ACNUR informa de que la ayuda a los refugiados centroafricanos en Camerún es insuficiente

ACNUR y sus socios están trabajando incansablemente en Camerún para ayudar al creciente número de refugiados de la República Centroafricana (RCA). Entre los recién llegados, muchos padecen malnutrición y se encuentran enfermos tras haber tenido que caminar y permanecer escondidos en los bosques durante semanas antes de lograr llegar a la frontera.

Desde mediados de abril, la tasa de muertes entre los niños refugiados es particularmente elevada. Veintinueve niños, el menor apenas un bebé y el mayor de 9 años de edad, han muerto entre el 14 de abril y el 18 de mayo. La mayoría han perdido la vida en los centros de alimentación terapéutica, a donde habían llegado gravemente enfermos. La deshidratación, la hipotermia y una grave anemia han sido las principales causas de muerte.

Los refugiados centroafricanos han estado llegando a Camerún desde el pasado 5 de diciembre a través de unos 30 puntos fronterizos situados a lo largo de un área de cientos de kilómetros. En este momento hay 85.000 refugiados en unas 300 localidades, lo que hace que atender sus necesidades sea extremadamente difícil para las agencias humanitarias. En Gbiti, la zona más afectada, situada a unos 400 kilómetros al este de Yaoundé, las tasas de malnutrición severa entre los niños refugiados recién llegados son de cerca del 40%.

ACNUR está trasladando a los refugiados lejos de la frontera, hacia seis campos abiertos por la Agencia, así como a varias aldeas. Más de 25.000 refugiados ya han sido reubicados. Este traslado es aún más apremiante ante los informes recibidos que indican que combatientes antibalaka se están infiltrando en Camerún. El 14 de mayo se oyeron disparos desde la República Centroafricana cerca de un asentamiento espontáneo de refugiados en Gbiti.

En este momento más de 2.000 refugiados están cruzando a Camerún cada semana. Esto supone una reducción frente al pico de más de 10.000 personas que se produjo durante la última semana de marzo. Las llegadas descendieron a comienzos de abril después de que las milicias antibalaka, que habían atacado a los refugiados por el camino, bloquearan las principales carreteras hacia Camerún. Los refugiados recién llegados han contado al ACNUR que muchos de sus familiares seguían atrapados en los bosques de la República Centroafricana.

ACNUR ha establecido tres nuevas bases en el este de Camerún para ayudar mejor a los refugiados que cruzan la frontera, pero actualmente la Agencia no puede estar presente en los 30 puntos fronterizos de entrada. Desde marzo, ACNUR tiene 35 trabajadores en tres equipos en la zona. Cada equipo está formado por especialistas en protección, servicios comunitarios, registro, salud y nutrición, agua y saneamiento, planificación de campamentos y refugio.

Mientras los esfuerzos humanitarios salvan vidas, ACNUR está acelerando el despliegue de más ONG para apoyar en sectores críticos, como salud y nutrición. Actualmente, la capacidad de las ONG es preocupantemente limitada en las regiones que acogen a refugiados. Varias agencias han informado de que tienen dificultades para cubrir la amplia gama de necesidades de los refugiados.

ACNUR está trabajando con UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y cinco agencias de asistencia médica para reducir las tasas de malnutrición y muerte mediante la provisión de alimentos terapéuticos y enriquecidos para las personas que padecen malnutrición, la distribución de alimentos, campañas de vacunación y el suministro de agua potable, saneamiento y cobijo.

Se necesitan más fondos para ampliar los servicios y gestionar mejor la situación. ACNUR reitera su llamamiento a los donantes para que incrementen de manera urgente sus donaciones para las operaciones humanitarias en Camerún. De los 22,6 millones de dólares que ACNUR necesita para ayudar a la población bajo su mandato, hasta ahora se han recibido 4,2 millones. Además, el Plan de Respuesta Regional para Refugiados de la República Centroafricana sólo está financiado al 12%. Este plan incluye al ACNUR y a 14 socios en cuatro países afectados por la crisis de refugiados centroafricanos: Camerún, Chad, la República Democrática del Congo y la República del Congo. Este plan representa la respuesta humanitaria de seis agencias de la ONU, la OIM y ocho ONG.