Cerrar sites icon close
Search form

Buscar el sitio de un país

Perfil de país

Sitio de país

Mujeres y niños en línea de fuego mientras la violencia expulsa a 23.000 refugiados más de Nigeria

Historias

Mujeres y niños en línea de fuego mientras la violencia expulsa a 23.000 refugiados más de Nigeria

ACNUR intensifica sus actividades, a pesar del COVID-19, para ayudar a Níger ya que la nueva afluencia lleva la cifra total a más de 60.000.
19 Mayo 2020 Disponible también en:
Habsou cuida a los hijos de su hermana después de que ella muriera dando a luz durante su huida. El bebé también murió.

Tan pronto como escucharon los primeros disparos, Habsou y su hermana Mariama* agarraron a sus hijos y corrieron por sus vidas.


"Cuando llegaron los hombres armados, los vi con mis propios ojos", dijo Habsou, recordando el ataque el mes pasado en su pueblo natal de Gangara, uno de los más golpeados por un aumento de la violencia en el noroeste de Nigeria, que ha obligado a 23.000 personas a huir solo en abril.

Mariama estaba muy embarazada y no sobrevivió a la dura caminata de 24 horas a pie hasta el vecino Níger.

"El parto de mi hermana comenzó... ella no sobrevivió".

“Mientras estábamos en Nigeria, comenzó el parto de mi hermana... ella no sobrevivió. Su bebé estaba vivo. Lo llevamos con nosotros, pero estaba débil. Ocho días después de que llegamos aquí, lo llevaron a un centro de salud, pero murió hace unos días”, dijo Habsou con tristeza.

Dando una taza de agua turbia a la menor de nueve niños que cuida ahora, cinco suyos y cuatro de su hermana, relató su historia en silencio, con los ojos llenos de emoción y determinación: "Es extremadamente doloroso, la peor prueba de mi vida, y no hay nada que pueda hacer".

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados informó la semana pasada que 47 personas murieron en uno de los ataques más mortíferos de hombres armados en la ciudad de Kankara (estado de Katsina) y en las aldeas cercanas de Danmusa y Dusi-ma. Además, 22 aldeanos fueron asesinados el 1 de abril en Gangara, estado de Sokoto, según la policía local. Las Fuerzas Armadas de Nigeria respondieron a la última ola de ataques en los estados de Katsina, Sokoto y Zamfara en Nigeria con ataques aéreos.

Solo el mes pasado, ACNUR dice que unas 23.000 personas huyeron del aumento de la violencia, llevando a 60.000 el número de personas que huyó en el último año de los ataques en curso de grupos armados en los estados de Nigeria de Sokoto, Zamfara y Katsina. Como resultado de la inseguridad transfronteriza, otros 19.000 ciudadanos de Níger también están ahora desplazados en su propio país.

ACNUR está extremadamente preocupado por el deterioro de la situación. Los que huyen hablan de violencia extrema desatada contra civiles, asesinatos, secuestros por rescate, y saqueos de aldeas.

“La situación en la región es motivo de preocupación, particularmente en vista del aumento de los grupos criminales que operan en Nigeria. Este es el punto central de la presencia del ACNUR en la región", dijo Alessandra Morelli, Representante del ACNUR en Níger. “Hemos abierto una suboficina en Maradi para coordinar mejor la respuesta de emergencia a nivel local y para proteger mejor a las personas obligadas a huir de la violencia. La esencia de nuestro mandato es la proximidad”.

"Lo hemos perdido todo".

Los recién llegados necesitan urgentemente agua, alimentos y acceso a servicios de salud, así como alojamiento y ropa. Al igual que Habsou, muchos no pudieron llevar sus pertenencias.

“Lo hemos perdido todo. No sé qué pasó con nuestros esposos. Hasta hoy no tengo noticias ", agregó Habsou.

Habsou, como muchos otros residentes de Gangara, se ha refugiado en Garin Yahaya, un pueblo ubicado a 15 km de la frontera nigeriana en la región de Maradi en Níger.

Un pueblo de calles estrechas y casas de banco (tierra), ahora está lleno a punto de estallar. Desde principios de abril, sus 3.300 habitantes han acogido a unos 2.500 parientes que hablan hausa. Cada patio está repleto de docenas de personas, principalmente mujeres y niños, que se refugian de temperaturas que pueden superar los 45 grados.

Mujeres refugiadas nigerianas con sus familiares en Níger, en la aldea de Garin Yahaya, donde han encontrado seguridad.

Los ojos de todos hablan de hambre, cansancio y ansiedad. A este ritmo, las reservas de alimentos de la aldea no durarán mucho.

"En este momento, nos gustaría tener comida, alojamiento pero... solo esperamos paz y tranquilidad para poder regresar a casa", dijo Maigari Abara-Gangara, líder de los refugiados.

Un hombre alto y delgado, con un gran sombrero de paja, contó en detalle el ataque a Gangara, que normalmente alberga a unas 5.000 personas.

“El 1 de abril, a última hora de la tarde, varios cientos de hombres no identificados armados atacaron la aldea. Entraron a pie y dispararon contra los jóvenes, aquellos que podían resistir. Los bandidos estaban matando, quemando y saqueando. Le prendieron fuego a los graneros que contenían nuestras reservas de alimentos”, dijo.

Se han producido ataques similares en los tres estados, lo que provocó la última afluencia a Níger. Pero los "bandidos" también están haciendo incursiones allí, haciendo que las poblaciones locales abandonen sus hogares y huyan para salvar sus vidas.

El 10 de mayo, atacaron una aldea a solo ocho kilómetros de Garin Yahaya para robar ganado. Fueron capturados por una patrulla de las fuerzas de seguridad nigerianas en su camino de regreso a Nigeria. Un enfrentamiento estalló y dos civiles fueron baleados y heridos.

A los refugiados de Nigeria se les permitió buscar protección en Níger a pesar del cierre de fronteras debido a COVID-19. Ahora, ACNUR está trabajando en estrecha colaboración con las autoridades de Níger para reubicar al menos a 7.000 refugiados a un lugar seguro y proporcionarles agua, alimentos, refugio, acceso a la salud y otro tipo de apoyo esencial.

“Brindamos protección y acceso a servicios básicos como salud, educación y acceso al agua. El ACNUR, como parte del sistema de las Naciones Unidas, también está trabajando con las autoridades de Níger para reubicar a los refugiados a "aldeas de oportunidad" lejos de la frontera, para garantizar su seguridad y aliviar la presión sobre la población de acogida ", agregó Morelli.

* Nombres completos retenidos por razones de protección