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Las mujeres desplazadas tienen un papel crucial en la reconstrucción de una Siria libre

Historias

Las mujeres desplazadas tienen un papel crucial en la reconstrucción de una Siria libre

En este Día Internacional de la Mujer, insto a la comunidad internacional a apoyar los esfuerzos de las mujeres sirias desplazadas por la fuerza para forjar el futuro de su nación.
7 Marzo 2025 Disponible también en:
Una joven con un pañuelo rosa en la cabeza carga en sus manos unos libros de texto en un campamento

Rawa'a, una joven de 18 años de Daraa, se graduó recientemente en la escuela secundaria del campamento de refugiados jordano de Za'atari. Vive ahí con su familia desde 2013.

Los últimos 14 años han quedado marcados en mi alma. Recuerdo vívidamente el día en que comenzaron los gritos de libertad en mi ciudad, Homs. Tenía apenas 17 años, y tanto la emoción como el miedo eran compañeros constantes. Mi familia y yo fuimos desplazados por la fuerza más de seis veces. Bombardearon nuestra casa, perdimos a seres queridos y sobrevivimos a experiencias cercanas a la muerte demasiadas veces para contarlas. A veces, todavía me pregunto cómo es que estoy viva.

En 2018, recibí una beca para cursar un máster en Reino Unido, y dejé atrás mi hogar, mi familia, mi comunidad y la vida que conocía. Cuando me gradué, la situación de seguridad dentro de Siria seguía siendo muy inestable y no tuve más opción que solicitar asilo. Me convertí en refugiada, una etiqueta que conlleva tanto inmensas dificultades como una profunda fortaleza.

Sé que mi historia no es única. Se hace eco de las experiencias de millones de mujeres sirias, desplazadas internas y externas, muchas de ellas profundamente traumatizadas, pero perseverantes. Al ver el futuro de Siria, una cosa está clara: las mujeres sirias debemos estar al frente del proceso de reconstrucción para hacer realidad la Siria libre y democrática con la que hemos soñado y por la que hemos luchado durante estos últimos 14 años.

La realidad del desplazamiento y las dificultades

Las estadísticas trazan una cruda imagen de los retos a los que nos enfrentamos. De acuerdo con ACNUR, millones de personas sirias siguen desplazadas dentro del país, sin hogares a los cuales regresar y con recursos limitados. Incluso con los cambios en el panorama político, las necesidades humanitarias persisten y más del 90 por ciento de la población siria vive por debajo del umbral de la pobreza, en condiciones extremas. Los informes sobre problemas de seguridad, como robos, secuestros, crímenes por venganza y violencia sexual, son elevados, y las mujeres suelen ser las víctimas. Además, los bombardeos y la ocupación israelíes al suroeste del país están provocando nuevos desplazamientos y riesgos, también para las mujeres y las niñas, y amenazan la frágil paz de Siria.

Una reciente encuesta de ACNUR entre la población refugiada siria que vive en la región reveló que el 27 por ciento tiene intención de regresar a su país en los próximos 12 meses, pero la mayoría sigue dudando, argumentando motivos de seguridad, así como la falta de vivienda y empleo.

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Estas cifras no son solo números; representan vidas trastornadas, futuros inciertos y un trauma colectivo que tardará generaciones en sanar. Sin embargo, tras estas cifras se esconden historias de resiliencia, de mujeres sirias que han demostrado una fuerza extraordinaria frente a una adversidad inimaginable.

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He sido testigo del poder de mujeres sirias revolucionarias como May Scaff, Lama Al-Basha, Razan Zeitouneh, Fadwa Suleiman y muchas otras que fueron detenidas, torturadas y desaparecieron forzosamente por alzar su voz contra el régimen de Assad. Estas mujeres desafiaron valientemente a la dictadura, sacrificando sus vidas por una Siria libre y democrática para toda la población, independientemente de su religión, procedencia, género o etnia.

Apoyar a las mujeres e invertir en ellas

He dedicado mi vida adulta a defender a Siria, a sus mujeres y a sus refugiados. He visto a muchas otras mujeres sirias hacer lo mismo en el exilio: trabajar incansablemente para liberar a los detenidos, y liderar el cambio político y social en sus países de refugio.

Esta labor ha contribuido a acabar con los estereotipos sobre las mujeres refugiadas. A menudo se nos ha percibido como víctimas o cargas, pero hemos demostrado que, incluso en las circunstancias más difíciles, somos un activo: con talento e ingeniosas. Queremos contribuir a las sociedades en las que residimos y a los países de origen a los que esperamos volver; simplemente necesitamos la oportunidad de demostrar lo que tenemos para ofrecer.

Somos líderes, responsables de la toma de decisiones, y poseemos los conocimientos y la experiencia vivida para dar forma a soluciones que afectan a nuestras vidas. Debemos ser incluidas de forma significativa en todos los niveles de la toma de decisiones, desde las iniciativas locales hasta las negociaciones internacionales, tanto en nuestros nuevos países como en nuestros países de origen, cuando podamos contribuir de manera segura.

La comunidad internacional tiene un papel crucial que desempeñar en el apoyo a las mujeres sirias. Puede hacerlo de las siguientes maneras:

  • Reconocer el derecho de las mujeres refugiadas a tomar decisiones informadas sobre su retorno. Ninguna mujer, independientemente de su religión, etnia o sexualidad, debe ser presionada para regresar a Siria hasta que se sienta completamente segura y protegida para hacerlo.
  • Garantizar que la ayuda exterior incluya fondos destinados a empoderar a las mujeres sirias y apoyar su inclusión en puestos de liderazgo político, económico y civil.
  • Invertir en programas que aborden las necesidades de las mujeres, incluido el apoyo a la salud mental para ayudarlas a procesar la pérdida y el trauma que han sufrido. El apoyo a la salud mental que recibí en el exilio me salvó la vida y me permitió contribuir a mi nuevo hogar. Debe prestarse especial atención al apoyo a las mujeres que acaban de ser liberadas y a las que están superando la desaparición forzada de sus seres queridos.
  • Colaborar con las mujeres sirias de la diáspora que tienen valiosas habilidades y experiencias que compartir. Deben crearse plataformas para ponerlas en contacto con mujeres sirias que puedan beneficiarse de su tutoría, recaudación de fondos y defensa.
  • Continuar apoyando la ayuda para hacer frente a las crisis humanitarias en curso, tanto dentro de Siria como en los países de acogida.

Al conmemorar el Día Internacional de la Mujer, quiero felicitar a todas las mujeres refugiadas y a todas las mujeres revolucionarias que luchan por su libertad y sus derechos. Quiero reconocer a todas las mujeres sirias: las detenidas, las desaparecidas por la fuerza, las activistas políticas, las manifestantes, las madres, hijas, hermanas y esposas que sacrificaron sus vidas cuidando de sus familias. Siria no estaría libre de la dictadura si no fuera por su sacrificio, su valentía y su poder.

La transición en Siria ofrece una oportunidad única para construir una sociedad más justa y equitativa, en la que las mujeres puedan desarrollar todo su potencial. Pero será necesario un esfuerzo concertado de la comunidad internacional, los gobiernos, los donantes, el sector privado y la sociedad civil para apoyarnos a nosotras, las mujeres sirias, las expertas y las líderes de la sociedad civil, para dar forma a la Siria que imaginamos.

Nosotras, las mujeres sirias, dentro y fuera de Siria, SOMOS las líderes, las responsables de la toma de decisiones y las agentes del cambio que la futura Siria necesita. Pedimos a nuestros aliados internacionales que se comprometan a apoyarnos en nuestros esfuerzos por reconstruir nuestras vidas, nuestra sociedad y nuestra nación. El futuro de Siria depende de nosotras.

Este artículo fue escrito para ACNUR por Nour Jarrouj, experta en la defensa de los refugiados sirios y asesora en inclusión estratégica y cambio organizacional, quien ha trabajado en los sectores humanitario y de refugiados durante más de 11 años. Es licenciada en Economía por la Universidad de Damasco y tiene un máster en Violencia, Conflicto y Desarrollo por la Universidad SOAS de Londres.