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Declaración del Alto Comisionado en la Conferencia sobre Sudán, en Londres

Discursos y declaraciones

Declaración del Alto Comisionado en la Conferencia sobre Sudán, en Londres

Estas palabras fueron pronunciadas originalmente en inglés.
15 Abril 2025 Disponible también en:
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ACNUR y Sudán se conocen bien: la organización ha tenido presencia en ese país desde hace 60 años; de hecho, mi trayectoria en la ONU empezó ahí.

Una generosa y resiliente nación que por décadas ha dado acogida a los refugiados se está extinguiendo poco a poco a causa de una incesante actividad bélica. He estado en muchas reuniones que giran en torno a Sudán, pero se acaba el tiempo para evitar una catástrofe.

La presidencia del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) se pronunció con respecto a la situación en el país; de igual forma, mi colega Clémentine Nkweta-Salami, Coordinadora Residente de la ONU en Sudán, también hablará en ese sentido. Además, considerando que estuve en Chad la semana pasada, me gustaría resaltar el aspecto regional de esta cuestión: desde el estallido de la guerra, tres millones de personas han huido a los países vecinos; se suman a los millones de desplazados internos que, de no recibir asistencia, también podrían convertirse en refugiados.

Las personas sudanesas huyen a Egipto, Etiopía y Uganda; también a Chad y Sudan del Sur, países con sus propias problemáticas en los que dar acogida a refugiados supone una capa adicional de fragilidad. Necesitamos apoyo para evitar que la inestabilidad se siga expandiendo por la región. En estos países, no es el acceso lo que supone el mayor desafío, sino los recursos. Espero que los compromisos que se asuman hoy incluyan el llamamiento para los refugiados, que apenas ha recibido un 10% de los fondos solicitados.

Muchos de los gobiernos que ustedes representan están suspendiendo o recortando sus aportaciones, lo cual provocará una catástrofe. De no recibir más apoyo, la política de fronteras abiertas corre riesgo en la región, así que no nos hagamos ilusiones: si las personas reciben menos apoyo y menos recursos, continuarán desplazándose. De momento hay más de 200.000 sudaneses en Libia. Sé que estos movimientos secundarios generan inquietudes en otras regiones (entre ellas, Europa).

Se trata de una consecuencia más de las guerras.

Solo hay dos vías para detener estas tendencias: por un lado, alejarse de la búsqueda incesante de soluciones militares; y, por otro, revertir la suspensión de ayuda que estamos viendo.