ACNUR alerta de que la violencia de género se agravará con el aumento de la hambruna, la inseguridad y la falta de fondos
ACNUR alerta de que la violencia de género se agravará con el aumento de la hambruna, la inseguridad y la falta de fondos
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, alerta de que, con el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, los nuevos conflictos -que se unen a los que ya estaban activos-, y la falta de fondos humanitarios, está aumentando el riesgo de que mujeres y niñas desplazadas sufran violencia de género.
“Las personas desplazadas por la fuerza están sufriendo los estragos de una tóxica mezcla de diversas crisis, que incluyen conflictos, cambio climático, costes desorbitados y los efectos de la guerra en Ucrania. Esto puede verse en todo el mundo, pero las mujeres y las niñas se llevan la peor parte”, indicó Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Muchas personas refugiadas y desplazadas internas no pueden cubrir necesidades básicas por la inflación, que se une también a la limitada asistencia humanitaria que se está brindando debido a la escasez de fondos y la interrupción de las cadenas de suministro.
Las mujeres y las niñas desplazadas suelen ser las más vulnerables frente a las crisis, debido a la pérdida de bienes y medios de subsistencia, la interrupción de redes de apoyo comunitarias y el hecho de que, con frecuencia, se ven excluidas de la educación y de otros tipos de protección social nacional. Ante la escasez de alimentos y el aumento de los precios, muchas mujeres y niñas se ven obligadas a tomar decisiones desgarradoras para sobrevivir.
“Tras agotar sus ahorros, muchas personas se saltan comidas; envían a sus hijas e hijos a trabajar en lugar de que vayan a la escuela; y, en algunos casos, no les queda más remedio que mendigar o dedicarse a la venta o el intercambio de sexo para sobrevivir. Demasiadas personas se encuentran expuestas a un mayor riesgo de explotación, trata, matrimonio infantil y violencia de género”, señaló Grandi.
En las poblaciones refugiadas en Argelia, Bangladesh, Camerún, Chad, Etiopía, Kenia, Níger, República del Congo, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda y Zambia, ACNUR ha detectado graves problemas de nutrición, que incluyen anemia, desnutrición aguda y retraso en el crecimiento. En el sur y el este de África, se han limitado las raciones de comida para más de tres cuartas partes de las personas refugiadas, las cuales no pueden satisfacer necesidades básicas. En Siria, 1,8 millones de personas en campos de desplazados enfrentan inseguridad alimentaria grave, mientras que nueve de cada diez refugiados sirios en Líbano no pueden pagar servicios o alimentos esenciales.
En las Américas, la mitad de las personas desplazadas por la fuerza se alimenta apenas pueden hacer dos comidas al día y, según datos de ACNUR, tres cuartas partes de estas personas han reducido la cantidad o la calidad de sus alimentos. Por otra parte, se prevé que la inseguridad alimentaria se acentúe aún más en Yemen y el Sahel, y que millones de personas desplazadas internas en países como Somalia y Afganistán caigan en situaciones donde el 90% de la población no podrá consumir suficientes alimentos.
Existe un espeluznante y pernicioso ciclo de hambruna e inseguridad, que se agravan entre sí, y que al mismo tiempo incrementan los riesgos a los que hacen frente mujeres y niñas, ya que en comunidades de todo el mundo se adoptan dañinas estrategias de supervivencia.
Se han reportado casos de niñas que han sido obligadas a casarse para que su familia pueda comprar comida, lo cual es estremecedor. En África Oriental y el Cuerno de África están aumentando los matrimonios infantiles, que se utilizan para liberar la presión sobre los ingresos familiares. Las sequías también han agravado los riesgos de violencia sexual, ya que mujeres y niñas están siendo forzadas a recorrer mayores distancias para recolectar leña o agua.
Aunque la necesidad de contar con programas para atender la violencia de género nunca había sido tan apremiante, para ACNUR resulta preocupante que la financiación no se adecúe a la realidad de estas necesidades. ACNUR ha detectado que a nivel mundial, las necesidades para 2023 para los programas de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género ascienden a unos $340 millones de dólares (USD), es decir, la mayor cifra de la que se tenga registro.
Este año, la temática de la ONU para conmemorar los 16 Días de Activismo gira en torno a la unión para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas. En el marco de esa temática, para que las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza puedan satisfacer sus necesidades básicas, ACNUR insta a los donantes no solo a apoyar los servicios esenciales de prevención y respuesta a la violencia sexual y de género, sino también a proporcionar fondos para los programas humanitarios que permiten salvar vidas.
Para obtener más información sobre el trabajo de ACNUR para acabar con la violencia de género, visita https://www.acnur.org/violencia-sexual-y-de-genero.html.
Para obtener más información con respecto a este tema, contacta a:
- En Ginebra, Shabia Mantoo, [email protected], +41 79 337 7650