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El archivo de ACNUR ofrece ideas e inspiración para abordar el desplazamiento forzado

Historias

El archivo de ACNUR ofrece ideas e inspiración para abordar el desplazamiento forzado

Un tesoro único e inmenso de materiales cuidadosamente almacenados revela la historia de la Agencia de la ONU para los Refugiados y las historias de las personas por las que trabajamos.
7 Junio 2024 Disponible también en:
Vista de un pasillo de estanterías de archivo apilables

Una fila de estanterías apilables con documentos de archivo en la sede de ACNUR en Ginebra, Suiza.

En un sótano de la icónica sede de ACNUR en Ginebra, un vasto laberinto de estanterías apilables contiene los archivos físicos de los más de 70 años de funcionamiento de la Agencia de la ONU para los Refugiados. Si los documentos se apilaran en una sola columna, se elevarían por encima del Monte Everest a más de 10 kilómetros de altura.

Junto a los documentos políticos y los informes oficiales, hay registros que revelan historias humanas del desplazamiento forzado moderno y ofrecen una valiosa perspectiva de acontecimientos mundiales de gran trascendencia. Para el equipo de archivistas de ACNUR que supervisa la colección, se trata de un recurso vivo y una fuente permanente de inspiración y aprendizaje.

“Guardamos la memoria de las comunidades y las personas víctimas de la historia. Normalmente se dice que en los archivos son los poderosos quienes escriben los registros, [pero] la información que hay aquí no la encontrarás en ningún otro lugar. Es única”, asegura Montserrat Canela, Jefa de Archivos y Registros de ACNUR.

El archivo de ACNUR se creó en 1996 a propuesta de la antigua Alta Comisionada Sadako Ogata. “La Sra. Ogata, que era académica, vio que esto era muy importante y presionó para que vinieran profesionales a ocuparse de los archivos”, explica Canela. “No es que ACNUR no se ocupara de los documentos antes... pero no había ni idea de investigación ni de conservación a largo plazo”.

Con registros que se remontan a la creación de la agencia en 1950, gran parte del material de archivo procede del trabajo diario del personal destinado en todo el mundo. Entre ellos figuran cables urgentes del personal presente en el inicio de grandes emergencias. Un ejemplo, enviado por el Alto Comisionado Adjunto de ACNUR, Charles H Mace, desde Calcuta el 15 de mayo de 1971, describe vívidamente el inicio de un éxodo de unos 10 millones de personas desde Bengala Oriental, actual Bangladesh.

Una mujer al final de una fila de estanterías de archivos.

La Jefa de Archivos y Registros, Montserrat Canela, en el archivo principal de la sede de ACNUR en Ginebra.

“[D]eprimido por la situación y el reino del terror, que es evidente en los rostros de las personas, que están atónitas y [en] algunos casos casi inexpresivas”, escribió. “Se ha producido una gran agitación que ha sembrado el pánico y la huida. He visto muchas personas heridas de bala, hombres, mujeres, niñas y niños, y también algunos muertos. Incendios provocados, violaciones y dispersión son el tema común”.

Es un ejemplo sorprendente de cómo la importancia del material de archivo de ACNUR va más allá de la propia organización, explicó la Archivista Superior Heather Faulkner. “Este cable forma parte de la historia de ACNUR, pero también de la de Bangladesh, ya que capta un momento turbulento en el nacimiento de un nuevo país. Estos son nuestros registros, además de nuestra historia”.

Imagen destacada de un cablegrama sellado enviado desde Calcuta en 1971

Detalle de un cablegrama enviado desde Calcuta por el Alto Comisionado Adjunto Charles H Mace a la sede de ACNUR en mayo de 1971.

Otros registros incluyen millones de expedientes de casos individuales de personas refugiadas, en los que el personal de ACNUR verificó la condición de refugiado de personas que huían de la guerra, la persecución y otras formas de violencia. Estos expedientes confidenciales proporcionan relatos primarios de muchas de las principales convulsiones mundiales desde la Segunda Guerra Mundial, como la guerra de Vietnam y sus secuelas, la descolonización, las guerras de los Balcanes en los años noventa, el genocidio de Ruanda y los conflictos más recientes en Siria y la invasión a gran escala de Ucrania.

Además de su valor histórico, los expedientes archivados se siguen utilizando para ayudar a las personas refugiadas en la actualidad. Algunos ejemplos recientes son la verificación de las necesidades de protección de personas refugiadas de Irak y otros países, anteriormente registradas en Siria, después de que se vieran forzadas a huir por segunda vez a países como Türkiye y Jordania, y el uso de expedientes de archivo para confirmar la condición histórica de refugiado de una persona que se enfrenta a una deportación injusta. Los relatos registrados en expedientes de casos han proporcionado incluso pistas vitales a los investigadores para ayudar a localizar las fosas de personas desaparecidas durante los conflictos de los Balcanes.

Junto a los millones de documentos en papel almacenados en cajas libres de ácido para ayudar a su conservación, hay una gran variedad de otros materiales, como archivos fotográficos y de vídeo, carteles publicitarios, los dos diplomas originales del Premio Nobel de ACNUR y una conmovedora colección de dibujos de niñas y niños refugiados de todo el mundo.

Enigma digital

Uno de los principales retos desde la creación del archivo es cómo capturar y preservar la creciente cantidad de material digital generado, incluidas bases de datos de protección confidencial, registros en línea, correos electrónicos, sitios web, documentos compartidos y publicaciones en redes sociales. El archivo digital contiene actualmente más de 120 terabytes de datos, lo que equivale a más de 10 veces el tamaño de la colección impresa de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

“Los archivos en papel se pueden guardar en un cuarto oscuro y sobrevivirán, pero los archivos digitales, si dejas de cuidarlos, desaparecen”, explica Canela. “En un segundo puedes perder 10 años de historia... porque la tecnología ha cambiado o porque un servidor ha sido dado de baja”.

Un ejemplo concreto fue el juego educativo en Internet de ACNUR “Contra viento y marea”, una importante herramienta de sensibilización creada en 2005 para ayudar a la niñez a experimentar los dilemas a los que se enfrentan las personas que huyen de sus hogares. El juego original se basaba en Adobe Flashplayer, que dejó de utilizarse en 2020, pero gracias a los grandes esfuerzos del equipo de preservación digital de ACNUR, se capturó y conservó utilizando tecnología alternativa, lo que significa que aún puede verse y jugarse hoy en día.

Primer plano de la manos de una persona sosteniendo dibujos infantiles de figuras de colores

Un ejemplo de algunos de los dibujos de niños refugiados conservados en el archivo de ACNUR.

Un hito importante se produjo en el año 2000, cuando el archivo de ACNUR se abrió por primera vez a los investigadores académicos, lo que permitió obtener nuevas perspectivas sobre los acontecimientos históricos y la evolución de la política mundial de refugiados.

“El tipo de información que se obtiene de los archivos es diferente de la que se puede encontrar en Internet o en los documentos oficiales”, explica Bastiaan Bouwman, profesor adjunto de la Universidad de Utrecht, Países Bajos, quien visitó los archivos para su investigación sobre la historia del derecho internacional de los refugiados. “Te da una visión fundamentalmente más profunda de por qué las cosas sucedieron como sucedieron”.

Entre las fuentes de archivo clave para la investigación de Bouwman figuran las interacciones entre los expertos jurídicos de ACNUR destinados en las oficinas de los países y en la sede, quienes han ayudado a trazar un panorama más detallado de cómo y por qué se elaboran las políticas.

“Las políticas no siempre se elaboran de arriba abajo. Las personas responden a lo que ocurre sobre el terreno en los distintos lugares y luego eso va subiendo de nivel hasta llegar a la sede de ACNUR”, comenta. “Recientemente se ha hecho un gran trabajo con estos archivos que demuestra que gran parte de la política es ad hoc... y que la legislación sobre refugiados y las políticas con las que acabamos no eran inevitables. Son el resultado de decisiones, de elecciones, que se tomaron hace años”.

“Estos son nuestros registros, además de nuestra historia”.

Heather Faulkner, Archivista Superior de ACNUR

 

Dos hombres caminan por el vestíbulo de un edificio de oficinas

El investigador Bastiaan Bouwman (al centro) llega a la sede de ACNUR en Ginebra para estudiar los archivos.

Un uso más práctico de los registros de archivo consiste en examinar las lecciones del pasado para ayudar a orientar los enfoques de las crisis actuales. En 2022, el personal que coordina la respuesta de ACNUR al creciente número de viajes mortales por mar en el Mediterráneo Central solicitó datos de archivo sobre las iniciativas adoptadas en los años setenta y ochenta para salvar las vidas de las “boat people” (gente de los botes) vietnamitas que huían de las secuelas de la guerra, con el fin de evaluar si alguna podía aplicarse en la actualidad.

Para Canela, la colección ofrece otro bien intangible pero vital en un mundo en el que los conflictos y otras crisis han desplazado a más de 114 millones de personas, con millones más desarraigadas cada año: esperanza.

“Cuando me estreso, vengo [a los archivos] porque siento la energía de todo el trabajo que ACNUR ha realizado desde el principio”, afirma. “Incluso en estas grandes y tristes historias que guardamos, este es el archivo de las persinas que ayudan y el archivo de las personas que encuentran soluciones. Y las encontramos. No siempre, por desgracia, y no para todo el mundo, pero hay muchas soluciones, y esto es lo que hace que estos archivos sean tan especiales”.