Carrera contrarreloj para atajar la alarmante situación sanitaria en Sudán del Sur
Carrera contrarreloj para atajar la alarmante situación sanitaria en Sudán del Sur
En Sudán del Sur, ACNUR y sus socios están intensificando los esfuerzos para revertir las alarmantes tasas de desnutrición, enfermedades y muertes en dos campos que acogen a refugiados sudaneses.
Los trabajadores sanitarios en el campo de Yida, en el estado de Unity, fueron testigos de un aumento significativo de las tasas de mortalidad entre los niños refugiados a finales de junio y principios de julio. Médicos sin Fronteras, socio de ACNUR, informó de que un promedio de menores de cinco años mueren cada día, en su mayoría a causa de la diarrea y otras infecciones.
En las últimas tres semanas, las tasas de mortalidad y morbilidad se han estabilizado e incluso han descendido, ya que las agencias humanitarias han tomado medidas urgentes para hacer frente a las causas profundas de estas enfermedades. Además de ofrecer un tratamiento de emergencia, las agencias también están trabajando para mitigar el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y las ligadas a la higiene.
La mayoría de las intervenciones son de carácter preventivo. ACNUR ha perforado hasta ahora dos de los seis pozos adicionales que duplicarán el suministro de agua potable en Yida. Junto a la ONG Solidarités, ACNUR ha lanzado una campaña de 40 días con el objetigo de garantizar la limpieza de cubos y la cloración en los puntos de agua. Los sistemas de desagüe han sido mejorados en los siete puntos de agua para reducir el riesgo de contaminación y enfermedades transmitidas por aguas estancadas. También se están organizando por todo el campo sesiones de sensibilización sobre prácticas de higiene y se han distribuido unas 7 toneladas de jabón que han sido trasladadas por avión desde Bentiu. Se están construyendo letrinas comunitarias para hacer frente a las necesidades de la creciente población del campo.
ACNUR distribuirá más jabón hoy, así como bidones y mantas a más de 8.200 familias con niños menores de cinco años. La Agencia de la ONU para los Refugiados está priorizando la atención a los refugiados más vulnerables en el campo para mejorar la desinfección y minimizar el riesgo de infecciones respiratorias en estos hogares. La distribución de otros materiales de primera necesidad como lonas de plástico o cubos continuará a lo largo de este mes.
Sin embargo, los retos siguen siendo abrumadores en Yida. Este remoto campo en la frontera alberga ya a más de 60.000 refugiados del estado sudanés de Kordofán del Sur, población que se ha cuadriplicado desde el mes de abril. Los niños constituyen más del 25% de los habitantes del campo.
La mayoría de los refugiados han llegado en un estado muy débil: agotados, deshidratados y desnutridos. La temporada de lluvias ha empeorado la situación, trayendo enfermedades estacionales a una población ya frágil de por sí. Las lluvias también han inundado los caminos cercanos y han convertido a Yida prácticamente en una isla. Los puentes aéreos son ahora el único modo de enviar ayuda humanitaria al campo.
De hecho, ACNUR está organizando el envío de otro puente aéreo con 8.500 lonas de plástico y 15.000 mosquiteras para su distribución inmediata entre los recién llegados. Muchos están durmiendo bajo frágiles techos de paja, lo que incrementa el riesgo de contraer enfermedades respiratorias y malaria, sobre todo entre los niños menores de cinco años.
En el estado de Alto Nilo, el campo de Batil se enfrenta a problemas similares. Uno de cada tres niños sufre desnutrición. Entre los problemas de salud más comunes en este campo de 35.000 refugiados están la diarrea acuosa, las infecciones del tracto respiratorio y, cada vez más, la malaria.
Para hacer frente a las altas tasas de desnutrición, el pasado domingo las agencias de ayuda humanitaria iniciaron un programa de nutrición suplementaria en el campo, seguido de un programa de alimentación terapéutica para ayudar a los niños a recuperarse de la desnutrición aguda moderada. Además, aproximadamente el 12 por ciento de los niños menores de cinco años está recibiendo tratamiento para la desnutrición aguda severa.
En total, Batil cuenta con cinco clínicas para los tratamientos médicos y nutricionales y 20 puntos de rehidratación oral por todo el campo. Las agencias de salud han puesto en marcha mecanismos de vigilancia y respuesta ante posibles brotes de diarrea u otras enfermedades.
Según las últimas estadísticas, Sudán del Sur acoge en estos momentos a 170.000 refugiados sudaneses. Cada día están llegando más personas de Kordofan del Sur y Nilo Azul, las cuales se encuentran con un campo donde las condiciones de vida son difíciles y donde las agencias humanitarias luchan para hacer frente a grandes problemas logísticos.
Por otro lado, la financiación ha experimentado un avance positivo esta semana, ya que el Fondo Humanitario Común ha asignado 10 millones de dólares para la emergencia de refugiados de Sudán del Sur, en su mayoría para las ONG que están trabajando en las áreas de salud, nutrición, agua, saneamiento, acceso por carretera y preparación de asentamientos. ACNUR sólo ha recibido 47,5 millones de dólares de los 186 millones que necesita para atender las necesidades urgentes de los refugiados sudaneses en Sudán del Sur.