ACNUR lleva ayuda a 5.000 personas en una aislada región de Siria
ACNUR lleva ayuda a 5.000 personas en una aislada región de Siria
Los pasados 9 y 12 de junio, la ayuda de emergencia de ACNUR llegó a Al Raqqa, una zona al norte de Siria que ha permanecido inaccesible durante los últimos tres meses y donde la situación humanitaria era extremadamente grave.
Aprovechando la oportunidad, nueve camiones de ACNUR cargados con colchonetas, mantas, material de higiene y utensilios de cocina fueron enviados desde Damasco. Se ha confirmado que 7 llegaron a Raqqa y se espera la confirmación de la llegada de los otros dos. Estos materiales ayudarán a unas 5.000 personas desplazadas en esta zona.
Esta semana los equipos de ACNUR en Siria también comenzaron a entregar ayuda económica en efectivo a las familias sirias desplazadas en Tartus, una ciudad de la costa. Los desplazados proceden de Alepo, que está a unos 200 kilómetros de distancia. Las familias viven en centros colectivos que los equipos de ACNUR han visitado y apoyado desde abril.
Del objetivo propuesto de 1.110 familias, a fecha de ayer jueves, ACNUR había asistido con ayuda económica en efectivo a cerca de 800 (más de 3.200 personas desplazadas) en Tartus. Todas estas familias fueron seleccionadas por su grado de vulnerabilidad. La cantidad media es de 150 dólares por familia. Las encuestas realizadas por ACNUR en Damasco y su entorno rural a principios de año, durante distribuciones de ayuda humanitaria similares, indicaban que la mayoría de familias utilizaban este dinero para pagar el alquiler, comida y gas para cocinar.
Después de estas distribuciones de principios de año en Damasco y su zona rural próxima, y la de Tartus esta semana, ACNUR tiene previsto asistir en los próximos meses a familias desplazadas vulnerables con ayudas similares en nueve gobernaciones en todo el país, comenzando por Homs y Damasco.
Flujo de refugiados de Al-Qusayr a Líbano
Mientras tanto, los equipos de ACNUR en Líbano siguen registrando y asistiendo a los refugiados que llegan de la ciudad de Al Qusayr, duramente castigada por la guerra. Desde que comenzó la crisis allí, la pequeña ciudad de Arsal, en Líbano, ha sido testigo de la llegada de un flujo regular de refugiados a través de puntos fronterizos no oficiales en el noreste de Bekaa. Este flujo se ha incrementado en los periodos en los que ha aumentado la violencia al otro lado de la frontera. La ofensiva sobre la ciudad de Al-Qusayr y los combates y bombardeos en las aldeas de alrededor provocaron un aumento del número de llegadas diarias a Arsal, así como de desplazamientos dentro de Siria. Durante la batalla en sí, que se prolongó del 19 de mayo al 6 de junio, se produjo un descenso en las cifras de nuevas llegadas que sólo aumentó de nuevo la semana pasada.
La población civil que se quedó en Al-Qusayr y en las aldeas próximas ya fue desplazada anteriormente dentro del área de conflicto. Desde entonces muchos han decidido cruzar la frontera hacia Líbano. Muchas personas han contado al ACNUR que han dejado atrás a miembros de su familia con el fin de asegurarse primero un refugio antes de avisarles para que crucen la frontera. Otros se fueron inicialmente de Al-Qusayr con la intención de reunirse con parientes o conocidos en Líbano. Según los informes, un gran número de familias siguen en el lado sirio de la frontera y, aunque tienen intención de cruzar a Líbano, hay pocas opciones de transporte en el punto fronterizo.
ACNUR y sus socios están respondiendo a las necesidades de esta población refugiada que va en aumento, en coordinación con autoridades locales y organizaciones comunitarias de la zona. Se está entregando a las familias paquetes de comida y materiales no perecederos de ayuda humanitaria. Se ha producido un aumento sustancial en el número de heridos que llegan a Líbano, entre ellos 60 niños.
Las familias con las que ha hablado ACNUR describen una ciudad reducida a escombros, vacía de civiles y de combatientes. Un hombre con el que hablamos nos dijo que no quedaban alimentos en la ciudad ni agua. Dijo que la gente estaba intentando conseguir agua para hidratarse escurriendo las hojas de los árboles. Aquellos que huyeron a Líbano tomaron un camino lleno de peligros en una ruta no directa hacia Arsal.
Aunque muchos de los recién llegados parece que están asegurándose un alojamiento junto a amigos y familiares, encontrar un cobijo adecuado sigue siendo el principal reto para las familias que optan por quedarse en Arsal. Hasta 20 familias estaban alojadas en el patio de un edificio municipal esta mañana. Algunos de los recién llegados han tomado la iniciativa de montar sus propias tiendas de campaña en el asentamiento de Bebine, levantado de forma espontánea hace dos meses y que ha crecido considerablemente en las últimas semanas hasta tener 125 tiendas en las que viven más de 160 familias.
Grandes grupos de refugiados siguen viajando hacia otras ciudades de Líbano. El número exacto de recién llegados desde Al-Qusayr sigue siendo difícil de contabilizar porque muchas familias partieron inmediatamente a reunirse con sus parientes en otras zonas de Líbano, sobre todo en la zona de alrededor de Wadi Khaled. ACNUR comenzará a registrar a los recién llegados el lunes, lo cual podrá ofrecer un panorama más claro sobre las cifras exactas de refugiados que necesitan asistencia.