Cuidando a quienes cuidan en Chile: ACNUR y MINK’A organizan encuentro para reconocer el trabajo de lideresas de campamento
Cuidando a quienes cuidan en Chile: ACNUR y MINK’A organizan encuentro para reconocer el trabajo de lideresas de campamento

Las voluntarias y colaboradoras participan en proyectos nivelación de estudios para adultos, en la entrega de asesoría en temas migratorios y en el funcionamiento de una olla comunitaria que ofrece alimentos a familias chilenas, colombianas, venezolanas, cubanas, entre otras.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, voluntarias y colaboradoras del Centro Social MINK’A, ubicado en el norte de Chile, se reunieron para disfrutar de un almuerzo de agradecimiento y homenaje preparado para ellas con el apoyo de ACNUR.
ALTO HOSPICIO - María Sandra es una de las mujeres que dedica su tiempo y pone todo su cariño para preparar los alimentos que cientos de familias del Campamento La Pampa II de Alto Hospicio, en el norte de Chile, van a buscar a diario al Centro Social la MINK’A. Oriunda de Bolivia, aún recuerda que, hace tres años, era ella quien iba diariamente a la olla comunitaria para pedir un plato de comida. Esa situación se ha revertido, y hoy es ella quien puede brindar un poco de alivio a quienes están pasando por esa necesidad.
“Es muy gratificante ser parte de esta olla comunitaria. Estoy agradecida de poder participar de esta red de apoyo para cientos de familias y mujeres porque, cuando llegué a Chile, no tenía nada, y en este centro me ayudaron, me dieron un espacio donde estar con mis hijos. Hoy ayudo a las personas que están pasando lo mismo que yo pasé”, asegura. Al mismo tiempo, advierte que son muy pocos los momentos de distención que tiene: “Yo soy la cabeza de la familia: normalmente no tengo un momento de relajación porque me levanto temprano, llevo a mis hijos al colegio, estoy preocupada siempre de ellos. Mi momento de relajación es cuando estoy aquí, cuando cocino para la comunidad, comparto con la gente, reímos, lloramos… De verdad que es algo muy emotivo”, comenta.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Centro Social MINK’A y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) quisieron reconocer la incansable labor de María Sandra y de decenas de otras mujeres líderes de la comunidad. Para ello, organizaron un encuentro con el objetivo de cuidar a quienes cuidan, aplaudir su entrega y dedicación, además de compartir juntas un plato de comida caliente.
Todas ellas han sido clave para sacar adelante a su comunidad a través de diversos proyectos, como un programa de nivelación de estudios para adultos, la asesoría en temas migratorios, y el funcionamiento diario de una olla común donde día a día ponen cariño y sabor en los cientos de almuerzos que entregan a las familias chilenas y de otros países (por ejemplo, Colombia, Venezuela, Ecuador, Cuba, Perú y Bolivia).

María Sandra llegó desde Bolivia hace tres años. En MINK'A encontró el apoyo necesario para rearmar su vida; hoy es parte de la olla comunitaria que entrega un plato de comida a cientos de personas que viven en el campamento.
Marina, voluntaria chilena que también cocina en la olla comunitaria, valoró la instancia de poder compartir con sus compañeras y con quienes trabaja a diario. “Los tiempos para divertirse y relajarse son escasos, porque todo nuestro tiempo libre es para la olla, pero me siento orgullosa de entregar estos alimentos. Lo hago con amor y respeto a las personas”, comenta.
Gracias a MINK’A, que cuenta con el apoyo de ACNUR, cientos de personas acceden a una ración de comida; también reciben orientación legal, abrigo y apoyo en escolaridad. Más de la mitad son niñas, niños y adolescentes.
Según subraya Enrique Solís, Presidente del Centro Social MINK’A, la olla comunitaria comenzó como un comedor infantil, una iniciativa que partió de las mujeres que veían cómo, al salir muy temprano a trabajar, sus vecinas debían dejar a sus hijas e hijos solos gran parte del día.
De ahí la importancia de las mujeres en MINK’A. “La esencia del desarrollo, crecimiento y servicio de la MINK’A es la labor de las compañeras. No son sólo las que preparan el almuerzo, sino también las voluntarias, las profesionales que desarrollan un quehacer acá, así como las mujeres que son parte de instituciones como ACNUR, que complementan y apoyan este trabajo. En MINK’A cerca del 90% de quienes participan son mujeres; ellas son quienes crearon y mantienen vivo este espacio. El sacrificio, el compromiso, la entrega y la solidaridad son valores que solo pueden entregarlos ellas. Por eso organizamos esta linda fiesta”, valoró Enrique.
Por su parte Carolina Díaz, Asistente de Terreno de ACNUR, señaló que “muchas de las familias que llegan a este campamento han tenido que superar recorridos muy difíciles y peligrosos, además de encontrarse en una situación altamente vulnerable. Por eso, disponer de este espacio – donde encuentran cobijo, redes de apoyo y esperanza – es muy beneficioso para su proceso de adaptación e integración. La labor que realizan estas mujeres es invaluable. Este centro social es la prueba de que, cuando las vecinas y vecinos se activan por una misma causa, se puede apostar por la coexistencia pacífica y el desarrollo de las comunidades”, comentó.