Mensaje del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia
Mensaje del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia
Hoy es el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (IDAHOTB, por sus siglas en inglés). Es una ocasión importante para reconocer a las personas que se ven forzadas a huir de un tipo específico de persecución y discriminación: las personas que huyen a causa de su orientación sexual, identidad o expresión de género, o características sexuales.
En muchos países sigue siendo ilegal tener una relación con una persona del mismo sexo. En algunos, hacerlo se castiga con la muerte. Hay países que han adoptado leyes que discriminan a las personas LGBTIQ+. Algunos de ellos se niegan – o son incapaces – de proteger a quienes sufren o corren el riesgo de sufrir violencia y abusos por parte de pandillas o grupos homofóbicos, de sus comunidades, incluso a veces de sus propias familias.
Ante esta realidad, muchas personas LGBTIQ+ no tienen otra opción más que huir. Sin embargo, aunque intenten encontrar seguridad, a menudo siguen enfrentándose a riesgos, como la violencia o el abuso sexual. La discriminación es a menudo la única cosa que las personas refugiadas LGBTIQ+ no pueden dejar atrás – en muchos casos les sigue a través de las fronteras, ya que continúan enfrentándose a las barreras para encontrar un lugar seguro para vivir, un trabajo, o incluso ver a un médico.
Por ello, ACNUR ha redoblado su compromiso de proteger la autonomía, la capacidad de acción y los derechos de todas las personas LGBTIQ+ desplazadas por la fuerza y apátridas.
Hoy rindo homenaje a la resistencia de las personas refugiadas y solicitantes de asilo LGBTIQ+ de todo el mundo que tratan de reconstruir sus vidas en seguridad y paz. Mientras sigo instando a los países a que mantengan sus puertas abiertas a todas las personas que necesitan protección, les animo a que lo hagan también con las personas LGBTIQ+ que se ven forzadas a huir.
Quiero rendir un homenaje especial a las organizaciones defensoras de los derechos LGTBIQ+ – muchas de ellas dirigidas por las propias personas refugiadas – que están sobre el terreno, apoyando a quienes buscan protección. Estos grupos valientes y decididos son a menudo los primeros en acoger a las personas que han huido y siguen ayudándolas mientras se adaptan a sus nuevas comunidades.
Pero no podemos dejarles solas en esta labor fundamental. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de contrarrestar la homofobia, la transfobia y la bifobia, y hacer realidad un mundo en el que todas las personas LGBTIQ+ no tengan que huir y puedan vivir – en casa – con seguridad, dignidad y orgullo.