Declaración ante la reunión ministerial de alto nivel sobre la situación humanitaria en Afganistán

Secretario General, ministros, colegas:

Les hablo desde Afganistán. Llegué esta mañana para expresar mi solidaridad con el pueblo afgano y para apoyar a los compañeros de las Naciones Unidas y ONG que, como ya he podido ver, no solo se quedan aquí sino que ya están construyendo y ofreciendo resultados. Siguiendo la información de Martin Griffiths acerca de su propia visita la semana pasada, voy a permanecer aquí dos días y después iré a Mazar-i-Sherif antes de abandonar el país.  

En las últimas semanas la atención se ha centrado fundamentalmente en evacuar personas de Afganistán. Ahora es el momento de prestar una atención urgente a la dramática situación en el interior del país, tal y como ya ha sido descrita. Como ya sabemos, el pueblo afgano domina la adopción de mecanismos de afrontamiento. Pero hoy esos mecanismos de afrontamiento están dados de sí hasta su punto de ruptura. Visto desde la perspectiva de ACNUR el aspecto del desplazamiento es dramático, con 3,5 millones de personas desplazadas internas, de las cuales 500.000 se han desplazado recientemente.

Visto desde la perspectiva de la crisis actual, temo que el colapso de unos servicios y una economía –de los que ya se ha dicho que se encuentran en situación de riesgo– unido al aumento de la violencia y las tensiones, pueda traducirse en un desplazamiento mucho mayor, tanto interno como externo. Y esto puede suceder muy pronto.

Hoy tengo tres mensajes finales:

En primer lugar, hay que evitar que se produzca este colapso. Soy consciente de las complejidades políticas, pero empecemos por dar plena financiación a los llamamientos humanitarios y por abordar urgentemente las cuestiones financieras y de desarrollo más complejas. Acción humanitaria: tras solo unas horas aquí, queda claro que es posible. Existen riesgos de seguridad, pero quizá también más espacio y oportunidades de seguridad que en meses y años precedentes.  Y la acción humanitaria, como he podido comprobar en mi interacción con los líderes talibanes, abrirá sin duda un espacio para el diálogo acerca de cuestiones más complejas: derechos humanos, derechos de la mujer, mujer y empleo, educación de niñas, derechos de las minorías. Si, junto con los actores humanitarios, recibimos la financiación ahora, ampliaremos la respuesta. Y, desde una perspectiva del desplazamiento, esto resulta especialmente importante de cara al invierno.

El segundo mensaje, y reitero lo que ya ha dicho Martin, es que la financiación tiene que ser flexible; esto es especialmente cierto por lo que respecta al desplazamiento. Tenemos que ser capaces de responder ante una situación cambiante; es posible que veamos nuevos desplazamientos y que veamos a personas que regresan a sus hogares. Ya hemos visto cómo unas 100.000 personas han regresado a sus zonas de origen. Por favor, no nos obliguen a trabajar con un corsé operativo causado por una financiación no flexible; déjennos ayudar a los afganos allá donde estén y estabilizar los flujos de población.

Y, por último, no se olviden de la dimensión de las personas refugiadas. No se olviden de los millones de refugiados afganos, los afganos no registrados y las personas que los acogen, sobre todo en Irán y Pakistán pero también en Turquía, donde estuve hace tan solo unos días.  Por supuesto, en caso de que lamentablemente se produjeran nuevos flujos, haría un llamamiento a todos los países para ejercer su generosa hospitalidad con las personas solicitantes de asilo. Pero, con independencia de nuevos flujos de población, es importante brindar ayuda a los refugiados existentes. Por eso, además del llamamiento de 600 millones USD que se lanza hoy, lanzamos hace unos días un llamamiento humanitario de 300 millones USD para países colindantes. Esto implica financiación, vacunas (sobre todo en Irán) y más plazas de reasentamiento.

Por último, quisiera reiterar mi llamamiento para que todos los estados detengan las deportaciones de personas afganas en este momento crítico. Y, en caso de que alguno de ellos llame a su puerta, den muestras de la humanidad y solidaridad que las personas necesitadas de protección precisan en este momento tan difícil.

Gracias.