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Encuentro de comités comunitarios en Amazonas

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Encuentro de comités comunitarios en Amazonas

ACNUR y su socio Fogones y Bandera promovieron un encuentro de los cuatro comités comunitarios, donde también estuvieron presentes la Defensoría del Pueblo, la ONG HIAS y el Consejo Municipal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
12 Noviembre 2019
Los comités comunitarios aprovecharon la ocasión para exponer a los presentes su identidad grupal y los unumas que han venido desarrollando de forma tangencial a su formación y actividades.

Unumas es una palabra de la lengua jivi que significa “integrados” y que se suele utilizar para referirse a iniciativas y proyectos comunitarios. En Sabaneta de Guayabal, estado Amazonas, los comités comunitarios formados con el apoyo de ACNUR por Fogones y Bandera, se dieron cita para compartir los avances que han tenido en la puesta en práctica de sus proyectos y el conocimiento que han capitalizado sus miembros.

Los integrantes pertenecen a las cuatro comunidades priorizadas con las que ACNUR trabaja en el estado Amazonas: Coromoto, Platanillal y Sabaneta de Guayabal, compuestas por indígenas en su mayoría de ascendencia jivi, y Los Caobos, una comunidad urbana ubicada en Puerto Ayacucho. Mientras que los tres primeros comités lo conforman personas indígenas, el último lo conforman criollos, tanto refugaidos como personas desplazadas y de la comunidad de acogida.

ACNUR y su socio Fogones y Bandera promovieron un encuentro de los cuatro comités comunitarios, donde también estuvieron presentes la Defensoría del Pueblo, la ONG HIAS y el Consejo Municipal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.

Este encuentro sirvió para demostrar que las diferencias que existen entre culturas se van atenuando a la luz de las experiencias compartidas. Los comités han tenido una etapa de formación que abarcó temas de derechos humanos, prevención de la apatridia, identificación de personas con necesidades específicas y rutas de atención. Además, los comités fueron formados en técnicas de agricultura, hasta el desarrollo de una intervención que permite incrementar el aprovechamiento nutricional con cultivos propios mediante el establecimiento de patios productivos comunitarios, semilleros y canteros.

En el caso de las comunidades indígenas esto ha sido de gran impacto ya que, como producto de la transculturización, el conuco y alimentos que conforman la despensa amazónica habían caído en desuso.  En el caso de Los Caobos, nunca habían desarrollado tales prácticas y, frente a los retos que enfrenta el país, lo ven como una forma de complementar su alimentación. El apoyo a la agricultura permite a las comunidades usar los productos autóctonos de la tierra y evitar un desplazamiento para la búsqueda de alimentos a otras zonas donde pueden estar expuestos a riesgos.

 “Es necesario que podamos extender estos conocimientos hacia nuestros vecinos, y que se contagien de ganas al ver lo que estamos logrando.” ~ Mónica Castellanos, residente de Los Caobos

De esta manera, más miembros de la comunidad podrán participar, garantizando que haya continuidad en el tiempo, razón por la cual los comités se juntaron para compartir las buenas prácticas que han permitido la obtención de resultados positivos en poco tiempo. El impulso de iniciativas de medios de vida fortalece la resiliencia de estas comunidades, permitiendo a las personas recuperar orgullo en su autosuficiencia.

Los comités comunitarios aprovecharon la ocasión para exponer a los presentes su identidad grupal y los unumas que han venido desarrollando de forma tangencial a su formación y actividades: en Platanillal, “Árbol de la vida que florece” abarca la reforestación de especies endémicas como el moriche; en Coromoto, “Agua de Vida” busca la reactivación del Tobogán de la Selva como atractivo turístico; en Los Caobos, “Mayupatic” se orienta a la replicación y difusión de prácticas agrícolas en espacios urbanos; y en Sabaneta de Guayabal, “Basue Pabi” apunta al rescate de tradiciones ancestrales ya olvidadas relacionadas con la cosecha de caña dulce.

Al finalizar las presentaciones, se compartió una olla comunitaria de sopa de pescado—elaborada por el Chef Nelson Méndez, fundador del Instituto Culinario de Investigación Amazónica (ICIA), que colabora continuamente con las actividades de Fogones y Bandera—plato que ancestralmente los jivis han tenido en su mesa. En toda la jornada quedó latente el espíritu de comunidad, la organización y la capacidad de todos los presentes, así como el deseo de extender el conocimiento y las buenas prácticas a otras comunidades.

Además, como muestra de la confianza y cercanía que se ha cultivado entre la comunidad y los equipos de trabajo de ACNUR y Fogones y Bandera, la comunidad anfitriona organizó una muestra cultural de danzas típicas y rituales ancestrales. “La pollera colorá”, típico de Colombia y organizado por miembros del Comité de Los Caobos, y “El Brincaito” jivi (baile típico de esta etnia, que simboliza la dicha y requiere que los bailarines entrelacen los brazos mientras saltan) sirvieron como cierre a este encuentro, con un abrazo en el que se desdibujaron las diferencias, las fronteras y las nacionalidades.