ACNUR hace frente a una gran presión con las operaciones de emergencia en África
ACNUR hace frente a una gran presión con las operaciones de emergencia en África
GINEBRA, Suiza, 5 de abril (ACNUR) -- Con tres grandes operaciones de emergencia llevándose a cabo en África, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, dijo el martes que desde que se hiciera cargo del puesto de Alto Comisionado en 2005, la Agencia nunca antes había estado sometida a tanta presión.
António Guterres, que se dirigió a los periodistas en Ginebra tras regresar de Kenia, también rindió homenaje a los compañeros de Naciones Unidas que han fallecido en los últimos días, incluyendo a las siete personas asesinadas por la violencia callejera en Afganistán, las víctimas del accidente aéreo en la República Democrática del Congo y los miembros del personal de ACNUR atrapados en las oficinas de la organización en Abiyán por los combates que están teniendo lugar en Costa de Marfil.
El Alto Comisionado dijo que su viaje a Kenia, y a los campos de refugiados de Dadaab, un complejo en expansión situado al noroeste del país, ha sido la última de una serie de misiones llevadas a cabo durante el último mes con el objetivo de evaluar las tres crisis más importantes de desplazamientos a las que se enfrenta ACNUR: Costa de Marfil, Libia y Somalia.
António Guterres informó que ACNUR había desplegado equipos de emergencia en Túnez y Egipto, y que otro equipo estaba preparado para viajar a Libia tan pronto como se recibiera la autorización desde la sede la ONU en Nueva York. La Agencia también tiene equipos en Liberia y Ghana, y cuenta con personal de emergencia preparado para actuar en Costa de Marfil, mientras que la operación de Burkina Faso se está reforzando. La presencia de ACNUR en Dadaab también está aumentando.
"Todo esto representa una presión enorme sobre todos nosotros, y contamos con la solidaridad de la comunidad internacional,"dijo António Guterres, añadiendo que esto no sólo se refiere al apoyo financiero a ACNUR y a otras organizaciones humanitarias, sino también a la solidaridad con las personas desplazadas y con las poblaciones de los países de acogida. "No creo que haya vivido un periodo en el que hayamos estado sometidos a tanta presión,"reiteró.
Pero el Alto Comisionado también indicó que sus misiones le había alentado porque "demuestran que en el mundo de hoy todavía hay un gran número de países muy generosos que continúan manteniendo sus fronteras abiertas para recibir a la afluencia masiva de personas que necesitan protección." Hizo referencia a Egipto, Túnez y Liberia.
António Guterres señaló que Liberia estaba acogiendo a más de 120.000 refugiados de Costa de Marfil -- con algunos de los cuales se reunió durante una visita al este de Liberia el 22 de marzo -- mientras que grupos más pequeños de marfileños habrían encontrado refugio en otros países. En torno a un millón de marfileños se encuentran desplazados en el interior de su país y necesitan ayuda de manera urgente.
No obstante, el Alto Comisionado dijo que debido a la falta de seguridad, "ha sido muy difícil distribuir la asistencia humanitaria para ayudar a las personas bajo nuestro amparo." En la capital comercial de Abiyán, seis trabajadores internacionales de ACNUR y uno nacional han permanecido atrapados en la oficina de la Agencia junto a más de 300 refugiados liberianos mientras los combates se desarrollaban alrededor del complejo.
Dos de los refugiados, incluida una niña, han resultado heridos por balas perdidas, dijo António Guterres, añadiendo que esperaba que pudieran ser evacuados por las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz el martes o miércoles.
António Guterres rindió homenaje al personal de ACNUR en Abiyán por su valentía y "su dedicación a los refugiados". Indicó que ACNUR tenía dos importantes preocupaciones sobre la situación en Costa de Marfil. Por un lado, estaba preocupado por el hecho de que los combates entre las fuerzas leales a los dos candidatos presidenciales Laurent Gbagbo y Alassane Ouattarah hubieran creado nuevas tensiones étnicas que pudieran perdurar una vez acabado el conflicto.
En segundo lugar, teme que los problemas en Costa de Marfil puedan tener repercusiones en Liberia, un país que está atravesando un proceso de reconstrucción tras la guerra civil que se desarrolló desde 1989 hasta 2003. "Es absolutamente esencial apoyar a Liberia con el fin de evitar cualquier tipo de desestabilización que la situación de Costa de Marfil pudiera tener en el proceso de mantenimiento de la paz en Liberia," destacó António Guterres.
En relación a la crisis en Libia, dijo que había visitado también Túnez y Egipto, las principales naciones de acogida. Desde que la crisis se iniciara a mediados de febrero, Guterres señaló que cerca de 439.000 personas han huido de Libia, incluyendo a unas 217.000 que han escapado a Túnez y más de 170.000 que lo han hecho hacia Egipto.
El Alto Comisionado expresó su profunda preocupación por los libios que se encontraban en Libia y que necesitaban desesperadamente ayuda humanitaria, así como por las cerca de 3.000 personas (principalmente somalíes y eritreos) atrapadas en las fronteras de Túnez con Libia y de Egipto con Libia, ya que no pueden regresar a sus países de origen.
"Estas personas pueden ser consideradas como doblemente refugiadas," aseguró Guterres al tiempo que pedía a los países de reasentamiento un apoyo a "el Programa de ACNUR para una solidaridad global y la oferta de plazas de reasentamiento con el fin de encontrar un nuevo hogar para estas personas".
También hizo un llamamiento para que se permitiera el acceso humanitario en Libia. Comentó que ACNUR había formado parte de una misión de evaluación en el este de Libia esta semana y que se disponía a desplegar un equipo. "Estamos decididos a comenzar a trabajar en Libia de una manera efectiva con otras agencias de la ONU."
Finalmente, en relación a Somalia, António Guterres señaló que "los combates están generando uno de los mayores niveles de desplazamiento de población de los últimos tiempos,"con cerca de 10.000 personas que huyen a Kenia cada mes, en comparación con los 5.000 que huían mensualmente durante el año anterior. Dijo que los tres campos de Dadaab acogen en este momento a unas 330.000 personas, lo que los convierte en la cuarta ciudad más grande de Kenia. Además de los 700.000 refugiados, se estima que hay 1,5 millones de desplazados internos en Somalia.
El Alto Comisionado también comentó que otro motivo de preocupación es el hecho de que los somalíes están siendo discriminados y estigmatizados en muchos países. "Espero que todos los países del mundo mantengan sus fronteras abiertas a los somalíes que necesiten protección internacional y hagan todo lo posible para evitar esta formas de discriminación que castigan a los somalíes por duplicado."