Ucrania: ACNUR advierte de la necesidad de adoptar medidas urgentes frente al riesgo de minas terrestres
Ucrania: ACNUR advierte de la necesidad de adoptar medidas urgentes frente al riesgo de minas terrestres
ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, exige mayores esfuerzos para abordar los peligros y el legado de las minas terrestres en el este de Ucrania, una de las zonas con mayor proliferación de minas terrestres en el mundo y en donde se siguen sembrando minas en el contexto del actual conflicto, que ha desplazado aproximadamente 1,36 millones de personas.
Veinte años después de la adopción de la Convención sobre la prohibición de minas antipersonal, también conocida como la Convención de Ottawa, y como preludio de la celebración del Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas el próximo jueves 4 de abril, ACNUR trata de lograr una mayor concienciación sobre la terrible amenaza que suponen las minas, los restos bélicos explosivos y los artefactos explosivos improvisados en Ucrania.
Es imprescindible que el gobierno, las organizaciones humanitarias y todas las partes en el conflicto amplíen su ámbito de acción contra las minas en Ucrania. Según el último Informe Anual de Monitoreo de Minas Terrestres de 2018, Ucrania se situó en el tercer puesto a nivel mundial en respecto al número de víctimas, sólo por detrás de Afganistán y Siria, al tiempo que las minas terrestres y los restos bélicos explosivos siguen matando o hiriendo a personas.
Como ocurre en otros lugares del mundo, son los civiles quienes se encuentran especialmente expuestos. Además de los peligros a los que se enfrentan aquellos que huyen del conflicto, la presencia de minas también plantea serios problemas para las personas refugiadas y desplazadas internamente de cara al posible regreso a sus hogares.
En el este de Ucrania, la contaminación con minas terrestres afecta a más de dos millones de personas, limitando de este modo la libertad de movimientos y representando una grave amenaza para los civiles que cruzan la línea de contacto entre las zonas controladas por el gobierno y bajo control no estatal.
La presencia de minas y munición sin explotar hace muy difícil, o incluso a veces imposible, la reparación de infraestructuras críticas que han resultado dañadas por los bombardeos, como las estaciones de bombeo de agua que proveen de agua a miles de personas en el este de Ucrania. La contaminación con minas terrestres también tiene un impacto en la capacidad de subsistencia de la población que depende de la agricultura y dificulta el acceso a centros educativos y sanitarios.
Las autoridades nacionales ucranianas calculan que unos 7.000 kilómetros cuadrados en las áreas controladas por el gobierno en Donetsk y Luhansk se encuentran contaminadas por la presencia de minas, pero en no está claro en qué medida. En las áreas no controladas por el gobierno se entiende que la situación es grave.
El gobierno ha emprendido algunas medidas positivas al adoptar la Ley de Acción contra Minas de Ucrania, que entró en vigor el 25 de Enero, así como un conjunto de normas nacionales de acción contra minas para las organizaciones que se dedican a la remoción de minas, que entró en vigor el 1 de abril, y que parte de las mejores prácticas internacionales. No obstante, es preciso disponer de una financiación adecuada para que se puedan poner en marcha estas disposiciones legales.
ACNUR reitera la importancia de ampliar el alcance de la asistencia a las víctimas de minas, para así asegurar una cobertura integral para todas las víctimas, en línea con la Política de las Naciones Unidas sobre asistencia a las víctimas de minas. Actualmente, en el marco de la Ley de Acción contra Minas de Ucrania, únicamente los menores de 18 años tienen derecho a asistencia económica. La Política de las Naciones Unidas recomienda que la asistencia a las víctimas de las minas terrestres incluya la recopilación de datos, atención médica, rehabilitación física y de otro tipo, incluida la atención psicosocial.
Como medida preventiva, es esencial que todos los niños y adultos en el este de Ucrania reciban formación para identificar minas terrestres y residuos bélicos explosivos, y que se les enseñe a evitar o minimizar los riesgos.
Los socios de la acción humanitaria contra las minas en Ucrania comenzaron a contratar y formar a mujeres para puestos de desminado y, a finales de 2018, aproximadamente el 20% del personal de desminado eran mujeres. Muchas de ellas provienen de aldeas contaminadas por minas y están trabajando para mejorar la seguridad y el futuro económico de sus propias comunidades.
A nivel global, en muchos puntos afectados por los conflictos las personas refugiadas y desplazadas internas continúan siendo especialmente vulnerables a la amenaza de las minas terrestres. Ya sea al huir de, a través o hacia áreas contaminadas por las minas, esta amenaza sigue matando, hiriendo y generando traumas a personas y comunidades.
Las minas también constituyen un obstáculo crítico a los retornos en condiciones dignas y seguras, ya que representan un enorme peligro en todo el mundo para las personas refugiadas y desplazadas que desean regresar a sus hogares, al tiempo que constituyen un freno a los esfuerzos más amplios para reconstruir las comunidades tras el fin del conflicto.