En la República Dominicana, una lideresa comunitaria previene la violencia de género con consejos y empatía para sus vecinos
En la República Dominicana, una lideresa comunitaria previene la violencia de género con consejos y empatía para sus vecinos
Zulema, quien tiene 58 años, nació, creció y vive en la comunidad de Juan Felipe, provincia de Elías Piña, al oeste de República Dominicana. Siempre se ha preocupado y ha trabajado por el bienestar de su comunidad, ubicada en una de las zonas más vulnerables del país.
“Mi trabajo en la comunidad es orientar a las personas y a las familias usando las herramientas de las capacitaciones que he recibido, para que así no tengan problemas de salud, ni familiares. Soy promotora de la comunidad, y doy consejos para que todas las cosas marchen bien”, dice Zulema, quien es conocida por su liderazgo y disposición a ayudar a sus vecinos.
“Doy consejos para que todas las cosas marchen bien”.
El trabajo que realiza Zulema no es sencillo. Elías Piña es una provincia principalmente rural, de pocos habitantes, y con una limitada cobertura de servicios públicos esenciales, incluyendo acceso a agua potable, saneamiento y electricidad. Además, esta comunidad tiene el mayor porcentaje de pobreza y de carencia de documentos de identidad en todo el país.
“Los principales problemas de mi comunidad es que hay muchos niños sin declarar, padres que no han podido tener los documentos. También tenemos problemas de agua, y no hay trabajo para la juventud”, comenta.
Además de Elías Piña, ACNUR también trabaja con comunidades en situación de vulnerabilidad en las provincias fronterizas de Dajabón y Jimaní, que presentan indicadores de desarrollo humano similares.
Para abordar parte de las situaciones que enfrentan estas comunidades, ACNUR brindó capacitaciones sobre el acceso a la protección internacional y la prevención de la violencia basada en género, explotación y abuso sexual. Gracias a este proyecto, casi 70 líderes comunitarios, incluida Zulema, cuentan con mayores herramientas para que también puedan convertirse en multiplicadores de información y herramientas de protección.
ACNUR, con el apoyo de la Unión Europea, realizó 12 actividades comunitarias con la participación de más de 500
“Yo me enteré de los talleres por otro muchacho que vive en la comunidad”, comenta Zulema.
En los talleres, se realizaron sesiones informativas dirigidas tanto a mujeres y niñas, como a hombres, centrándose en la prevención, la mitigación de riesgos, la respuesta a la violencia de género y explotación sexual, y las nuevas masculinidades.
“Recuerdo el taller sobre violencia de género. Es muy importante esta formación por todos los problemas que han surgido, que han quedado niños huérfanos, madres sin niños. En una familia dividida nunca hay crecimiento. Si los hijos ven que sus padres usan la violencia ellos también la generan. Nosotros no queremos una comunidad con violencia, esperamos que todos vivan en paz y en unión”, asegura Zulema.
“Nada a la mala es bueno… todo debe ser en amor”.
ACNUR trabaja con la comunidad brindando asesoría a casos de sobrevivientes de violencia de género en República Dominicana. También, trabaja cercanamente con lideresas como Zulema para hacer frente a esta problemática.
Este trabajo implica acompañar a la persona sobreviviente de violencia para garantizar su acceso a servicios legales, de seguridad física, psicosociales y de salud. Algunos de los servicios son brindados por el Estado dominicano u otras instituciones locales, y otros son brindados por ACNUR y sus socios en todo el país.
“El contenido de los talleres se aplica en mi trabajo comunitario porque hablamos con la gente de cómo reducir la violencia y que las cosas no lleguen lejos. Por ejemplo, hay una familia vecina que tiene problemas de violencia. Uno les da consejo y les dice por qué no deben hacer eso, a ver si cogen entendimiento. Porque nada a la mala es bueno… todo debe ser en amor”, concluye Zulema con una sonrisa.