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Discurso de apertura del Alto Comisionado en el Evento Ministerial del Proceso de Cartagena+40

Discursos y declaraciones

Discurso de apertura del Alto Comisionado en el Evento Ministerial del Proceso de Cartagena+40

Adopción de la Declaración y Plan de Acción de Chile 2024-2034
11 Diciembre 2024 Disponible también en:
Filippo Grandi hablando durante la sesión.

Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, dando el discurso de apertura durante el Evento Ministerial del Proceso de Cartagena+40.

Excelencias,

Distinguidas delegadas, distinguidos delegados,

Colegas, queridas amigas y amigos

Estamos en un mundo donde los éxitos del multilateralismo son escasos y la comunidad internacional parece cada vez más incapaz de prevenir y resolver conflictos. Un mundo en el cual movimientos mixtos de personas refugiadas y migrantes han alcanzado cifras inimaginables – y a menudo ocurren en circunstancias catastróficas. Alcanzar acuerdos que cambien positiva y significativamente el curso de la historia se ha vuelto difícil, y solemos perder la esperanza. Por esto, es un placer – y un honor – conmemorar con ustedes el 40 (cuarenta) aniversario de la histórica Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984, y celebrar su Proceso.

Gracias al Gobierno de Chile por su liderazgo y cálida recepción, así como a Brasil, Colombia y México por haber coadyuvado en las consultas de Cartagena+40. También expreso mi aprecio a todos los países, a las y los representantes de las personas refugiadas y desplazadas y los otros actores de la sociedad involucrados en el diseño y construcción de este nuevo hito. Su esfuerzo es una demostración concreta de inclusión, en consonancia con los principios de solidaridad y responsabilidad compartida, y es también una forma innovadora y eficaz de fortalecer la implementación del Pacto Mundial sobre los Refugiados.

Agradezco igualmente a CEPAL por acogernos en esta sala histórica que refleja el espíritu de cercanía que prima en la región.

A lo largo del Proceso de Cartagena+40 ustedes han probado el poder del diálogo y la reflexión sincera. ¡Y esto no lo podemos subestimar! Nuestros contextos, nuestras experiencias, nuestras opiniones pueden ser distintas. Pero cuando son todas acogidas con un espíritu de unidad y guiadas hacia un interés superior, podemos encontrar puntos de encuentro y convertirlos en cooperación entre individuos y naciones. Como lo dice la Declaración de Cartagena, “muchos de los problemas jurídicos y humanitarios que han surgido en la región […] en lo que se refiere a los refugiados, sólo pueden ser encarados teniendo en consideración la necesaria coordinación entre los sistemas universales, regionales y los esfuerzos nacionales”. El Espíritu de Cartagena que nació hace 40 años, sigue vigente, con su profunda tradición de paz, asilo y protección que han caracterizado a América Latina y al Caribe a lo largo de su historia.

Cartagena+40 sigue fiel al carácter pionero, apolítico y humanitario de este espíritu, proponiendo respuestas a los retos más apremiantes de la actualidad – y quizás de la próxima década – no solo para la región, sino para el mundo.

Ustedes han encontrado respuestas concretas a la complejidad de los movimientos a gran escala, considerando, de forma coordinada e integral, los riesgos enfrentados en los países de origen, tránsito, destino, de retorno. Basadas en un enfoque de protección, muchas de estas iniciativas tienen la posibilidad de ayudar a estabilizar a las personas en los países. Juntos, ponemos en práctica la complementariedad entre el Pacto Mundial sobre los Refugiados y el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, que se realiza bajo la coordinación de nuestra agencia hermana: Organización Internacional para las Migraciones. 

Reconociendo las – ya probadas – contribuciones de las personas refugiadas, desplazadas y apátridas al desarrollo de las comunidades y países que las acogen, se ha podido confirmar la importancia de la inclusión y – cuando es posible – de la integración. Me complace ver, por ejemplo, que el sector privado se suma cada vez más a nuestros esfuerzos de abogacía en materias claves de protección e integración y atención a las comunidades de acogida – su promoción del empleo, y su involucramiento en aspectos como el derecho al trabajo, o acceso a la documentación.

Por último, es muy alentador que se haya abordado lo que es uno de los mayores desafíos de nuestro siglo, tanto por sus consecuencias, como por la dificultad que ha tenido el mundo para encontrar puntos comunes para enfrentarlos: los efectos adversos del cambio climático y los desastres y sus impactos en el desplazamiento. América Latina y el Caribe están marcando la ruta para explorar respuestas de protección en estas situaciones de desplazamientos internos y transfronterizos.

El ACNUR seguirá firme en su compromiso de apoyar esta unión y la implementación de las acciones acordadas y acompañar el seguimiento a lo largo de la próxima década. Reitero el llamado a todos los sectores de la sociedad – ¡todos! – para que también sigan apoyando estas iniciativas.

Solo a través de nuestras acciones concertadas y concretas podremos consolidar el principio y las estrategias de responsabilidad compartida a nivel regional y global.

Juntos, podremos contribuir a un relato más sincero, combatiendo las instancias de discriminación y las retóricas de xenofobia, y construir una realidad más justa para todos.

Que este evento que nos reúne pueda reunir las múltiples voces de Cartagena+40, amplificarlas en un coro de expresiones de solidaridad, de compromiso y cooperación. Unidos podemos reflexionar y avanzar. Unidos podemos brindar una esperanza para las personas que lo necesitan y para todo mundo.

Muchas gracias, Obrigado, Merci, Thank You