El futbol, puerta de oportunidades para Fernanda

QUITO, Ecuador, 14 de julio de 2016 (ACNUR) – Fernanda se ríe mientras toma las manos de dos de los chicos con los que trabaja. Los tres empiezan a correr al unísono pateando el balón hacia el arco. Hace un año esta joven de 21 años no imaginaba que ella seria mediadora en el campeonato mundial de Futbol 3, el Streetfootballworld, que se celebró dentro del marco de la Eurocopa 2016 en Francia. Y menos que encabezaría la delegación de Ecuador

"Durante el torneo me preguntaban cómo me sentía al ser colombiana y representar al Ecuador. Para mí fue un orgullo muy grande representar al país que acogió a mí y a mi familia hace más de 10 años", explica esta joven refugiada de origen colombiano. Originaria de Pereira (Colombia), Fernanda es una joven madre sola de dos niños de cuatro y dos años que vive en Quito desde que en 2005 llegara con sus padres y hermana huyendo de la persecución en su país natal. Como una de los alrededor de 60.000 refugiados que viven en Ecuador, el desarraigo y las dificultades socioeconómicas suponían limitantes a su proceso de integración.

"Hace un año mi prima me habló de un programa para que los jóvenes nos formáramos, tuviéramos más habilidades. Y jugáramos futbol", cuenta esta joven vivaracha de pelo rojizo. "No sabía si tendría el tiempo. Pero mi madre me apoyó cuidando a mis hijos".

Fernanda, igual que otros 40 jóvenes refugiados y ecuatorianos, formó parte del proceso A ganar, una iniciativa destinada a potenciar las capacidades de jóvenes en situación de vulnerabilidad para ampliar sus oportunidades de autosuficiencia. Desarrollado por la Fundación de las Américas, FUDELA, A ganar es parte de los esfuerzos impulsados por la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, para favorecer que la población refugiada en Ecuador alcance soluciones duraderas en su país de acogida.

En este espacio, Fernanda no solo adquirió nuevas habilidades, sino que empezó a descubrir oportunidades. Y los organizadores no tardaron en descubrir el potencial de liderazgo en ella, quien se ha convertido en un referente para los jóvenes

"El terremoto de abril en la costa de Ecuador fue un golpe muy duro. Por eso estuve allí apoyando, tenía que ir a ayudar" cuenta Fernanda, quien participo en una caravana solidaria para apoyar a niños, niñas y jóvenes de la comunidad costera de Chamanga (provincia de Esmeraldas).

"Fernanda es una bomba positiva. Fue una de las personas más capaces y con más actitud en el proceso A ganar", asegura Luis Vargas quien coordina las actividades el programa. "Su energía nos decidió a elegirla como cabeza de la delegación ecuatoriana en el torneo de Francia".

El torneo, el Streetfootballworld, reunió a finales de junio en Lyon (Francia) a cien equipos de cincuenta países en un encuentro parta promover a través del fútbol valores en torno al trabajo en equipo. Durante el encuentro, Fernanda fue mediadora en el trabajo de los diversos equipos.

"Es lo mejor que he hecho en mi vida", asegura Fernanda horas después de regresar de Lyon. "Me llenó de ilusión y, aunque no compartíamos el idioma, pude conocer a personas, culturas de las que he aprendido mucho."

Para Peter Janssen, Representante Adjunto de ACNUR en Ecuador, "Estos espacios con esenciales para la integración de la población joven, que cuenta con potencial para el desarrollo de su país de acogida. Jóvenes como Fernanda nos demuestran que la población refugiada no son solo personas que necesitan apoyo, sino actores que aportan con su creatividad, con su esfuerzo y con su capacidad de ser solidario y apoyar a otros".

Antes de A Ganar, Fernanda tenía como prioridad su maternidad y no contemplaba hacer algo más que proveer por el futuro de sus hijos, trabajando con su madre y padre en el negocio de serigrafía que establecieron un año después de llegar a Ecuador. Hoy, esta joven llena de energía, tiene un nuevo reto en mente.

"Quiero estudiar sociología después del colegio. Hoy me veo como una mujer luchadora que va a sacar a ella y toda su familia adelante" dice con un tono que denota la confianza que tiene en sí misma.

Por Carolina Loza en Quito, Ecuador