Aumentan muertes en el Mediterraneo en los primeros cinco meses de 2016
Aumentan muertes en el Mediterraneo en los primeros cinco meses de 2016
La semana pasada, diferentes naufragios y vuelcos de embarcaciones en el Mediterráneo dejó por lo menos 880 muertos, según nuevas informaciones que hemos recibido a través de entrevistas con supervivientes en Italia.
Además de los tres naufragios que conocimos el domingo, testimonios de personas que llegaron en Augusta durante el fin de semana informaron que 47 personas habrían desaparecido después de que la balsa con 125 personas, que se había ido desde Libia, se desinflara. Otras fuentes han informado que otras ocho personas habrían caído por la borda, y se han notificado otras cuatro muertes tras un fuego a bordo de otra embarcación.
Hasta ahora, 2016 está siendo especialmente mortífero. Se han perdido aproximadamente 2.510 vidas, cifra muy alta en comparación con las 1.855 muertes en el mismo período de 2015 y las 57 en los primeros cinco meses de 2014. Tomando como referencia todo el Mediterráneo, la probabilidad de morir es en la actualidad de 1 entre 81. Esta cifra subraya la importancia de operaciones de rescate como parte de la respuesta al flujo de refugiados y migrantes en el Mediterráneo, así como la necesidad de alternativas reales y seguras para las personas que necesitan protección internacional.
En lo que llevamos de año, 203.981 personas han realizado este trayecto peligroso. De ellos, casi tres cuartos viajaron de Turquía a Grecia antes de finales de marzo. Aproximadamente 46.714 de ellos han viajado a Italia, cifra muy similar a la de los primeros cinco meses de 2015 (47.463). La ruta entre el Norte de África e Italia es dramáticamente peligrosa: 2.119 de las muertes reportadas en lo que llevamos de año han sido en este trayecto, siendo la probabilidad de morir muy elevada, de 1 entre 23.
ACNUR trabaja para una mayor comprensión de las posibles razones y dinámicas detrás de estos flujos. La mayoría de las embarcaciones que salen de Libia parecen partir del área de Sabratah, al oeste de Trípoli. Al igual que en pasadas ocasiones, las embarcaciones están más abarrotadas que aquellas en la ruta entre Turquía y Grecia, a menudo con 600 o más pasajeros a bordo, y en ocasiones, remolcadas por pesqueros de mayor tamaño, incrementando el riesgo para los pasajeros. Según algunas fuentes, que no han podido ser corroboradas, el reciente aumento de pasajeros está relacionado con los esfuerzos de los traficantes de incrementar sus ingresos antes de que comience la próxima semana el mes santo del Ramadán.
Según los supervivientes, los centros de operaciones de los traficantes que operan en localizaciones como Níger siguen siendo activos y envían gente desde África Occidental a Libia, donde mucha gente permanecen meses antes de ser embarcados para cruzar a Europa. Son comunes los relatos de traumas a causa de violencia sexual y de género entre las las víctimas traficadas y las mujeres que hacen la ruta. Algunas mujeres son objeto de esclavitud sexual en Libia. Además, hemos observado un aumento en las llegadas de menores no acompañados.
Por ahora, ACNUR no ha observado indicios de un desvío significativo de personas sirias, afganas e iraquíes de la ruta entre Turquía y Grecia a la del Mediterráneo Central. En lo que va de año en la ruta entre Libia e Italia, los principales países de origen son Nigeria y Gambia, pero también Somalia (9%) y Eritrea (8%), que normalmente son relacionados con flujos de refugiados.