Capacitación culinaria reaviva la esperanza de personas refugiadas en Washington, D.C.
Capacitación culinaria reaviva la esperanza de personas refugiadas en Washington, D.C.
“Fue muy estresante”, compartió Rami. “En cuanto llegamos nos dimos cuenta de que viviríamos aquí, pero todo era desconocido. Con el tiempo logramos adaptarnos, pero cuando estás en un sitio o en una situación en que no conoces a nadie, no te sientes del todo seguro”.
Para la familia fue muy difícil hacerse camino en un territorio que les era completamente ajeno, donde incluso la lengua y la cultura son distintas. “Al principio, había días en que nos reuníamos en torno a un tazón con humus y unos cuantos pepinos y tomates. Los niños preguntaban: ‘¿Dónde almorzaremos?’, pero nuestro almuerzo era solo eso”, contó Rami.
Las dificultades que enfrentaban y el amor que sentían por la comida sirvieron de catalizador para que la familia tuviera innovadoras ideas para encontrar un medio de vida. Tras un período de experimentación, a pesar de algunos contratiempos y con mucha perseverancia, la familia creó Damascinos, un negocio de auténtica comida siria. Su misión consiste en celebrar e introducir en Washington, D.C., los sabores únicos y vibrantes de platillos tradicionales como ouzi, yalanji y kibbeh.
El negocio logró afianzarse con la ayuda de Mozaic Center, una organización sin ánimo de lucro que ofrece a las personas refugiadas capacitación culinaria, licencias y oportunidades para organizar eventos y, por tanto, obtener ingresos. Con la guía de Mozaic Center, Rami y su familia emprendieron una travesía culinaria y aprendieron cómo dirigir un negocio de comida en Estados Unidos. Conforme Damascinos continuó creciendo, Mozaic Center ayudó a poner al negocio en contacto con una red de proveedores, lo que permitió que Rami y su familia llegaran a una clientela aún más diversa dentro y fuera de su comunidad.
Esta organización también apoya a los cocineros en la gestión de empresas, que incluye llevar un control de gastos, pedidos, facturas e impuestos. En una cocina amplia y bien equipada, Mozaic ha capacitado a treintaidós cocineros refugiados; de hecho, muchos de ellos han iniciado su propio negocio culinario.
Raghad Bushnaq, fundadora de Mozaic y migrante siria que llegó a Estados Unidos en 1989, comprende a cabalidad las dificultades que la familia de Rami ha tenido que enfrentar. Raghad Bushnaq fundó Mozaic Center tras percatarse de las necesidades de formación de las personas refugiadas que llegaban al área metropolitana de Washington, D.C.
Además de ofrecer capacitación culinaria, Mozaic Center satisface las necesidades particulares de las personas refugiadas recién llegadas, como el aprendizaje del inglés, tutorías para niñas y niños, o asistencia para satisfacer necesidades básicas cada día. Para la comunidad refugiada en la zona, los programas que Mozaic Center ofrece son un salvavidas.
“Cuando llegan, las personas refugiadas se sienten completamente fuera de lugar, porque tienen que empezar de cero”, comentó Raghad. “Salir de sus países no es una elección, sino que no tienen otra alternativa, así que necesitan que alguien les dé una cálida y afectuosa bienvenida. Encontrar a alguien que los trate como parte de su familia marca una diferencia enorme”.
El impacto que Mozaic Center ha tenido en la comunidad es profundo, pues ha permitido que las personas recién llegadas se instalen en sus nuevos hogares, que reconstruyan sus vidas en condiciones seguras, y que recuperen la esperanza lejos del hogar.
“Los recursos son trascendentales”, confesó Rami. “La información es la llave del éxito, así que no tengo duda de que Mozaic Center está haciendo una gran labor; estoy muy agradecido con la organización”. Para Rami y su familia, y para muchas otras personas, los esfuerzos de Mozaic Center son una fuente de esperanza, de poder de decisión y de resiliencia en medio de la adversidad.
Con las habilidades culinarias que han adquirido, con el apoyo de la comunidad y con un compromiso compartido con el trabajo duro, estas personas refugiadas han logrado que los desafíos se conviertan en oportunidades, lo cual cambia por completo la narrativa de sus vidas en los Estados Unidos.
“Vivimos en pos de la esperanza, y la esperanza es nuestra fuente de energía”, explicó Rami.
“Encontrar a alguien que los trate como parte de su familia marca una diferencia enorme”.