"Mi plan siempre fue traerte aquí"
Después de participar en protestas contra el gobierno de Nicaragua, Enrique*, de 69 años, fue secuestrado por un grupo paramilitar, torturado y finalmente liberado. Esta traumática experiencia lo convirtió en una persona diferente.
“Todavía recuerdo esos días”, dice. “Regresé a casa sintiendo una sombra constante, como si me siguieran a todas partes”. Incapaz de soportar el riesgo por más tiempo, huyó a Costa Rica en busca de seguridad.
La rápida erosión de las normas políticas en Nicaragua desde abril de 2018 ha provocado violencias y graves violaciones de los derechos humanos, obligando a decenas de miles de nicaragüenses a huir a otros países. La gran mayoría se ha dirigido al sur y en un año más de 33.000 nicaragüenses han presentado solicitudes de asilo en Costa Rica. Pero con la capacidad de recepción sobrecargada, otros 28.095 aún están esperando para formalizar sus solicitudes de asilo ante las autoridades nacionales.
Enrique describió su largo viaje, cruzando el país a través de ríos y una densa jungla. Una vez que vio los campos de piña, que son raros en su país natal, se dio cuenta de que finalmente había llegado a Costa Rica y alcanzado la seguridad. “Sabía que estaba en el otro lado. Me escondí en un montón de sacos, transportados por un camionero que me ayudó. Inmediatamente me sentí aliviado”. Poco después, presentó su solicitud de asilo.
Sin embargo, sus preocupaciones no habían acabado. Sus padres, su esposa y sus hijos seguían en Nicaragua y Enrique sabía que estaban en riesgo. Tenía que encontrar una manera de ponerlos a salvo. Pero las semanas se convirtieron en meses y Enrique seguía luchando por hacer arreglos para traerlos a Costa Rica.
"Siempre soñé con traer a mi padre aquí”.
Una noche, soñó con su padre. Su casa estaba decorada para un funeral. Entonces sonó el teléfono: “Cuando llegó la llamada, supe que mi padre había muerto. Eso ha sido lo más difícil de mi estadía en Costa Rica, siempre soñé con traer a mi padre aquí”.
Miles de personas huyen de Nicaragua para salvar sus vidas y muchas familias quedan así destrozadas sin saber si alguna vez se volverán a ver. Finalmente, y por suerte, Enrique pudo traer a su esposa, dos hijas y un nieto a Costa Rica, a un lugar donde se sienten seguros y pueden reconstruir sus vidas.
Alrededor de 70.000 nicaragüenses han solicitado asilo, o han manifestado su intención de hacerlo, en todo el continente americano, incluyendo a Panamá, México y Estados Unidos. Pero sin soluciones a la crisis política y social a la vista, es probable que el número de personas desplazadas siga aumentando.
Aunque sigue luchando para poder llegar a fin de mes, Enrique no se rinde. Todos los días se pone su sombrero, recuerdo de su hogar, y sale a trabajar en empleos informales. “Tenemos algunos problemas financieros, pero al menos estamos juntos y estamos a salvo”.
Costa Rica, refugio de nicaragüenses y otros solicitantes de asilo
En Costa Rica, el sistema de asilo se ha visto sometido a una presión cada vez mayor debido a la reciente gran afluencia de nicaragüenses que huyen de la persecución por su papel real o aparente en las protestas y actividades antigubernamentales. Esto se suma a la llegada ya en gran escala de venezolanos, de las personas que huyen de la violencia criminal y la persecución en El Salvador y Honduras, y de los desplazados procedentes de Colombia, que llegan desde hace ya mucho tiempo.
Con el fin de asegurar su protección, Costa Rica continúa trabajando con la comunidad internacional para brindar una respuesta que brinde un alivio inmediato y establezca las bases para la integración local. El marco legal del país permite a los solicitantes de asilo y refugiados acceder a las necesidades y servicios básicos, incluidos los programas nacionales de asistencia social que benefician a las poblaciones vulnerables que viven en la pobreza extrema, el acceso a la educación pública, las becas y la inserción laboral. A pesar de los marcos legales y de políticas favorables, Costa Rica continúa enfrentando desafíos económicos y está en proceso de una reforma fiscal.
