"Cuando abres tu hogar, abres tu corazón"
"Cuando abres tu hogar, abres tu corazón"
Iryna Morykwas es una artista ucraniana e ilustradora de libros infantiles. Huyó de la guerra en Ucrania con su hijo de 10 años para buscar protección en Polonia y después en los Países Bajos, donde actualmente la acoge una familia local.
Para el Día Mundial del Refugiado, creó un emoji único – un corazón con una puerta abierta – que simboliza el amor y la solidaridad que encontró en su viaje hacia la protección. A través de una alianza entre Twitter y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, el emoji estará disponible en Twitter del 19 al 25 de junio, con los hashtags #ConLosRefugiados y #DíadelRefugiado, para honrar a los 100 millones de personas que se han visto forzadas a huir de la guerra y la persecución.
Paz y amor
Escucha:
Antes de la guerra, no pensaba realmente en la seguridad. Vivía en una ciudad hermosa y pacífica, pintaba mucho, hacía amistades, viajaba. Tengo una familia maravillosa, un apartamento con una hermosa vista del bosque.
La guerra lo cambió todo y me hizo pensar emocional y rápidamente. Cuando llega la guerra, lo único que más deseas es que acabe cuanto antes, que haya paz. Todos los demás miedos y experiencias desaparecen. Arrasa con todo a su paso, deja un vacío.
Mi hijo y yo decidimos huir a un país seguro, donde mi hijo dormirá y vivirá en paz, donde no habrá necesidad de esconderse en el sótano cuando escuchamos las sirenas y caen las bombas.
Me movía el miedo y el deseo de seguridad. Me sentía como un ave migratoria que vuela a tierras más cálidas, huyendo del invierno. Solo me llevé a mi hijo, el bolso de siempre y el amor, el amor por el niño, por el país, por la vida, por las personas y por el mundo. Creo que la paz y el amor son los mayores valores y la base del desarrollo armonioso de la sociedad.
Cuando nuestra familia nos acogió en los Países Bajos, quise aportar algo bueno a las ventanas, porque lo hice en casa. Recorté pájaros blancos, dos pájaros blancos. Utilicé lo que tenía a la mano: una hoja del cuaderno de mi hijo y un cuchillo de cocina.
Ayuda y apoyo
Escucha:
En la vida cotidiana, podemos confiar mucho en nosotros mismos, podemos hacer planes, esforzarnos. Con el comienzo de la guerra, todo cambia: la sensación de seguridad desaparece, hay incertidumbre, miedo, impotencia. Entonces, la más mínima ayuda es invaluable. Cuando alguien ofrece un té caliente, una manta, comida, un juguete a un niño o incluso simplemente dice algo alentador y sonríe.
Nunca olvidaré la sensación cuando mi hijo y yo cruzamos la frontera polaco-ucraniana, asustados y cansados, y los guardias fronterizos y las personas polacas nos recibieron con sonrisas y abrazos. Nos preguntaron si necesitábamos algo, si teníamos hambre o si teníamos un lugar donde pasar la noche. A los niños les daban juguetes, dulces y los levantaban. Por fin apareció una sonrisa en las caritas asustadas de los niños. Fue un gran sentimiento de apoyo y unidad a pesar de la nacionalidad y el estatus.
Casa, techo sobre tu cabeza
Escucha:
Un techo sobre tu cabeza es muy importante para tener una sensación de seguridad. Este techo es tu hogar, pero cuando los misiles disparan o vuelan a su alrededor, tienes que abandonarlo.
Me encanta viajar. Es fácil escalar, me resulta fácil comunicarme con las personas, pero nunca pensé que algún día en mi vida podría haber una opción en la que tuviera que recogerme a mí misma y a mi hijo, y hacerlo rápidamente y llevar solo lo esencial. Y llamar a un viaje que no es a petición mía y no se sabe cuándo y dónde terminará. Entonces quieres llevarte toda la casa, porque hasta las paredes son importantes, su olor es importante, la vista desde la ventana.
Cuando fuimos acogidos por primera vez por una familia polaca, mi hijo y yo entramos en la habitación que nos dieron. Me senté en la cama y exhalé. Todo es seguro. Estoy a salvo. Estoy realmente a salvo. Lo mismo sentí tres semanas después cuando estuvimos en Holanda con una familia holandesa. Al principio es inusual, todo es nuevo, cuando arreglas tus cosas, haces la rutina habitual de todos los días, pero lo más importante es que esta casa es... aunque sea temporal.
Cuando abrimos la puerta de nuestro hogar a alguien que necesita seguridad, abrimos nuestro corazón.
Porque el hogar es el corazón de la familia.
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