Brasil apoya la integración de los refugiados en el norte de Ecuador

LAGO AGRIO (Sucumbíos), Ecuador, 14 de febrero (ACNUR) – Cuando cayó el rayo, el embajador ya no estaba allí. La descarga eléctrica arrancó los cables de la luz, en la misma puerta de la escuela, y la música dejó de sonar. Fernando Simas, Embajador de Brasil en Ecuador, acababa de entrar al coliseo de la escuela 16 de Febrero, en Lago Agrio, y como el resto de los convocados en este centro educativo, pegó un salto ante el estruendo en medio de una lluvia torrencial. Pero ni el agua ni el imprevisto silencio iban a acallar la alegría ante una nueva aula con los colores brasileños.

"En esta escuela hay muchos niños refugiados. Es doloroso ver cómo familias vienen, dejan todo y traen a sus hijos. Pero aquí en Ecuador aún tenemos tranquilidad, y todos los niños son bienvenidos. Por eso, estamos muy contentos ya que gracias a esta aula podremos como profesionales de la educación ofrecer nuestro mejor saber a los niños, a los padres de familia y a la comunidad", asegura el subdirector Casalongo.

En un viaje intenso de dos días por la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia, donde hay alrededor de 15.000 refugiados, Fernando Simas pudo observar el resultado del acuerdo de cooperación firmado por su país con el Ecuador para apoyar la integración de esta población. Esta iniciativa pionera en la región se ha traducido en una serie de proyectos implementados por ACNUR que benefician a la población refugiada y los ecuatorianos que en sus barrios y comunidades los acogen.

"Estos son proyectos emblemáticos, los primeros que realiza la cooperación brasileña en comunidades tan alejadas y benefician a familias que son tanto del Ecuador como refugiados de Colombia viviendo en este país. Este apoyo es un reconocimiento al esfuerzo solidario del Ecuador en recibir a estas personas que vienen desplazadas desde Colombia", afirmaba el Embajador Simas.

Orientados al apoyo a la educación primaria, la protección de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, o la mejora de infraestructuras de agua y saneamiento, el financiamiento brasileño en Sucumbíos ha permitido que además, el Barrio El Aeropuerto cuente ya con unas baterías sanitarias públicas. Y se haya recuperado una zona infantil de juegos que, como reconoce Leonardo Maldonado, presidente del barrio "beneficia a todos los que vivimos en el sector".

En Lago Agrio, además, el Embajador Simas pudo compartir la ludoteca de la Federación de Mujeres de Sucumbíos, un espacio de juegos para los hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia.

Esta primera visita de la delegación brasileña junto a ACNUR pudo, a su vez, llegar hasta la remota comunidad de El Palmar, a orillas del río Putumayo, donde de unas 80 familias, el 60% de la población, es refugiada.

"Hasta ahora algunos alumnos estaban sin aula, estaban en una chocita. Esta nueva aula va a permitir que puedan recibir una educación en condiciones dignas", explica la directora de la Escuela La Paz.

Como señala Luis Varese, Representante Adjunto de ACNUR en Ecuador, "Es un hecho sin precedentes el que un país solidario como Brasil, en el propio continente, nos ayude a buscar respuestas para una situación de consecuencias humanitarias trágicas en la región. Esta es la primera escuela que inaugura el ACNUR con fondos de Brasil en América Latina en el marco de la cooperación Sur-Sur".

A lo que el propio Embajador Simas añade: "Dentro de la idea de integración regional es muy importante que queden establecidos estos nexos de cooperación entre nuestros pueblos y hacer llegar unas contribuciones que traen el mensaje de que es posible una solidaridad continental".

La escuela La Paz, donde estudian 91 niños, ya tiene aula nueva. Y sus baterías sanitarias han mejorado mucho. Es un avance, aunque en esta zona ecuatoriana frente a Colombia siguen sin agua segura, no hay alcantarillado. Y a pesar de su nombre, la tranquilidad no siempre es tal.

Por Sonia Aguilar en El Palmar y Lago Agrio