Se alcanza un punto de inflexión en la lucha contra la apatridia, mientras los países asumen nuevos compromisos
Se alcanza un punto de inflexión en la lucha contra la apatridia, mientras los países asumen nuevos compromisos
En un momento histórico de la lucha contra la apatridia en el mundo, más de 85 gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y organizaciones internacionales y regionales asumieron esta semana cientos de nuevos compromisos para poner fin a la apatridia, una de las principales causas de privación de derechos humanos para millones de personas en todo el mundo.
En una reunión en Ginebra organizada por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, se recibieron más de 300 compromisos. La reunión, conocida como el Segmento de Alto Nivel sobre Apatridia, se realizó en el marco de la sesión anual del Comité Ejecutivo de ACNUR.
Nunca se habían registrado un número tan alto de compromisos en una sola ocasión. Entre ellos, más de 220 fueron compromisos asumidos por más de 55 Estados para ratificar o adherirse a las convenciones de la ONU sobre apatridia, facilitar la naturalización de las personas apátridas, prevenir la apatridia poniendo fin a la discriminación de género en las leyes de nacionalidad, garantizar el registro universal de los nacimientos, proporcionar protección a las personas apátridas y mejorar o iniciar la recopilación de datos sobre las poblaciones apátridas.
“Estamos alcanzando un momento crucial en el esfuerzo mundial para erradicar la apatridia. En esta semana se ha demostrado que existe un nivel sin precedentes de voluntad política y compromiso para resolver este problema y evitar que se vuelva a presentar”, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi.
“Es crucial que estos compromisos se conviertan en acciones. De nuestra parte, intensificaremos los esfuerzos para ayudar a los Estados a alcanzar el objetivo de erradicar completamente la apatridia, objetivo que está a nuestro alcance, siempre y cuando se mantenga este impulso”.
ACNUR convocó el Segmento de Alto Nivel sobre Apatridia en el punto medio de su campaña decenal, #IBelong, que se inició en 2014 con el objetivo de erradicar la apatridia en 2024.
Durante el Segmento de Alto Nivel, los Estados se comprometieron específicamente a ratificar o adherirse a una o ambas convenciones de la ONU sobre apatridia: la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954 y la Convención para Reducir los Casos de Apatridia de 1961. Con estos avances, la Convención de 1954 pasaría el significativo umbral de 100 Estados Partes, lo que representaría más de la mitad de los Estados Miembros de las Naciones Unidas.
El lunes, Angola y Colombia se convirtieron en los dos últimos países en adherirse a las Convenciones, presentando formalmente los instrumentos de adhesión y ratificación de los tratados durante el evento.
Otros países se comprometieron a reformar aquellas leyes de nacionalidad que impiden a las mujeres transmitir su ciudadanía a los hijos. Esta semana, ACNUR acogió con satisfacción una enmienda realizada por la República Islámica de Irán a su ley de nacionalidad, en virtud de la cual los hijos de mujeres iraníes y de padres no iraníes podrán adquirir la nacionalidad iraní.
Del total de los compromisos presentados, más de 35 se centraron en la intensificación de los esfuerzos para garantizar la inscripción universal de los nacimientos, más de 30 se refirieron al establecimiento de procedimientos la identificación de las personas apátridas a fin de proporcionarles protección y facilitar su naturalización, y más de 15 fueron compromisos asumidos por los Estados para introducir salvaguardias en sus leyes de nacionalidad con el objeto de prevenir la apatridia infantil.
A nivel mundial, se tiene conocimiento de al menos 3,9 millones de personas apátridas, pero se estima que la verdadera cifra total sea significativamente más alta, incluso porque las estadísticas sobre apatridia sólo son reportadas por un tercio de los países del mundo. En un esfuerzo para identificar y asistir a las personas apátridas de manera más efectiva, más de 25 Estados se comprometieron a adoptar medidas para mejorar la recopilación de datos sobre la apatridia, incluso mediante censos nacionales, en algunos países.
La apatridia destroza la vida de millones de personas en todo el mundo, privándolas de sus derechos fundamentales y del acceso a servicios esenciales y exponiéndolas a la marginalización política y económica y a la discriminación, lo que las hace particularmente vulnerables a la explotación y el abuso.