ACNUR insta a los combatientes de la RCA a aprovechar la visita del Papa para trabajar por la paz
ACNUR insta a los combatientes de la RCA a aprovechar la visita del Papa para trabajar por la paz
La Agencia de la ONU para los Refugiados insta a los grupos en conflicto en la República Centroafricana a aprovechar la oportunidad que brinda la visita del Papa Francisco a Bangui, programada para este fin de semana, para reconstruir el proceso de reconciliación nacional después de una oleada de violencia que ha provocado un aumento del 18% en el número de personas desplazadas dentro del país desde septiembre.
Aunque la situación en estos momentos en Bangui es tranquila, pero tensa, estamos preocupados por el estallido de violencia en el país, que dificulta los delicados intentos para restaurar una paz duradera y pone en riesgo las elecciones previstas para finales de diciembre.
Los combates intracomunitarios que empezaron en septiembre y que volvieron a reavivarse a finales de octubre y noviembre, se han cobrado decenas de vidas, han destruido cientos de hogares y han provocado el desplazamiento de 70.000 personas dentro de la República Centroafricana. Esto ha revertido la tendencia de retornos observada en gran parte del país durante los primeros nueve meses del año. Desde septiembre, cientos de personas también han huido a la República Democrática del Congo.
La lucha ya ha causado un aplazamiento de las elecciones presidenciales y legislativas del 18 de octubre al 27 de noviembre, y ha avivado la división sectaria así como las tensiones intracomunitarias.
Al menos 13 personas han muerto, incluyendo a un casco azul de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas, y cientos han resultado heridas en los últimos enfrentamientos armados en el mes de noviembre en Bangui, Bambari y Batangafo. Al mismo tiempo, los campamentos para desplazados internos también han sido atacados. Unos 800 refugios para desplazados internos y 120 casas han quedado destruidos en los barrios de Bangui.
La mayoría de los que han huido de sus hogares se han escondido en el bosque, han huido a otros campamentos o se refugiado en las bases de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas o en los recintos gestionados por organizaciones humanitarias internacionales. El número de desplazados internos han aumentado en un 18 %, pasando de 378.400 personas a principios de septiembre a 447.500 en noviembre.
Los refugiados centroafricanos siguen cruzando el río Ubangui hacia la República Democrática del Congo. Durante las tres primeras semanas de noviembre, ACNUR ha registrado 1.236 refugiados en la provincia de Équateur, siendo la mayoría de ellas nuevas llegadas y muchas familias encabezadas por mujeres.
Los refugiados contaron al ACNUR que habían huido de los ataques de represalia entre grupos armados, que también iban dirigidos a la población civil. Algunos denunciaron que han destruido sus casas, saqueado sus propiedades y matado a miembros de sus familias.
Algunas informaciones puntuales, pero preocupantes, señalan que este mes se habían producido incursiones transfronterizas desde la República Centroafricana y algunos refugiados han pedido ser trasladados lejos de la frontera. Sin embargo, la falta de fondos está obstaculizando los esfuerzos de ACNUR para proveer ayuda básica y reubicar en zonas más seguras a miles de refugiados de la República Centroafricana.
Las últimas oleadas de desplazamiento han creado nuevas necesidades en materia de protección, refugio de emergencia y ayuda psicosocial, así como de agua y saneamiento. En muchos casos la inseguridad, que impide el acceso a ciertas zonas, dificulta la distribución de ayuda y algunas personas desplazadas se ven privadas de asistencia durante días. ACNUR está especialmente preocupado por la situación de los civiles en enclaves como el barrio PK5 de Bangui, donde hay personas que han quedado atrapadas con escaso acceso a ayuda desde que estalló la violencia en septiembre.
Al mismo tiempo, las organizaciones humanitarias han sido el blanco de ataques cada vez más frecuentes desde septiembre. Al menos 10 organizaciones han sufrido saqueos en sus oficinas y almacenes y sus empleados han sido víctimas de ataques. Se trata de unos acontecimientos muy preocupantes y reiteramos los anteriores llamamientos para garantizar el acceso humanitario y la protección del personal de asistencia mientras intentan llegar a los más vulnerables.
La mayoría de las agencias permanecen operativas, lo que incluye a ACNUR que, junto a sus socios, ha dado ayuda a miles de nuevos desplazados en Bangui, Bambari y en otras partes, abasteciéndolos con tiendas de campaña y refugios de emergencia, lonas plásticas, esteras, mantas y utensilios de cocina. No obstante, estas distribuciones tuvieron que suspenderse tras el estallido de violencia en Bangui el pasado 26 de octubre.
La reciente inestabilidad es aún más descorazonadora porque viene tras una paz relativa que parecía regresar este año a la República Centroafricana, especialmente en zonas urbanas. Antes de los últimos episodios de violencia, las tendencias indicaban que las personas desplazadas estaban regresando a sus hogares. En Bangui, se estima que cerca de 24.000 personas regresaron a sus hogares entre enero y principios de septiembre. En el campamento del aeropuerto de Mpoko, en Bangui, el número de desplazados internos había caído de 20.000 en diciembre de 2014 a 11.000 el pasado mes de agosto. Actualmente, Mpoko acoge a unas 19.000 personas.
En estos momentos, las preocupaciones en materia de seguridad incluyen arrestos arbitrarios y detenciones ilegales, tortura, extorsión, robos a mano armada, palizas, violaciones y otros tipos de violencia sexual, saqueos, ataques arbitrarios a civiles, quema de aldeas, secuestros, reclutamiento forzoso de niños por parte de grupos armados y restricción de movimientos.