo hombres, de distintas procedencias, desde obreros hasta cargadores, desde camioneros hasta directores. Necesitas tener todas estas características, que creo que las mujeres tenemos.

¿Cuál ha sido su mejor día en el trabajo?

Acababa de empezar mi carrera en las Naciones Unidas cuando participamos en la repatriación de refugiados dese Uganda hacia Sudán del Sur. Cuando los vi regresar, tenían la sensación de volver a casa. Tenían pertenencias que llevaban de vuelta con ellos y estaban muy contentos de volver a estar en su propia tierra.

No estábamos haciendo mucho por ellos, estábamos distribuyendo herramientas y plántulas, pero lo que vi en sus caras fue la esperanza de un mañana nuevo y mejor. Ese fue el mejor día de mi vida. Sobre todo, porque proviniendo de la misma comunidad, parecía que las cosas estaban cambiando a mejor.

¿Cuál ha sido el peor día en el trabajo?

De hecho, está relacionado con el que he dicho que era el mejor día de mi carrera. Fue cuando vi cómo esa esperanza empezaba a desmoronarse a finales de 2013, cuando los enfrentamientos volvieron a Sudán del Sur. Yo estaba conduciendo por una carretera, saliendo de la ciudad, y por ella iban caminando todas aquellas familias llevando sobre sus cabezas colchones, cubos, todas sus pertenencias, marchándose de Sudán del Sur, intentando cruzar la frontera con Uganda. Hacía solo unos años que habían vuelto a casa, y ahora estaban dejando su hogar atrás de nuevo. Para mí, resultó doloroso.

La Agencia de la ONU para los Refugiados trabaja en 130 países ayudando a hombres, mujeres y niños que han sido expulsados de sus hogares por las guerras y las persecuciones. Nuestro cuartel general está en Ginebra, pero el 87% de nuestra plantilla están sobre el terreno, ayudando a los refugiados. Este perfil forma parte de una serie que da visibilidad a nuestra plantilla y al trabajo que llevan a cabo.

Gracias a la Voluntaria en Línea Esperanza Escalona Reyes por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.