1 familia rota por la guerra: la vida soñada por una madre somalí se convierte en pesadilla
1 familia rota por la guerra: la vida soñada por una madre somalí se convierte en pesadilla
GALKAYO, Somalia, 23 de junio (ACNUR) – Farhiya Mohamoud Gedi no ha visto a sus hijos en los últimos 12 meses. Esta mujer de 34 años no tuvo más opción que dejarles con su madre en Mogadiscio, la capital somalí devastada por la guerra, para buscar un trabajo mejor con el que poder alimentar a su familia.
"Cada vez me era más difícil poder mantener a mis dos hijas, Rahma y Fartun, así como a mi hijo Abdirasak, sobretodo porque no tengo marido" dijo Farhiya, que está divorciada y no tiene una fuente regular de ingresos. "Era aún peor ver a mi anciana madre, que no es lo bastante fuerte como para poder trabajar, tratando de pedir comida o dinero a gente caritativa para, por lo menos, alimentar a los niños. No tuve elección y me tuve que ir para buscar dinero y ayudar a mi familia".
Le dijeron que en Yemen era más fácil encontrar trabajo, cruzando el golfo de Adén. Farhiya abandonó Mogadiscio y se fue hacia el norte en un camión que transportaba mercancías, vía Galkayo, hasta llegar a la ciudad portuaria de Bossaso.
"Fue la decisión más difícil que he tenido que tomar. No es fácil estar alejada de tus hijos, sobre todo porque los he dejado en Mogadiscio, donde no hay seguridad. Había oído hablar de los peligros de la travesía por mar, pero como cualquier otra madre en el mundo, quería darles a mis hijos una vida mejor", dijo.
Para asegurarse una plaza en el único barco disponible para Yemen, Farhiya tuvo que pagar a los traficantes sin escrúpulos 120 dólares a cambio de tres noches en el mar en el Golfo de Adén, en un barco pequeño, hacinados y sin comida. Para ella, las dificultades merecían la pena porque soñaba con una vida mejor en Yemen. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando llegó.
"No conocía a nadie allí, no tenía ningún lugar donde quedarme, ni comida . . . sólo tenía la poca ropa que pude traer conmigo", dijo acerca de su vida en Yemen. "Buscar un empleo fue aún más difícil. Tenías que ir a un "agente", que te reclamaba un pago una vez que hubieras conseguido un trabajo. Si alguien le hacía una oferta mejor, perdías el trabajo. Sin embargo, yo me las arreglé para sobrevivir haciendo trabajos temporales".
Los recientes enfrentamientos en Yemen empeoraron sus problemas. "Se volvió aún más difícil mantener un trabajo, ya que algunos días no podíamos salir de casa por temor a ser asesinados".
Cuando se dio cuenta de que su vida de ensueño en Yemen se había convertido en una terrible pesadilla, cinco meses después de llegar, Farhiya se embarcó de nuevo en el aterrador viaje, esta vez en dirección de vuelta a Somalia, para regresar a casa y reencontrarse con su familia.
"Se está más seguro aquí que en Mogadiscio, y estoy segura de que puedo conseguir un buen trabajo para mantener a mis hijos; es mucho más fácil que en Yemen. Fue una experiencia difícil estar alejada de mi familia y fue aún peor el peligroso viaje en barco. Nadie debería jugarse la vida en un pequeño barco sobrecargado para tratar de escapar de la violencia", dijo.
ACNUR cree que una sola familia rota por la guerra es demasiado. La Representante de la oficina de la Agencia de la ONU para los Refugiados en Galkayo, Grace Mungwe, conoce bien los peligros a los que se enfrentan los somalíes en su intento por llegar a Yemen.
"Farhiya es una de las miles de mujeres y hombres somalíes que, debido a la inseguridad y a la falta de oportunidades para ganarse la vida en el centro y sur de Somalia, han puesto sus vidas en las manos de traficantes sin escrúpulos para cruzar el Golfo de Adén en busca de una vida mejor en Yemen", dijo.
"Muchos pierden la vida durante el viaje. Experiencias como la vivida por Farhiya pueden servir para mostrar a otros potenciales emigrantes los peligros a los que se enfrentan si emprenden este viaje".
Cada año, decenas de miles de personas, en su mayoría somalíes y etíopes, cruzan el Golfo de Adén desde el Cuerno de África esperando encontrar un futuro mejor en Yemen y en otros estados del Golfo. Muchas de ellas mueren en el camino. ACNUR quiere concienciar sobre los peligros y las violaciones de derechos humanos a los que se enfrentan las personas que toman parte en este movimiento migratorio.
Unos 60.000 desplazados internos se han instalado en 21 asentamientos en el norte y el sur de Galkayo, la mayoría provenientes de distintas partes de la región centro-sur de Somalia.
Somalia sigue siendo el país que genera el mayor número de refugiados en el mundo, detrás de Afganistán e Irak. Actualmente más de 700.000 refugiados somalíes viven actualmente en países vecinos como Kenia, Etiopía y Yemen.
Por Faith Kasina en Galkayo, Somalia