Una pareja polaca ayuda a que los refugiados ucranianos sean autosuficientes
Una pareja polaca ayuda a que los refugiados ucranianos sean autosuficientes
Su filosofía empresarial también huye de lo convencional. En los últimos años del comunismo en Polonia, este licenciado en cine creó una exitosa empresa agrícola en un momento en que otros empresarios se dedicaban a industrias más modernas. A principios de los noventa fundó su empresa inmobiliaria Arche, con la que restauró edificios históricos abandonados que se convirtieron en las joyas de una exitosa cadena hotelera.
“En los negocios, el dinero es un elemento totalmente secundario para mí. Nunca he leído ningún plan de negocios”, explica Władysław, con los ojos brillantes por encima de su característico bigote blanco como la nieve, habitual en los carteles publicitarios de Siedlce, su ciudad natal. “Nunca me interesó ganar dinero. Siempre quise ser útil o participar en algo. Actúo por emociones”.
No es de extrañar, pues, que cuando él y su esposa, la artista Lena, crearon la Fundación Lena Grochowska en 2014 para dirigir su labor humanitaria, esta también evolucionara hacia algo fuera de lo común.
La fundación empezó asistiendo a los descendientes repatriados de polacos exiliados a Asia Central durante el comunismo, antes de ampliarse para ayudar a otras personas, como personas con discapacidad, personas sin hogar y antiguos reclusos. Respaldada por el negocio inmobiliario de los Grochowski, una de las principales áreas de apoyo era brindar alojamiento en edificios propiedad del Grupo Arche, el mayor operador hotelero privado de Polonia y uno de sus mayores promotores inmobiliarios.
Tras la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, más de 1,5 millones de personas refugiadas buscaron protección en la vecina Polonia. Durante el año siguiente, la fundación proporcionó a los refugiados más de 500.000 noches de alojamiento gratuito, mientras que solo en 2022 invirtió 4,5 millones de dólares (USD) en alojamiento a largo plazo para familias ucranianas, incluyendo la apertura de centros de alojamiento en seis ciudades polacas diferentes.
Construir independencia
“Es muy difícil imaginar cómo se sienten las personas cuando tienen que huir de sus hogares”, comenta Lena. “Es una tragedia increíble. Ayudamos todo lo que podemos”. Pero la pareja comprendió que, aunque era vital cubrir las necesidades básicas de las personas refugiadas, como comida y alojamiento, esto no sería suficiente por sí solo.
“Es necesario que todos sean recibidos con dignidad”, explicó Władysław. “La dignidad se consigue mediante el trabajo. Por eso, en nuestros hogares de refugiados, no nos limitamos a dejar a las personas y darles [asistencia] ya lista. Las personas son activas y buscan trabajo. Ser independiente es una fortaleza”.
Inspirada por las pasiones artísticas de Lena, la fundación creó talleres profesionales que emplean a docenas de personas refugiadas y polacas que trabajan codo con codo para producir cerámica ornamentada, obras de arte y otros productos artesanales que se venden por internet y en los hoteles de Arche. También abrieron una cadena de cafeterías en Siedlce, Varsovia y Gdańsk atendidas por personas con discapacidad, que venden pan y pasteles tradicionales elaborados en la panadería de la fundación. En cada una de las instalaciones, el sentido del trabajo en equipo y de comunidad es evidente.
“Las actividades de la Fundación giran en torno al arte en su sentido más amplio, la cultura y la tradición”, explica Lena. “El arte y la empresa se entrelazan, y es muy interesante. Creo que el arte aporta mucho. Cambia el mundo; cambia a las personas”.
En reconocimiento a su apoyo a los refugiados y otras personas en Polonia, Lena Grochowska y Władysław Grochowski han sido nombrados ganadores regionales para Europa del Premio Nansen para los Refugiados de ACNUR 2023.
- Ver también: Un exrefugiado que defiende el derecho a la educación de la infancia desplazada gana del Premio Nansen de ACNUR
“Este premio es para todos los miembros de la Fundación”, señala Lena. “Sin las personas... no podríamos conseguir nada. Pero trabajando juntos como un grupo, podemos hacer mucho. De eso se trata”.
“La dignidad se consigue mediante el trabajo”.
Ludmila, de 38 años, es una de las personas que han prosperado gracias al apoyo de los Grochowski y su fundación. Llegó a Siedlce en marzo de 2022 con sus dos hijos, después de huir de su hogar cerca de Kiev tras pasar tres semanas resguardándose de los combates en un sótano bajo su edificio de apartamentos.
La familia se alojó en casa de unos amigos antes de alquilar un piso compartido, pero Ludmila, estilista de profesión, solo podía encontrar trabajos ocasionales de limpieza y recolección de setas mientras se dedicaba a aprender polaco, y se estaba quedando sin dinero y sin opciones. Fue entonces cuando una amiga le habló de la fundación, que estaba contratando a una recepcionista para trabajar en el albergue de refugiados que se estaba abriendo en la ciudad.
No solo consiguió trabajo, sino que ella y sus hijos se hicieron de un pequeño apartamento en el nuevo albergue. “Cuando empezamos a vivir solos en un lugar tranquilo, empezamos a sentirnos seguros”, comparte Ludmila. “Si no tienes trabajo, nunca puedes estar seguro del mañana”.
“Sin las personas... no podríamos conseguir nada”.
Gracias a la estabilidad que adquirió viviendo y trabajando en el albergue, Ludmila se sintió preparada para arriesgarse cuando una amiga ucraniana, Oksana, se mudó y le ofreció la oportunidad de comprar su peluquería en el centro de Siedlce. Ha renombrado el negocio con el nombre de “Oxígeno”, en referencia al nombre de pila de su amiga y a la ayuda que recibió de la fundación.
“Está haciendo algo muy grande por los ucranianos”, explica. “La fundación nos dio esa posibilidad – como un soplo de aire – de funcionar y de alguna manera recuperarnos en un país extranjero”.
Modelos a seguir
Con su ejemplo, los Grochowski han inspirado a otras empresas a seguir su ejemplo. Konstanty Strus, otro promotor inmobiliario de Siedlce, conoce a la pareja desde principios de los 80 y está casado con la hermana de Władysław. Tras el estallido de la guerra en Ucrania, Strus ofreció a la pareja un hotel de trabajadores de su propiedad que iba a ser demolido para construir una nueva urbanización que albergaría a refugiados ucranianos.
“El trabajo de Władysław y Lena tiene un valor incalculable, son un ejemplo para otras empresas polacas”, afirma Strus. “Władysław es una persona muy humilde (...) que inspira a los demás a actuar sin forzarlos ni pedírselo. Lena aporta su calidez a la fundación y abraza a todos los que trabajan con ella”.
Los Grochowski siguen buscando nuevas maneras de empoderar a las personas a las que ayuda su fundación. En uno de los terrenos que rodean a su casa de campo, a 30 minutos de Siedlce, están construyendo un gran edificio circular de madera en el corazón de una nueva granja ecológica que proporcionará alojamiento y trabajo a personas con discapacidad.
Władysław comparte su convicción de que ayudar a las personas refugiadas no debe considerarse un acto caritativo, sino algo que beneficia a las sociedades.
“Creo que el problema de los refugiados crecerá, y no podemos cerrarnos ni levantar más muros", afirma. "Pueden aportar mucho, y al excluir a estas personas lamentablemente perdemos mucho”.
“Son buenas personas que se han encontrado en una situación difícil, ya sea por las guerras o por el cambio climático... Cuanto más seamos solidarios, más hermoso será el mundo y el futuro que podamos construir”.