El primer convoy de repatriación de ACNUR desde 2020 parte de Angola hacia la República Democrática del Congo
El primer convoy de repatriación de ACNUR desde 2020 parte de Angola hacia la República Democrática del Congo
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha reanudado hoy la repatriación voluntaria de refugiados congoleños desde Angola, tras haberse suspendido las salidas en 2020 a causa de la COVID-19.
El primer convoy de 88 personas refugiadas congoleñas partió esta mañana desde el asentamiento de Lôvua, en el norte de Angola, hacia la frontera con la República Democrática del Congo (RDC). Está previsto que el convoy llegue a la RDC mañana.
La repatriación voluntaria está organizada por ACNUR, junto con los gobiernos de Angola y de la RDC, en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y varios socios.
Las personas refugiadas viajaron en camiones de la OIM hacia la frontera de Chicolondo, donde pernoctarán en un centro de tránsito antes de cruzar la frontera. En las próximas semanas están programados nuevos convoyes que cruzarán la frontera a través de Chissandra. Las personas refugiadas se dirigirán a diferentes destinos en la zona occidental de la RDC, como Kasai, Kasai Central, Kwilu, Sankuru, Lomami, Lualaba y Kinshasa, la capital.
Aunque el conflicto continúa en el este de la RDC, la mejora de la seguridad en el oeste ha reabierto la posibilidad a los congoleños de regresar a su país de forma digna y segura. Tras su llegada a la RDC, los congoleños repatriados recibirán una ayuda económica en efectivo para contribuir a cubrir necesidades básicas, tales como higiene personal, utensilios domésticos y una primera asistencia para el alquiler. También se les proporcionará un apoyo adicional para su integración; por ejemplo, ayudando en la matriculación de los niños en las escuelas. ACNUR seguirá defendiendo y apoyando los aspectos esenciales para la integración en la vida congoleña, como son la seguridad permanente, el apoyo para la subsistencia y la ayuda para gestionar la documentación civil necesaria.
Las personas refugiadas retornadas han compartido con ACNUR su entusiasmo por poder retomar sus vidas en su país tras años de exilio. Muchas de ellas no han visto a sus familias desde que huyeron de la violencia política y étnica en la región congoleña de Kasai en 2017. En esa época, unas 35.000 personas cruzaron la frontera en busca de seguridad en Angola. La mayoría de ellas fueron alojadas en el asentamiento de Lôvua en la región de Lunda Norte. En los últimos años, muchas personas refugiadas han vuelto de forma espontánea a la RDC. A día de hoy, Lôvua acoge a unos 7.000 refugiados.
Más de 600 refugiados congoleños han manifestado su deseo de ser repatriados. Con la reanudación de la operación retorno voluntario, es probable que sean muchos más los que muestren interés en este programa.
El programa de repatriación voluntaria desde Angola empezó en 2019, pero fue interrumpido en 2020 debido a las condiciones de las carreteras y del puente sobre el río Kasai, así como a la pandemia de la COVID-19 que llevó al cierre de las fronteras. En la primera fase del programa, casi 3.000 refugiados regresaron a la República Democrática del Congo.
ACNUR ayuda a unas 57.000 personas refugiadas y solicitantes de asilo en Angola, fundamentalmente en las áreas urbanas. Este año, la operación ha recibido 10,3 millones de dólares de los 29,8 millones necesarios, lo que genera un vacío significativo a la hora de atender las necesidades básicas de las personas refugiadas y solicitantes de asilo. Asimismo, ACNUR tan solo ha recibido el 19% de los 225 millones de dólares necesarios para responder a las necesidades crecientes de las personas desplazadas en la RDC.
A nivel mundial, cerca de 430.000 personas pudieron regresar en el último año a sus hogares en condiciones dignas y seguras, lo que supone un incremento del 71% respecto al año anterior. Cerca de dos tercios de las repatriaciones de refugiados fueron a Sudán del Sur. Esta cifra apenas representa el 2% del total de personas refugiadas en el mundo.
La mayoría de las personas refugiadas tan solo quiere volver a su hogar.
La comunidad internacional tiene la capacidad de reducir el número de años que los refugiados pasan en el exilio. Debemos abordar las causas de los conflictos y contribuir a que el retorno de las personas sea más fácil y seguro.
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