En el 9º aniversario de la campaña #IBelong, las Américas avanzan en la prevención y reducción de la apatridia
En el 9º aniversario de la campaña #IBelong, las Américas avanzan en la prevención y reducción de la apatridia
CIUDAD DE PANAMÁ – En alianza con gobiernos y entidades de la sociedad civil, iniciativas respaldadas por ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) en las Américas han reducido y prevenido la apatridia en la región. Estas iniciativas han facilitado la concesión de la nacionalidad a niños y niñas refugiadas y migrantes, el reconocimiento de sus actas de nacimiento, así como también la promoción de cambios en leyes y políticas nacionales para eliminar barreras al derecho que tienen todas las personas de poseer una nacionalidad.
Las personas apátridas son aquellas que no son consideradas como nacionales por ningún Estado. Se estima que 4,4 millones de personas en 95 países viven en esta condición, lo que limita su acceso a documentación de identidad y dificulta la obtención de atención médica, empleo legal, propiedad, participación política y libertad de circulación. La apatridia puede conducir a conflictos y causar desplazamiento forzado.
Uno de los logros más recientes es la iniciativa del Gobierno de Colombia “Primero la Niñez”, apoyada por ACNUR, que ha permitido que cerca de 100 mil niños y niñas nacidos de padres y/o madres venezolanas adquieran la nacionalidad colombiana.
De forma complementaria, en Chile se llevó a cabo el “Proyecto Nacionalidad”, que identificó casos de niños y niñas nacidos en Colombia y que se trasladaron al país sin actas de nacimiento válidas para acreditar su nacionalidad colombiana. El proyecto corrigió 64 actas de nacimiento de niños y niñas, permitiéndoles así obtener documentos de identidad o pasaportes colombianos y con esto regularizar su situación migratoria en Chile.
Otro proyecto exitoso llevado a cabo en Chile para erradicar la apatridia fue el programa “Chile Reconoce”, que confirmó la nacionalidad de aproximadamente 1.400 niños y niñas, nacidos en territorio chileno, de madres y padres en situación migratoria irregular.
En las Bahamas, ACNUR brinda asesoramiento técnico al Gobierno para la implementación de un reciente fallo judicial que confirmó la nacionalidad bahameña a todos los niños nacidos de mujeres extranjeras y hombres bahameños en el país, incluso fuera del matrimonio. Se garantizó así la igualdad de derechos de nacionalidad para la niñez, independientemente del estado civil de los padres y madres, abriendo la puerta a cambios positivos y reformas legislativas a la luz de este nuevo acontecimiento.
La asesoría técnica de ACNUR también ha sido fundamental para que los países de la región adopten medidas que prevengan y reduzcan el riesgo de apatridia en sus territorios. En Costa Rica, que ya cuenta con un procedimiento para la determinación de la apatridia, el Gobierno ha reducido los plazos para la resolución de casos de solicitud de apatridia y ha permitido que las personas solicitantes de esta condición puedan adquirir un documento de viaje válido para salir y entrar de manera regular al territorio costarricense.
En los Estados Unidos de América, el Gobierno ha tomado medidas para incorporar en su marco administrativo una definición de persona apátrida consistente con la que está contenida en los tratados internacionales. También ha emitido directrices para facilitar el acceso de las personas apátridas que viven en el país a soluciones legales dentro del sistema de inmigración estadounidense. United Stateless (USL), una organización de la sociedad civil fundada y liderada por personas apátridas que viven en los Estados Unidos de América y apoyada por el ACNUR, ha jugado un rol fundamental para lograr estos cambios positivos.
“El crecimiento a gran escala del desplazamiento forzado y de la movilidad humana en las Américas desafían de manera persistente los sistemas vigentes para abordar la apatridia, ya que las personas refugiadas y migrantes suelen tener más dificultad de registrar sus hijos e hijas y obtener documentos que prueben su nacionalidad”, comenta Juan Carlos Murillo, encargado de Relaciones Externas de ACNUR en las Américas. “Los esfuerzos de los países de la región y los resultados obtenidos demuestran lo necesario que es seguir invirtiendo en estos procesos para obtener logros tangibles y proteger a las personas apátridas o a quienes están en riesgo de apatridia”, complementa el funcionario.
El abordaje de la apatridia en la región es un tema crucial para los países que participan del próximo Foro Mundial para los Refugiados, que se llevará a cabo en diciembre de 2023, en Ginebra. En las Américas, al igual que en otras partes del mundo, ACNUR trabaja con los gobiernos, las agencias humanitarias, de derechos humanos y de desarrollo, e instituciones como los Registros Civiles para adoptar medidas que aborden la apatridia y promover la adhesión a las convenciones de la ONU sobre el tema.
Los logros más recientes en las Américas coinciden con el noveno aniversario de la campaña global de ACNUR “#IBelong” (“Yo Pertenezco), que ha promovido acciones y alianzas en todo el mundo para poner fin a la apatridia. La campaña continuará hasta 2024, y en su último año se centrará en el nexo entre la apatridia y el desarrollo. Sin embargo, con millones de personas aún sin nacionalidad, es necesario seguir avanzando.
El ACNUR está trabajando para establecer una Alianza Mundial para Poner Fin a la Apatridia, una plataforma que reunirá Estados, organizaciones dirigidas por apátridas, organismos de las Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales y de la sociedad civil. El CLARCIEV (Consejo Latinoamericano y del Caribe de Registro Civil, Identidad y Estadísticas Vitales), que es socio de ACNUR, recién adoptó una declaración regional que apoya la Alianza Global, convirtiendo a las Américas en la primera región del mundo en mostrar oficialmente su apoyo a esta iniciativa.
“El Plan de Acción de Brasil y la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección brindan orientaciones a los países de las Américas sobre cómo responder e identificar soluciones a los retos de la protección internacional, con ejes específicos sobre la reducción y la prevención de la apatridia, así como la protección de personas apátridas en la región. Instamos a los Estados a que cumplan sus compromisos de prevenir y resolver la apatridia y así garantizar no dejar a nadie atrás”, enfatiza Juan Carlos Murillo.