Residentes aliviados al cambiar lonas por paredes en campamento griego
Residentes aliviados al cambiar lonas por paredes en campamento griego
NEA KAVALA, Grecia, 04 de noviembre de 2016 (ACNUR) – No había pasado mucho tiempo desde que Omar Mustafá y su familia se mudaron al nuevo alojamiento provisto para ellos, cuando él comenzó a construir una cocina exterior y con clavos, tornillos y un martillo en sus manos, está haciendo una cerradura improvisada para la misma.
La familia siria, que previamente vivía en una tienda de campaña, se mudó hace unos pocos días e inmediatamente hizo de su poco atractiva y prefabricada vivienda, un hogar agradable.
"La diferencia es enorme", dijo la esposa de Omar, Banan, madre de cuatro niños y dos niñas entre uno y 12 años. "En primer lugar es mucho más caliente ahora. Esta mañana estaba lloviendo de nuevo y fue la primera vez que no lo sentimos".
Banan, de 32 años, dará a luz a su séptimo hijo en diciembre. "Cuando estábamos en la tienda de campaña, el agua de lluvia se metía y siempre estábamos asustados. Ahora solo tenemos que cerrar la puerta y las ventanas para mantenernos secos".
El sitio de Nea Kavala al norte de Grecia es uno de los ocho campamentos gestionados por el gobierno en el país, en los que el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha comenzado a reemplazar las tiendas de campaña por contenedores residenciales, conocidos como casas prefabricadas.
El sitio, que antes era un campamento militar, fue preparado por el ejército griego y abrió en febrero de este año. El viento característico del sitio hacía que las condiciones de vida para los refugiados en las tiendas de campaña fuesen precarias.
"Esta mañana estaba lloviendo de nuevo y fue la primera vez que no lo sentimos"
"No sabemos aún cómo se sentirá cuando haya fuertes vientos, pero en todo caso es mucho mejor ahora", dijo Omar, de 41 años. Quienes se han mudado a las nuevas casas prefabricadas están aliviados de estar protegidos no solo de la lluvia, el frío y el viento, sino también de los insectos, ratas y serpientes que dicen, eran amenazas para sus vidas en las tiendas de campaña.
En Nea Kavala, más de 170 casas prefabricadas han sido instaladas en una vieja pista, juntas pero aun así dando privacidad a sus residentes.
Cada una ha sido mejorada de algún modo por sus ocupantes. Al tiempo que las mujeres mueven sus pertenencias de las tiendas de campaña a sus nuevos hogares, los hombres usan lo que solía ser piso en las tiendas de campaña para hacer porches, cocinas externas, zapateros, estantes y paredes divisorias.
Han cubierto los pisos con las tapetes y cobijas del ACNUR para hacer más caluroso el lugar y los zapatos son dejados afuera para mantenerlo limpio.
"Justo terminé de limpiar adentro. Mi nueva cocina será la próxima", dijo Banan, sentada en la más grande de sus dos habitaciones, que están separadas por una pared divisoria y estantes hechos por su esposo. "Somos una familia grande. Si hacemos la cocina adentro, no habría espacio para dormir".
Sus hijos mayores, dos niños de 10 y 12 años, ambos sufren del trauma que experimentaron en Siria. Yamen tenía 10 y Mustafa 8 cuando los bombardeos aéreos alcanzaron su ciudad natal y la familia decidió buscar seguridad en otras partes del país. Después de muchos años, se fueron a Turquía y luego a Grecia, cuyas costas alcanzaron en Febrero de 2016.
La familia ha estado viviendo en Nea Kavala por más de siete meses, y cada noche Mustafa pide a su madre que lo cubra con capas de cobijas, ya que siente frío. Banan dijo que las capas de cobijas le hacen sentir más seguro que caliente. Su hermano mayor Yamen también está luchando con los recuerdos del conflicto.
Pese a ello, los niños ayudan a su padre con los trabajos de reparación y tienen grandes sueños. Yamen quiere ser un ingeniero y Mustafa espera convertirse en un maestro de matemáticas.
Omar construyó la cocina con muy poco, empleando herramientas que compró junto a otro refugiado. En Siria, solía trabajar como carretero y también laboraba en el área de la construcción. "Fue muy difícil aquí al comienzo", dijo Omar calmadamente. "Cuando trabajo, al menos me siento un poco mejor".
"Fue muy difícil aquí al comienzo. Cuando trabajo, al menos me siento un poco mejor"
Además de sustituir las tiendas de campaña con cerca de 1.000 contenedores residenciales en ocho campamentos oficiales con financiamiento de la Comisión Europea – Ayuda Humanitaria, y reubicar a personas vulnerables como aquellas con serios problemas de salud, el ACNUR están entregando hasta 200.000 artículos de invierno tales como ropa, bolsas de dormir y cobijas térmicas a 38.000 solicitantes de asilo en campamentos en tierra firme en y en las islas de Grecia.
Quince sitios han sido asignados al ACNUR por parte del Ministerio del Interior – Política Migratoria para mejoras en infraestructura, tales como la instalación de calefacción. Esto es parte de los esfuerzos humanitarios para preparar para el invierno a un total de más de 40 campamentos gestionados por el gobierno.
Gracias al Voluntario en Línea Omar Hernández por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.