Refugiados hinchan junto a brasileños por la selección verde amarilla durante los partidos de los Mundiales
Refugiados hinchan junto a brasileños por la selección verde amarilla durante los partidos de los Mundiales
SÃO PAULO, Brasil - La pasión por el fútbol atraviesa fronteras, agita a hinchas de diferentes edades y aproxima a personas para que alienten juntas a un único equipo, aunque los hinchas hablen idiomas diferentes.
“Llegué aquí a Brasil hace poco más de dos meses y ya sabía que tenía que aprender el portugués para integrarme en la comunidad, para conversar con las personas y buscar un trabajo. Lo único es que no aprendí portugués a tiempo para hinchar por Brasil, pero ahí es mi cuerpo que habla”, dice el sirio Khaled, de 42 años.
Él alentó a Brasil en la casa de Vanessa, una paulistana de 31 años que acogió a Khaled junto con su familia, en la zona sur de São Paulo.
“Hice mi inscripción en el proyecto para recibir aquí en casa a una persona refugiada y fue una experiencia muy enriquecedora para todos nosotros. Conocimos un poco sobre la cultura de él, su historia y supimos que su esposa e hijos continúan en Siria. Eso es muy triste”, afirmó la brasileña, a quien le encantó la propuesta del proyecto.
Khaled se inscribió en la plataforma Mi Amigo Refugiado, un proyecto desarrollado por la ONG Migraflix, socia de ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados), que fomenta el encuentro entre brasileños y personas refugiadas en fechas especiales, como la Navidad y el Año Nuevo. Además, están repitiendo la experiencia durante los partidos de la selección brasileña en el Mundial de Rusia.
Khaled era empleado de un banco cuando la guerra en Siria empezó. Él tenía esperanza que los conflictos pudiesen terminar en poco tiempo, pero se intensificaron y ya están en el octavo año, haciendo con que Siria sea el principal país de origen de refugiados en el mundo. Hay 6,3 millones de personas refugiadas en el mundo, siendo Turquía el principal país de acogida, de acuerdo con los datos del informe Tendencias Globales de ACNUR.
“Estar aquí y darme cuenta de lo hospitalero y respetuoso que es el pueblo brasileño nos da la seguridad de que estaremos bien en el país”.
El momento de la llegada al nuevo país es siempre un período difícil, de adaptación, que requiere el conocimiento de rasgos culturales y sociales en la comunidad de acogida. Sin embargo, esa posible dificultad fue superada por Khaled con mucha satisfacción.
“Estar aquí y darme cuenta de lo hospitalero y respetuoso que es el pueblo brasileño nos da la seguridad de que estaremos bien en el país. Brasil es un país que recibe al pueblo sirio con respeto, por medio de la visa humanitaria, proporcionando el documento de protocolo (documento de identidad provisional), CPF (Registro de Persona Física) y carné de trabajo. Aquí es posible alcanzar el sueño que traemos con nosotros”.
Otra familia brasileña que participó de los encuentros fue la pareja Roberta y Vinícius. Ellos se interesaron en conocer y compartir experiencias con personas refugiadas e invitaron a los venezolanos Yilmary, Jhan y a sus hijos para ver el partido de Brasil.
Roberta se graduó en relaciones internacionales y cree que ese sentimiento de unión de pueblos que se ve durante la Copa del Mundo podría representar a un mundo más humano, donde las personas se ayudan los unos a los otros durante tiempos difíciles.
“Para mí es muy gratificante esa experiencia de dialogar y conocer a personas refugiadas. Creo que cualquier persona llega al país para aportar, siempre trayendo consigo alguna cosa buena”.
A pesar de que el béisbol es el deporte más popular en Venezuela, Yilmary y Jhan se emocionaron durante el encuentro, alentando mucho a la selección brasileña.
“Es una experiencia maravillosa compartir ese momento con otras personas, conocer nuevas culturas, compartir esa emoción del deporte, sentir la pasión por el fútbol que nosotros no tenemos en Venezuela”, dijo Yilmary.
“Nosotros estamos aquí, prácticamente solos, sin nuestra familia cerca, por eso mientras más amigos hagamos, mejor”.
Con familiares aún viviendo en Venezuela y en otros países por el mundo, Yilmary y Jhan valoran la oportunidad de poder formar amistades con brasileños.
“Nosotros estamos aquí, prácticamente solos, sin nuestra familia cerca, por eso mientras más amigos hagamos, mejor”, dijo Yilmary.
Mientras la selección brasileña permanezca en el Mundial de Rusia, el proyecto Mi Amigo Refugiado seguirá promoviendo encuentros en São Paulo. De esa forma, al aproximar refugiados y brasileños, esa convivencia facilita el entendimiento de la situación de las personas refugiadas en el país y se vuelve un medio de promover una mejor acogida e integración de los recién llegados.
Gracias a la Voluntaria en Línea Deysi Bancayan Reategui por el apoyo ofrecido con la traducción del portugués de este texto.