Dejar huella

Nadie sabe en qué circunstancias vivirán las personas refugiadas en veinte años. Hasta hace poco, nadie habría imaginado una pandemia como aquella provocada por el virus SARS-CoV-2 ni las consecuencias que esta tendría en nuestras vidas.

Sí tenemos la certeza, no obstante, de que ACNUR seguirá protegiendo a las personas – mujeres, hombres, niñas y niños – en mayor situación de vulnerabilidad en el mundo; para ello, defenderá sus derechos en contextos de conflicto y violencia, les brindará la asistencia que requieran, y les ayudará a reconstruir sus vidas. Esta ha sido la labor de ACNUR desde su creación, en 1950, tras las devastadoras consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, y lo seguirá siendo siempre que sea necesario.

En 2019, con la ayuda de sus socios en el terreno y de miles de donantes de distintas partes del mundo, ACNUR logró que 8,7 millones de personas en 59 países tuvieran acceso a servicios seguros de agua y saneamiento; proporcionó alojamiento a más de 3,4 millones de personas refugiadas; y brindó ayuda en efectivo a cuatro millones de familias refugiadas.

Además, ACNUR ha logrado que casi un millón de niñas, niños y adolescentes refugiados tengan acceso a la educación; de igual forma, ha brindado a miles de refugiadas la oportunidad de adquirir habilidades y conocimientos tecnológicos. Con el paso de los años, ACNUR también ha ayudado a millones de refugiados a volver a casa en condiciones seguras, al amparo de las normas internacionales.

Las personas refugiadas merecen recibir la protección que requieren, no solo ahora, sino también en el futuro. Sin importar los obstáculos que surjan, con tu apoyo lograremos alcanzar este objetivo.

El mundo se está recuperando de la pandemia de COVID-19, una crisis mundial que cuestionó nuestro estilo de vida y que supuso un gran riesgo para todas las personas. No obstante, tras huir de guerras, violencia y persecuciones, la pandemia de COVID-19 es una emergencia más para las personas refugiadas.

Considerando que ACNUR tiene más de setenta años de experiencia en la respuesta a situaciones de emergencia y echando mano de los aprendizajes de las crisis sanitarias más recientes, la Agencia de la ONU para los Refugiados emprendió acciones para contener la propagación de la COVID-19 en alrededor de 600 operaciones en distintas partes del mundo.

En concreto, los equipos de ACNUR en el terreno ampliaron el alcance de la elaboración y distribución de jabones y de otros artículos de higiene; además, construyeron espacios para el lavado de manos y diseñaron campañas para brindar asesoría e información. Siendo una agencia de la ONU, ACNUR también ha participado en negociaciones y diálogos con funcionariado gubernamental de alto nivel para garantizar que las personas refugiadas reciban un tratamiento igualitario y que sean incluidas en los planes nacionales de salud.