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Ponencia de la Alta Comisionada Auxiliar para la Protección ante la Comisión de Consolidación de la Paz

Discursos y declaraciones

Ponencia de la Alta Comisionada Auxiliar para la Protección ante la Comisión de Consolidación de la Paz

2 Diciembre 2024 Disponible también en:
En una sala de juntas, personas ven a una mujer en una charla virtual

La Alta Comisionada Auxiliar para la Protección, Ruvendrini Manikdiwela, durante su discurso ante la Comisión de Consolidación de la Paz.

Señor presidente, señoras y señores:

Gracias por concederme el honor de dar esta presentación, que pretende subrayar la importancia de los esfuerzos de consolidación de la paz y prevención de los conflictos para proteger a las personas desplazadas por la fuerza e identificar soluciones para su difícil situación.

El número de personas desplazadas por la fuerza ha superado los 122 millones, una cifra que en los últimos 12 años ha venido aumentando de manera continuada. Detrás de este crudo dato se esconden innumerables tragedias humanas. Ese sufrimiento debe impulsar a la comunidad internacional a actuar con urgencia para atajar las causas profundas de los desplazamientos forzosos. Y no se trata sólo de los conflictos más recientes, sino de conflictos que duran desde hace años – a veces décadas – y que dejan a demasiadas personas en un limbo. Y en muchos casos, cuando se dejan sin abordar aspectos cruciales de la recuperación, como las vulnerabilidades y la falta de oportunidades de desarrollo, se alimenta aún más la violencia cíclica, poniendo obstáculos adicionales a los esfuerzos de consolidación de la paz.

Se necesita urgentemente voluntad política para resolver estos conflictos y encontrar soluciones que permitan un retorno digno y seguro de las personas desplazadas por la fuerza.

Por ejemplo, Myanmar, país que visité poco antes de asumir mi actual cargo. Lamentablemente, la situación en Myanmar se ha deteriorado significativamente en los últimos 12 meses. Abordar las causas profundas del desplazamiento es fundamental y un requisito previo para el retorno voluntario y sostenible. En Rakhine, conocí tanto a jóvenes rohingya como rakhine que trabajaban juntos para reforzar la coexistencia pacífica entre sus comunidades. Se trata de un ejemplo increíble de compromiso comunitario para encontrar soluciones al desplazamiento. Para que los actores humanitarios y de desarrollo puedan ayudar a estas comunidades a crear las condiciones propicias para el retorno voluntario, necesitamos acceso, necesitamos un cese de las hostilidades y, lo que es más importante, necesitamos una solución política. ACNUR también está trabajando con socios en los países que acogen a refugiados de Myanmar en la región, incluidas las IFI, para reforzar la cohesión social y aumentar la resiliencia de los refugiados y las comunidades de acogida. La comunidad internacional debe apoyar estos esfuerzos.

En Sudán, hemos alcanzado el triste hito de más de 3 millones de personas que han huido del país, de las cuales más de 860.000 solo a Sudán del Sur. A pesar de estas difíciles condiciones, los refugiados sursudaneses retornados, las comunidades, el Gobierno y los socios en el país están trabajando juntos para construir la paz en las zonas de retorno. Esta iniciativa, denominada “Pockets of Hope” (Islas de Esperanza), que cuenta con el apoyo de la UE (INTPA) y con la colaboración de otros actores de desarrollo, como el PNUD y el Banco Mundial, se fundamenta en el liderazgo de las personas refugiadas y retornadas. ACNUR apoya su trabajo para brindar servicios básicos, generar empleo y desarrollar infraestructuras sociales.

En otros lugares, las personas desplazadas por la fuerza y las comunidades de acogida siguen desempeñando un papel central en los procesos de consolidación de la paz. En Colombia, defensores de los derechos humanos desplazados internos han conseguido que los intereses de las comunidades marginadas se tengan en cuenta en los diálogos de paz. En África Oriental, jóvenes refugiados formados como “constructores de paz” están mediando en disputas violentas, contribuyendo a la alerta temprana y promoviendo el diálogo intergeneracional.

Señor presidente:

Estas iniciativas se benefician del compromiso y la apropiación de los gobiernos locales y nacionales. La planificación del desarrollo nacional inclusivo es un punto de partida, tanto para avanzar en las soluciones como para afianzar la estabilidad. Las personas desplazadas por la fuerza deben ser incluidas en estos planes, no sólo como beneficiarias, sino como agentes de cambio. Reconocemos que, para lograrlo, los países de acogida y de origen necesitan el apoyo y la solidaridad de la comunidad internacional.

Mauritania, por ejemplo, ha sido ejemplar en sus políticas de inclusión de las personas refugiadas. Con el apoyo del Banco Mundial, los refugiados han sido incluidos en la programación nacional de actividades generadoras de ingresos y pueden acogerse a los regímenes de protección social, lo que ha permitido proporcionar a más de 70.000 personas refugiadas un acceso equitativo a la atención sanitaria dirigida a mujeres, jóvenes y niños menores de cinco años. Mauritania también ha reconocido que los efectos adversos de la degradación del medio ambiente exacerban las tensiones entre las poblaciones de acogida y las comunidades refugiadas y está tomando medidas, como parte de sus compromisos de acción climática, para hacer frente a esto. Por nuestra parte, ACNUR está trabajando con organizaciones socias para dar una respuesta holística a los efectos del cambio climático en los campamentos y zonas de asentamiento con el fin de mejorar el acceso a los recursos, reducir las tensiones entre comunidades y empoderar a las poblaciones más vulnerables, especialmente a las mujeres.

Asimismo, en Nigeria, país que visité en agosto, la Iniciativa de Soluciones Duraderas en la Zona de Labondo, dirigida por el gobierno del estado de Adamawa, facilita la reintegración de los desplazados internos y refugiados retornados, y apoya a las comunidades de acogida. Esta iniciativa mejora el acceso a los servicios básicos, las oportunidades económicas y la confianza entre las comunidades.

Señor presidente:

La importancia de mantener la paz se subraya en el Pacto Mundial sobre los Refugiados, que destaca la necesidad de abordar las causas profundas relacionadas con los conflictos y la violencia. Este llamamiento tuvo eco en el lanzamiento de un Compromiso Multilateral sobre Consolidación de la Paz y Prevención de Conflictos en el Foro Mundial sobre Refugiados del año pasado, coliderado por Colombia, Egipto, Noruega y el DPPA. Las partes interesadas se han comprometido a abordar las causas profundas de los desplazamientos forzosos con medidas de consolidación de la paz en los países de origen, siete de los cuales también han presentado compromisos: Burkina Faso, la República Centroafricana, Colombia, la República Democrática del Congo, Honduras, Somalia y Sudán del Sur. Animamos a los Estados miembros a que se sumen a los compromisos asumidos por estos países de origen.

Para concluir, señor presidente, la consolidación de la paz se fundamenta intrínsecamente en un enfoque de colaboración. Se necesita una acción política, humanitaria, y de desarrollo a nivel local, nacional e internacional para crear efectivamente una paz duradera. La Comisión es un foro crítico para promover esta colaboración, y necesario para desbloquear soluciones. Los fondos catalizadores como el PBF deben seguir reforzando las importantes contribuciones de las personas desplazadas por la fuerza y otras comunidades vulnerables para lograr plenamente un desarrollo inclusivo.

Muchas gracias.