Este es el equipo deportivo más valiente del mundo
Este es el equipo deportivo más valiente del mundo
Mientras vemos al primer Equipo Paralímpico oficial de Atletas Refugiados participar en la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, nos queda claro – a mi organización, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y a mí – que estos Juegos no existirían si no fuera por un refugiado en específico: Ludwig Guttman.
En 1939, el neurólogo Ludwig Guttman huyó de su hogar en la Alemania nazi y se dirigió al Reino Unido. En ese país, fue innovador en el uso del deporte para rehabilitar a sus pacientes, muchos de los cuales tenían lesiones en la médula espinal. Guttman creó los Juegos de Stoke Mandeville, antecesor de los Juegos Paralímpicos, que hoy constituyen el tercer evento deportivo de mayor tamaño a nivel internacional.
Se cree que Guttman es el padre del movimiento paralímpico; como tal, creo que sentiría orgullo al ver que el deporte se está convirtiendo en un detonador para transformar y reconstruir vidas. Él mismo era refugiado, así que le hubiera encantado ver que el deporte se utiliza a nivel internacional como una poderosa herramienta para proteger y empoderar a las personas desplazadas que, como él, tuvieron que abandonar sus hogares para salvaguardar su bienestar y el futuro de sus familias. Guttman esperaba que las personas con discapacidad se convirtieran, en algún momento, en “contribuyentes”; en otras palabras, que tuvieran un empleo y que fueran incluidas en la sociedad, en igualdad de condiciones, como contribuyentes. ACNUR desea lo mismo para todas las personas refugiadas y desplazadas alrededor del mundo.
El Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados es una luz brillante de representación y triunfo sobre la adversidad; al mismo tiempo, nos recuerda que ningún sueño está fuera de nuestro alcance.
En las próximas dos semanas, seis personas refugiadas competirán en los Juegos Paralímpicos como integrantes del Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados del Comité Paralímpico Internacional (CPI). Cuando asumí el cargo como Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, previo a los Juegos de Río 2016, tenía la esperanza de que una alianza con el CPI cosechara oportunidades para que las personas refugiadas con discapacidad pudieran participar en el escenario deportivo de talla internacional. Vemos cómo se convierten en ejemplos de esperanza, inspiración e inclusión, no solo para las personas desplazadas y las personas con discapacidad, sino también para la humanidad en su conjunto.
Se estima que, a nivel mundial, 1,2 millones de personas tienen una discapacidad; y que, de 82 millones de personas desplazadas, doce millones viven con algún tipo de discapacidad, lo cual las convierte en las personas más marginalizadas. Al mismo tiempo, después de haberse enfrentado al desplazamiento, la discriminación, los estigmas, el abuso y obstáculos inimaginables, son las personas más valientes. Imagina cuánta valentía debe mostrar una persona que se enfrenta a todas estas dificultades. El Equipo Paralímpico de Atletas Refugiados es una luz brillante de representación y triunfo sobre la adversidad; al mismo tiempo, nos recuerda que ningún sueño está fuera de nuestro alcance.
En ACNUR, nos llena de orgullo apoyar a estos atletas mientras le demuestran al mundo el poder que tienen los deportes para cambiar, reconstruir y sostener vidas.
Vitoreamos al nadador Abbas Karimi, quien huyó del conflicto en Afganistán. Hace poco, se convirtió en Colaborador de Alto Perfil de ACNUR, lo cual quiere decir que nos ayudará a generar consciencia y apoyo hacia las personas desplazadas por la fuerza. Parfait Hakizimana es la única persona en el equipo que viajó a Tokio desde un campamento de refugiados, su hogar. Parfait vive en Ruanda y sueña con volver a Burundi, el país que tuvo que abandonar después de que recibió un disparo en el brazo. Desea volver para compartir su pasión por el taekwondo. Ibrahim Al Hussein es un nadador refugiado de origen sirio que perdió una pierna tratando de auxiliar a un amigo suyo en medio de un fuego cruzado en Siria; logró competir en Río 2016. Anas Al Khalifa es un piragüista nacido en Siria que no ha visto ni a su madre ni a su padre en diez años. Por ello, desea llevar un mensaje de esperanza a otras personas desplazadas. Alia Issa, la integrante más joven y la única mujer en el equipo, vive como refugiada en Grecia y conjuga sus estudios de preparatoria con los entrenamientos y competencias en lanzamiento de clava. Por último, Shahrad Nasajpour compitió en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2016 y, una vez que concluyan los Juegos de Tokio 2020, planea empezar a estudiar una maestría en administración de empresas.
Para alcanzar sus sueños, estos seis atletas con discapacidad han superado la adversidad; han vivido en medio de conflictos; han experimentado el trauma, la discriminación y el exilio; y, en fechas recientes, se enfrentaron también a los retos que ha supuesto la pandemia de COVID-19. En ACNUR, nos llena de orgullo apoyarlos. Tengo la certeza de que Guttman también se sentiría orgulloso mientras le demuestran al mundo el poder que tienen los deportes para cambiar, reconstruir y sostener vidas.
Si deseas apoyar un equipo en los Juegos Paralímpicos de este año, ya no busques más. Anima a estos extraordinarios atletas, inspírate con sus logros, recuerda todo lo que representan y apoya sus sueños para que el mundo sea más inclusivo e igualitario en favor de todas las personas. ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, es una organización internacional que se dedica a salvaguardar la vida y los derechos para construir un mejor futuro para las poblaciones refugiadas, desplazadas internas y apátridas.
Artículo original publicado en Medium en idioma inglés.