"Salí de mi casa por miedo a mi vida"
"Salí de mi casa por miedo a mi vida"
“Sali de mi país por ayuda humanitaria, salí porque necesitaba vivir, salí por miedo a mi vida, por miedo a mi integridad”, son las palabras de Katherynne al recordar los motivos que la obligaron a separarse de su familia y abandonar todo lo que conocía.
En Venezuela, ella estudiaba la universidad cuando asistía a las protestas pacíficas en contra del gobierno. Entonces recibió ataques con gases lacrimógenos por parte de las autoridades. Este constante hostigamiento y amenazas ha obligado a cientos de miles de personas a salir de su país. Así fue el caso de Katherynne, ya que cuando su familia se enteró del peligro que corría, lo primero que pensaron fue que su hija debía de huir para salvarse. “Hicieron todo lo posible y lo imposible para sacarme de ahí”, recuerda.
"Hicieron todo lo posible y lo imposible para sacarme de ahí", recuerda Katherynne.
Cuando Katherynne llegó a México, no sabía que existía la ayuda humanitaria. Ella arribó al país con un único objetivo: salvar su vida. Se acercó al Instituto Nacional de Migración y después conoció gente de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, que la acompañó y ayudó durante el proceso para conseguir la residencia e integrarse a la sociedad que le dio la bienvenida.
Finalmente, logró asentarse en Tijuana, donde tuvo que adaptarse a una ciudad muy distinta a su lugar de origen. “Aquí las distancias son muy largas y estar sola no es nada fácil”. Con el tiempo logró continuar con sus estudios e ingresó a la universidad del estado, lo que ha significado un cambio de rumbo para la vida de Katherynne: “Ahora yo estudio en la UABC, que es la Universidad Autónoma de Baja California, y es increíble, yo amo mucho mi universidad”, cuenta con gusto y orgullo. Tú puedes ayudar a una persona refugiada a rehacer sus vida. DONA AQUÍ
En 2021, se espera que al igual que Katherynne, más jóvenes refugiados tenga acceso a la educación con el apoyo de ACNUR. El programa de integración, de la Oficina en Tijuana, tiene como prioridades garantizar el acceso a los derechos de las personas solicitantes de asilo y refugiadas ubicadas en Baja California. Lo cual se logra a través de un acompañamiento personalizado y encaminado a cubrir sus necesidades de empleo, salud y educación. Se les apoya en la obtención de documentos y se favorecen vínculos con las empresas y escuelas locales.
“Me gustaría contribuir a todo lo que me han dado. Me gustaría dar ese granito de arena para que más personas puedan seguir formándose o tengan una oportunidad como yo la tuve”, son las palabras de Katherynne al referirse a su vida actual. Aunque en un inicio no le resultó sencillo salir de su país y adaptarse a un nuevo entorno, hoy ella está agradecida con México por recibirla y permitirle reconstruir su vida.
Las personas continúan saliendo de Venezuela para huir de la violencia, la inseguridad y las amenazas; por la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales.
Las personas continúan saliendo de Venezuela para huir de la violencia, la inseguridad y las amenazas; por la falta de alimentos, medicinas y servicios esenciales. Esta se ha convertido en una de las principales crisis de desplazamiento del mundo. Alrededor de 5.4 millones de venezolanos y venezolanas se encuentran viviendo en el exterior, la gran mayoría en países de América Latina y el Caribe. En México habitan 10,771 personas venezolanas reconocidas como refugiadas, datos del ACNUR al 30 de junio del 2020.
Las personas refugiadas, al igual que tú tienen sueños y aportan mucho a los países que los reciben, solo necesitan una oportunidad. Tú puedes darles la mano y ayudarles a vivir en espacios donde encuentren protección.
Sé parte del ACNUR con una donación y cambia la vida de miles de personas que, como Katherynne, buscan sobrevivir a las adversidades. No lo dudes, ¡DONA AHORA!