Emergencia en Sudán

Millones de personas están siendo forzadas a abandonar sus hogares debido al mortífero conflicto armado entre las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF, en inglés) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, en inglés), un grupo paramilitar. Los desplazamientos también se deben al resurgimiento de la violencia intercomunitaria en la región de Darfur. Mujeres, niñas y niños componen la mayor parte de estos desplazamientos, junto con otros grupos en situación de vulnerabilidad, como personas mayores, personas con discapacidad y personas enfermas.

Un gran número de vidas se ha perdido desde que se desató la violencia, el 15 de abril de 2023; además, luego de haber sido desarraigadas, cientos de miles de familias requieren protección y asistencia urgentemente. Muchas de ellas han estado llegando a zonas fronterizas de difícil acceso, donde recibir apoyo ha sido muy complicado por los pocos servicios disponibles.

Por los enfrentamientos que ha habido recientemente en el estado de Al Jazirah y en la región occidental de Darfur, cientos de miles de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares. Los sitios en los que se habían guarecido las personas desplazadas internas no han sido inmunes a la violencia; aunado a ello, las condiciones han empeorado por la temporada de lluvias, que también ha abonado al brote de cólera y malaria.

La infraestructura que más se necesita está colapsando; además, es muy limitado el acceso a servicios básicos, como agua potable, atención médica y albergue. Millones de niñas y niños padecen altos índices de inseguridad alimentaria, y más de una docena de regiones en el país están al borde de la hambruna. De hecho, se ha confirmado que hay hambruna en el campamento de Zamzam, al norte de Darfur, pues ha sido limitado el acceso de las agencias humanitarias.

Los equipos de emergencia de ACNUR han estado colaborando estrecha e incansablemente con las autoridades y con otros socios para apoyar a las personas recién llegadas en los países vecinos (entre ellos, Chad, Etiopía, República Centroafricana y Sudán del Sur). Además, la organización ha estado brindando apoyo vital y está reubicando a las personas refugiadas recién llegadas, enviándolas a campamentos nuevos o existentes lejos de las fronteras.

Más de 660.000 personas sursudanesas refugiadas que vivían en Sudán previo al conflicto han retornado a su país de origen. ACNUR ha estado trabajando codo a codo con las autoridades locales para establecer centros de tránsito cerca de la frontera y para ayudar a las personas retornadas a llegar a las áreas de las que provienen.

Mientras tanto, en Sudán, en la medida en que la situación de seguridad lo permite, ACNUR ha estado brindando asistencia a las personas refugiadas y desplazadas internas, proporcionándoles albergue, protección y artículos no alimentarios.

Para ampliar el alcance del apoyo que brinda, ACNUR ha estado colaborando con los gobiernos de acogida para coordinar un plan de respuesta regional que involucra a 140 socios – entre ellos, agencias de la ONU, organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, y grupos de la sociedad civil – para asistir a las personas refugiadas, retornadas y nacionales en los cinco países que colindan con Sudán.