Discurso de cierre del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en el Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023
Discurso de cierre del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en el Foro Mundial sobre los Refugiados de 2023
Queridas amistades,
Les doy las gracias por haber asistido a este Foro Mundial sobre los Refugiados. Estoy muy contento – orgulloso, de hecho – por haber participado en las enriquecedoras discusiones que hubo estos últimos tres días, por haberme contagiado con la energía que trajeron al evento y por haberme llenado de inspiración con la labor que muchos de ustedes realizan y que es extremadamente necesaria, pues, como saben, el mundo atraviesa una época muy turbulenta.
En los tres días que hemos estado aquí, un gran número de civiles ha sido asesinado en Gaza y muchos más han sido desplazados a un rincón ya empobrecido en una diminuta porción de tierra. La violencia debe parar. Debe haber un alto el fuego humanitario inmediatamente. Además, como acaba de decirlo el Secretario General, es necesario que la población civil gazatí reciba ayuda y asistencia con la rapidez y el alcance que merece y requiere. También es urgente la liberación de los rehenes. Quiero ser muy claro: una crisis de desplazamiento masivo como esta no debe convertirse en otra crisis de refugiados.
Estando nosotros aquí, en otros lugares del mundo se alcanzaron graves hitos. Más de 700.000 personas han sido desplazadas por los enfrentamientos en Myanmar desde finales de octubre; por tanto, el número total de personas desplazadas internas en ese país ascendió a más de 2,5 millones.
De manera similar, los mortíferos enfrentamientos en Sudán han desplazado a siete millones de personas. Al respecto, pensemos: ¿Qué nivel de violencia y terror obliga a siete millones de personas a abandonar su hogar en apenas ocho meses? Exceptuando a países y comunidades de acogida (a muchos de ellos los escuchamos aquí), que han hecho lo posible por proteger, ayudar y dar abrigo a las personas desplazadas, la respuesta del grueso de la comunidad internacional ha sido – lamento decirlo – indiferente. Insto enérgicamente a que las partes detengan la violencia de inmediato. Espero que los esfuerzos para que las partes converjan, incluidas aquellas que integran IGAD, reciban apoyo y sean exitosos.
La situación en el mundo exige que se reinicien la humanidad y la energía para superar los desafíos que se nos presentan, incluido el desplazamiento forzado. Mientras persistan el desplazamiento y otras crisis humanitarias, seguiremos necesitando un flujo igualmente importante, sostenido y urgente de recursos humanitarios. Queridas amistades, las agencias humanitarias y las organizaciones no gubernamentales enfrentan una grave escasez de fondos; por tanto, necesitan apoyo para ampliar el alcance de sus respuestas en el mundo para salvar vidas y poder llevar a cabo las acciones a las que ustedes se comprometieron en los últimos tres días.
Aprovecho para hacer una petición especial para que UNRWA reciba más apoyo, pues es imperativo satisfacer las apremiantes necesidades en Gaza, así como financiar los programas y las operaciones vitales y trascendentales que esta agencia tiene en la región. Les ruego que hagan todo lo posible por ayudar. Al mismo tiempo, no obstante, no permitan que una buena respuesta se dé a expensas de otros.
Queridas amistades,
En los meses previos a este Foro, hubo quienes preguntaron si era el momento oportuno para llevarlo a cabo, considerando las divisiones y el caos que hay en el mundo. En un contexto tan desafiante, tanto para ustedes como para las propias agencias, lo más sencillo habría sido retirarnos y renunciar a los compromisos internacionales, o bien imponer las diferencias y divisiones en este espacio.
Sin embargo, nadie lo hizo. En lugar de ello, optaron por venir y pasaron tres días dando muestras de decidida solidaridad.
Cuatro mil doscientos participantes – de 168 gobiernos y más de 425 organizaciones – vinieron a este evento de múltiples partes interesadas, el de mayor proporción en el mundo en materia de refugiados, y crearon lo que – me atrevo a decir – se ha convertido en una comunidad global que se dedica a proteger, ayudar y resolver.
En esta ocasión se asumieron más de 1.600 compromisos, muchos más de los que hubo en el Foro anterior. Sin embargo, más que el número de compromisos, lo que más me impresiona es su calidad, es decir, las medidas concretas y los compromisos conjuntos que ustedes han asumido en favor de las personas refugiadas y de las comunidades de acogida; todo con el propósito de aliviar las presiones sobre los países de acogida, promover la autosuficiencia de las personas refugiadas, ampliar el acceso a las soluciones que impliquen a terceros países y favorecer, en los países de origen, circunstancias que propicien retornos en condiciones dignas y seguras (o sea, los cuatro ejes del Pacto Mundial sobre los Refugiados).
Con este Foro se ha hecho patente el poder de transformación que tiene el multilateralismo, que se basa en un enfoque de múltiples partes interesadas que involucre a la sociedad entera en la asunción de compromisos.
Me siento reconfortado.
Me reconfortan estos compromisos, pero, sobre todo, me reconforta que ustedes hayan reconocido que debemos colaborar si en verdad queremos generar cambios con respecto a las crisis de refugiados. Estuve en este podio durante tres días. Escuché más de cien declaraciones y – a excepción de una delegación que, de manera aislada, habló de “hipocresía”, una conducta que, debo decir, puede verse únicamente en aquellos agentes que se esfuerzan por bloquear las acciones humanitarias multilaterales por motivos políticos – pude ver que todos ustedes convergieron aquí desde la solidaridad y con un espíritu positivo.
Los compromisos asumidos por los donantes tienen un valor de USD 2.200 millones. Por favor mantengan este ritmo, sobre todo considerando que su apoyo financiero puede ayudar a sostener buenas prácticas y políticas públicas, a brindar una sólida protección a las personas refugiadas y a buscar soluciones.
El sector privado asumió diversos compromisos; entre ellos, más de USD 250 millones (sector privado) para financiar compromisos, un millón de horas de servicios pro bono, empleos para 100.000 personas refugiadas y más de 400.000 oportunidades de capacitación, lo que impulsará la creación de más de 6.000 becas, así como inversiones de más de USD 180 millones en empresas que pertenecen a personas refugiadas o que las apoyan.
Los países de acogida también asumieron compromisos. Sin embargo, como escuchamos en la importante intervención de la vicepresidencia de Zambia, no olvidemos que muchos de los países de acogida, donde ya había poblaciones refugiadas de gran tamaño, asumieron compromisos aunque sigue siendo enorme la afluencia de refugiados a sus territorios. Pensemos en Uganda, uno de los co-convocantes, que ha recibido 85.000 personas refugiadas tan solo este año. Pensemos también en Etiopía, antiguo co-convocante, que también recibió 130.000 personas refugiadas solo en 2023. Hay muchos otros casos, muchos otros ejemplos de solidaridad.
Ninguno de estos países ha dicho que no ni ha construido muros. Tampoco han restringido qué personas refugiadas sí pueden ingresar a sus territorios. En su lugar, estos y muchos de los países de acogida – algunos de ellos son los principales países de acogida – asumieron múltiples compromisos claros y concretos en esta edición del Foro Mundial sobre los Refugiados aun con un gran número de nuevas llegadas, pero ¿qué han recibido a cambio? Con frecuencia reciben palabras de elogio, pero repetidamente se les dice que el financiamiento continúa menguando.
Las organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales también asumieron compromisos, al igual que organizaciones de la sociedad civil, organismos deportivos, despachos jurídicos y líderes confesionales (con una emotiva ceremonia ayer, por la cual les doy las gracias). En el mismo sentido, más de cien ciudades también adquirieron compromisos; en ellas viven la mayoría de las personas refugiadas y las autoridades locales no solo son inclusivas, sino que también buscan proporcionar servicios en zonas alejadas y de difícil acceso.
El Foro Mundial sobre los Refugiados quizás sea el mejor ejemplo que he visto – en los cuarenta años que llevo trabajando en el sector humanitario – del enfoque de la sociedad entera.
Como dijo una delegación, es un ejemplo de una “nueva forma de multilateralismo”.
Hemos visto también cómo se va desarrollando una nueva forma de “minilateralismo” con los órganos regionales que buscan soluciones a las crisis de desplazamiento, como Cartagena+40, un símbolo de solidaridad, reparto de responsabilidades, y esfuerzos y acciones genuinas para alcanzar los objetivos del Pacto Mundial sobre los Refugiados en América Latina y el Caribe; también con los potentes compromisos anunciados en apoyo a la situación rohingya, así como la labor de las plataformas de apoyo.
Sentí una conexión con ustedes y entre ustedes; no solo aquí en la sala de sesiones plenarias, sino también en los eventos paralelos.
En uno de ellos hablé, junto con la directora general de la Organización Internacional para las Migraciones, sobre la complementariedad de ambos pactos mundiales, uno sobre refugiados y el otro sobre migración, ambos nacidos de la Declaración de Nueva York. En ese mismo evento, cada intervención reforzó nuestros mensajes, en el sentido de que Estados y otras partes interesadas deben colaborar para superar los desafíos que suponen los movimientos mixtos. Para ello, es necesario respetar los derechos de las personas en situación de movilidad humana – sin importar cuáles sean sus motivos – y hacer mucho más, no solo con respecto a la administración fronteriza, sino también para proteger y ayudar a las personas a lo largo de las rutas que recorren. Esto se conoce, cada vez con mayor arraigo, como el enfoque integral en las rutas.
Les doy las gracias por haber traído un espíritu de solidaridad, unión y cooperación a este Foro Mundial sobre los Refugiados, pues es sumamente necesario si queremos marcar una diferencia en favor de 114 millones de personas que han sido forzadas a abandonar sus hogares en distintas partes del mundo, incluidos 36 millones de refugiados.
No obstante, no puedo evitar pensar que la participación de más de 300 personas refugiadas lo potenció todo, en especial las intervenciones de las personas jóvenes (de hecho, la mayoría son personas muy jóvenes). Ahora, permítanme solicitar que se pongan de pie las personas refugiadas – o antiguas refugiadas – y apátridas, para homenajear su espíritu, su fortaleza y su entereza para no darse por vencido.
Sus intervenciones, que fueron claras y contundentes, no solo recapitularon lo que han vivido, sino que nos obligaron a reconocer qué es lo que las personas refugiadas necesitan y, sobre todo, nos llenaron de inspiración por todo lo que ustedes aportan.
Escuché que, si bien la asistencia humanitaria es imperativa si lo que buscamos es ayudar, pero que, ante todo, ustedes buscan oportunidades e inclusión, y que cada quien haga lo que le corresponde (es decir que Estados, empresas y organizaciones cumplan con sus obligaciones y responsabilidades con un sentido humano). Hemos escuchado que debemos asumir compromisos por el bienestar de otras personas, sobre todo en el marco de la conmemoración de los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, hemos escuchado que, ante todo, debemos brindar protección, así como ayudar en la creación de oportunidades en el exilio y, ante todo (lo subrayo), colaborar para acabar con el desplazamiento.
No puedo dar por terminado este encuentro sin agradecer a quienes han trabajado arduamente en su preparación y realización: intérpretes (gracias por trabajar tiempo extra), guardias de seguridad y demás personal en este recinto. A ustedes, asistentes, les doy las gracias por haber participado. En particular, no obstante, quiero darles las gracias a quienes organizaron este evento (Arafat, Perveen, Anne, Dominique), a sus equipos y a mi propio equipo, por supuesto. Doy también las gracias a directores y demás colegas en la sede de ACNUR y en otras operaciones alrededor del mundo, que se han dedicado a apoyar e impulsar compromisos en los últimos meses y años, previo a este Foro.
Agradezco también, profundamente, a los co-convocantes – Colombia, Francia, Japón, Jordania y Uganda – y a sus líderes, sobre todo a Su Majestad, Rey Abdullah, quien estuvo presente en la apertura. Les doy las gracias por su incansable apoyo y liderazgo. Mi más sincero agradecimiento también a Suiza, por su fiel apoyo.
Asimismo, no puedo dejar de expresar mi más sincero agradecimiento a la Alta Comisionada Auxiliar para la Protección, Gillian Triggs, por haber supervisado el Foro Mundial sobre los Refugiados. Gillian se retirará hacia el cierre del año, o sea, su jubilación es inminente, así que te doy las gracias, Gillian, por tu trabajo y por tu amistad todos estos años. ¡Qué manera de concluir tu carrera!
Queridas amistades,
Hace cuatro años cerré la primera edición del Foro diciendo que teníamos la clave del éxito. Este Foro ha sido un motor y ha consolidado gran parte del trabajo en los últimos años; también ha marcado el camino para los años por venir. Espero firmemente que el próximo Foro, que se llevará a cabo en cuatro años, sea un evento en el que las soluciones y la paz serán los ejes centrales; también espero que puedan mostrar cuánto se ha avanzado.
Otra persona estará al frente de ACNUR para entonces. Al respecto, tengo el firme compromiso de garantizar que la organización que mi sucesor(a) reciba y, por supuesto, la figura de la protección internacional que ACNUR supervisa sean lo más fuertes y resilientes posible. Esto se logrará, asimismo, por los compromisos que hemos escuchado aquí y que, con suerte, se mantendrán con su implementación.
Pero no nos hagamos ilusiones. El camino no estará libre de obstáculos. Habrá dificultades e interrupciones. Habrá retrocesos por todo tipo de tormentas. Asegurémonos de reconocer claramente los muchos desafíos que se avecinan, pero no permitamos que nos distraigan ni que nos disuadan.
En su lugar, al igual que los ganadores del Premio Nansen, abordemos los problemas encontrando y aplicando soluciones prácticas para superar estos desafíos.
¡Hagámoslo en conjunto!
Antes de finalizar, permítanme compartir que me conmovieron profundamente los compromisos de múltiples partes interesadas que se anunciaron en las sesiones plenarias. Ver el apoyo, los compromisos, los resultados, el trabajo colectivo, no solo fue impactante, sino también emotivo.
Para cerrar este segundo Foro Mundial sobre los Refugiados, acompáñenme y súmense – todos ustedes – a un último compromiso de múltiples partes interesadas.
Comprometámonos a considerar y reflexionar sobre la difícil situación de las personas refugiadas, a empatizar y darles la bienvenida a las personas desarraigadas de su hogar y de su país. Comprometámonos, de manera colectiva, a hacer todo lo que esté en nuestro poder – en lo individual, con un sentido humano, y como instituciones, Estados y demás – para proteger, ayudar, incluir y, sobre todo, resolver la difícil situación de las personas refugiadas y desplazadas, así como ayudarlas a volver a sus hogares de manera voluntaria, en condiciones dignas y seguras.
Hagámoslo no solo hoy, sino todos los días.
Muchas gracias. ¡Muchas gracias a todos ustedes!
Clausuro oficialmente el segundo Foro Mundial sobre los Refugiados.