Declaración del Alto Comisionado en la séptima Conferencia de Bruselas para apoyar el futuro de Siria y de la región
Declaración del Alto Comisionado en la séptima Conferencia de Bruselas para apoyar el futuro de Siria y de la región
Esta es la séptima ocasión en que nos reunimos en Bruselas.
Me pregunto qué ha cambiado en la vida de las personas sirias desde la última conferencia. Tristemente, la respuesta no es positiva.
La pobreza se ha agudizado en Siria y en el resto de la región. Los mecanismos de protección se están agotando. Las tensiones aumentan entre las comunidades refugiadas y las de acogida.
En ponencias previas se nos informó esta mañana sobre las devastadoras condiciones en Siria, que afectan también a las más de seis millones de personas desplazadas dentro del país. Estuve en Siria poco después del terremoto, incluso en zonas al noroeste, al que puede accederse nuevamente gracias a la reapertura de dos cruces fronterizos.
Estando ahí me sentía desesperado. Conocí a dos madres que lo habían perdido todo; aun así, seguía habiendo en ellas fortaleza y circunspección. He pisado suelo sirio en distintas ocasiones durante 25 años, pero jamás había visto los niveles de pobreza que están presentes ahora.
A pesar de los admirables esfuerzos hechos por los países de acogida (Egipto, Irán, Jordania, Líbano y Türkiye), más de 6,8 millones de refugiados sirios siguen sufriendo enormemente. Estas personas y las comunidades que les han dado acogida se han visto afectadas por cuestiones que están más allá de su control, por las crisis que azotan el mundo. Las delegaciones de los países de acogida nos comunicaron esta mañana, una después de otra, que la paciencia de las comunidades de acogida se agota cada día.
Esta situación no es sostenible.
Por tanto, insto a todos los donantes con los medios para hacerlo a que no dejen de contribuir a la respuesta. Hemos visto qué ocurre cuando parecen cerrarse las puertas a la esperanza y a las oportunidades. Sin duda habrá consecuencias para la región y para el resto del mundo.
Además, si bien se necesitan oportunidades, inclusión y muchísimo más apoyo, sabemos bien que la solución a la crisis de refugiados no se encuentra solo en los cinco países de acogida. La médula del problema se encuentra en Siria, así que nuestros esfuerzos deben enfocarse también ahí.
Sin embargo, según se ha observado en encuestas que ACNUR realizó recientemente con personas refugiadas (y ustedes quizás lo hayan notado), muy pocas de ellas volverán o tienen previsto volver el próximo año. Les preocupa la inseguridad, la posibilidad de recuperar sus bienes, el alistamiento, y demás cuestiones de protección que deben abordarse en Siria.
ACNUR continúa dialogando con el gobierno del país, haciendo hincapié en que, para que las personas refugiadas opten por volver, deben tener la certeza de que lo harán en condiciones dignas y seguras. En ese sentido, es en el Gobierno de Siria en quien recae la responsabilidad de emprender las acciones necesarias para dar esa certeza.
Por su parte, ACNUR continúa trabajando en áreas de su competencia para abordar estas inquietudes en materia de protección en Siria. Asimismo, continúa dialogando con el gobierno de ese país – y lo seguirá haciendo – con la intención de ampliar el acceso humanitario, que debe ser flexible y predecible, y con el propósito de ampliar también los esfuerzos en toda Siria. Nuestra presencia – sobre todo la presencia de ACNUR – alimenta la confianza de las personas refugiadas.
Por otro lado, no obstante, las personas refugiadas también han señalado que no están seguras de volver por las condiciones de vida en Siria. Este es el otro lado de la ecuación. Sin importar cuán duras sean las condiciones de vida en los países de acogida, ¿quién volvería a un sitio donde no tiene dónde alojarse, donde no hay escuelas ni oportunidades para sostener a su familia?
Comprendo que es complejo el diálogo en torno a la reconstrucción. Aun así, es necesario e imperativo hacer mucho más para brindar, por lo menos, apoyo humanitario y apuntalar una rápida recuperación en Siria, incluso en las zonas a las que están retornando las personas sirias desplazadas dentro del país y pequeños grupos de refugiados.
Comisionado,
Existen iniciativas políticas en curso que, de colaborar con ellas constructivamente, pueden generar cambios positivos en Siria. De hecho, hoy hemos escuchado detalles sobre algunas de estas iniciativas. La Oficina de la Enviada Especial continúa buscando vías para llegar a soluciones políticas en congruencia con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad; a la par, hay diversas iniciativas regionales que también buscan acabar con el bloqueo político. ACNUR dará seguimiento a su evolución, sobre todo en cuanto a las soluciones que pudieran surgir en beneficio de las personas refugiadas.
El retorno de estas personas se menciona recurrentemente cuando se habla de estas iniciativas. Al respecto, ACNUR recalca que estas iniciativas deben basarse en las normas internacionales y en las inquietudes de los refugiados; asimismo, deben apoyar la obtención de garantías. Este es el meollo del asunto: para que las personas refugiadas puedan volver a Siria, deben existir las salvaguardas y las condiciones que les den la confianza de hacerlo.
¿Qué sigue?
En primer lugar, debemos reconocer las enormes contribuciones que han hecho los países de acogida y los donantes en más de una década. También reconozco que esto ha tenido un costo, de varias formas, para cada uno de ustedes. Les doy las gracias por sus acciones y por su generosidad.
En segundo lugar, partiendo precisamente de sus acciones y de su generosidad, insto a que se respete el derecho internacional de los refugiados y que se brinde protección a quienes han huido de Siria. En algunos países, las personas refugiadas se sienten atemorizadas por la retórica que las ataca y les exige volver al lugar del que provienen.
Reconozco la frustración y las inquietudes de los países de acogida, que han recibido a millones de sirios por mucho tiempo. Sin embargo, debemos avanzar con serenidad y de manera constructiva, teniendo en mente los intereses de las comunidades de acogida y los derechos de los refugiados (esta es una invitación para todas aquellas personas o entidades que participan en la cuestión de los refugiados); además, debemos encontrar soluciones que sean verdaderamente sostenibles.
En tercer lugar, a pesar de los desafíos que surjan a nivel mundial o nacional, exhorto a los donantes en particular a no abandonar la causa y a brindar la financiación que se requiera, lo que incluye el Plan de Respuesta Humanitaria para Siria y el Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia (3RP), que coordinaron ACNUR y PNUD, y que asiste a más de 13,5 millones de personas – tanto sirias como de las comunidades de acogida – en toda la región. Comparto las inquietudes de los ministerios de Jordania y Líbano, y de otros ponentes que participaron esta mañana, en el sentido de que me preocupan en demasía la falta de financiación, que va en aumento, y el panorama que se avecina este año, pues podrían, como indiqué hace un momento, tener graves repercusiones en la región y en otras partes del mundo (incluidas, tristemente, otras situaciones de refugiados).
En cuarto lugar, es necesario ampliar el reasentamiento y las vías complementarias. En el 2021, el reasentamiento prácticamente se duplicó a nivel mundial; espero que esta tendencia se mantenga. En ese sentido, aplaudo que haya habido Estados que apoyan el reasentamiento de las personas sirias refugiadas y que fomentan la creación de más espacios y de vías de partida más veloces.
En quinto lugar, los países de acogida deben recibir más asistencia bilateral y para el desarrollo. Con el apoyo del Banco Mundial y de otras instituciones financieras internacionales se han logrado avances desde hace años, pero no cabe duda de que es posible hacer aún más, y de que los gobiernos de acogida pueden recibir más apoyo predecible a largo plazo.
Antes de concluir, les invito a escuchar siempre a las personas refugiadas; son ellas quienes deben decirnos qué necesitan para sus familias y para sus futuros. Debemos, por tanto, ponerlas a ellas y a sus deseos en primer plano. La mayoría de estas personas continúa diciendo que anhela con volver a su lugar de origen; sin embargo, para que ello ocurra, el Gobierno de Siria y la comunidad internacional deben hacer mucho más.
Han pasado muchos años desde que inició el conflicto, así que ha llegado la hora de encontrar soluciones; para ello, no deben menguar ni ralentizarse la urgencia o la eficacia de nuestras acciones. El futuro y la estabilidad de la región dependen de ello; además, están en juego la vida y la esperanza de millones de personas, lo cual es sumamente importante.
Muchas gracias.