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Estatus regular ayuda a emprendedora a tejer sueños en Ecuador

Historias

Estatus regular ayuda a emprendedora a tejer sueños en Ecuador

El proceso de regularización en Ecuador ha permitido que miles de personas obligadas a abandonar sus países accedan a servicios básicos, salud, y formalicen sus negocios.
2 Julio 2024
Una mujer de cabello canoso vestida de rojo, sonríe a la cámara mientras teje con estambre beige

Ida teje a crochet, una artesanía que le recuerda a Venezuela y la ayuda a ganarse la vida en Ecuador.

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Ida Sandrea siempre lleva una sonrisa en su cara cuando tiene hilo y aguja en sus manos. Desde muy joven, la venezolana de 54 años descubrió una profunda pasión por el crochet, un arte que domina y usaba para vestir a reinas de belleza en Maracaibo. Este es un recuerdo que lleva grabado en su mente mientras teje en su nuevo hogar en Ecuador. Aunque lejos de la tierra que la vio crecer, Quito le ha dado un nuevo comienzo y el proceso de regularización implementado por el Gobierno, la tranquilidad que buscaba. 

“Es indispensable estar regularizado, porque como emprendimiento yo vendo mis piezas y mis clientes necesitan una factura de mis servicios. Ahora que tengo mi cédula de identidad y una cuenta bancaria, me siento más segura”, señaló Ida. 

Forzadas a salir de su país por la inseguridad y las pocas oportunidades, Ida y su hija llegaron irregularmente a Ecuador en el 2021. Pero la falta de documentación adecuada la preocupaba en todos los lugares a los que iba. “Sabía que teníamos que viajar con documentos, pero en Venezuela era imposible conseguirlos”, añadió. 

En 2022, el Gobierno de Ecuador lanzó un segundo ejercicio de regularización para ayudar a decenas de miles de personas que habían perdido su estatus regular o habían llegado irregularmente hasta junio de ese año. Abierto a personas de todas las nacionalidades, incluidos los más de 400.000 venezolanos en el país, las y los solicitantes interesados ​​debían someterse a un proceso de registro antes de solicitar una visa y una identificación ecuatoriana. 

Ida estaba inquieta, pero decidida a hacer todo lo posible para obtener un estatus regular. “El desconocimiento y mi rol como líder comunitaria me llevaron a aprender sobre la regularización y la defensa de los derechos humanos”, dijo. Buscó información y orientación en varias organizaciones y redes sociales, hasta conseguir su pasaporte para iniciar el trámite. Ida también ayudó a otras personas necesitadas, remitiéndolas a dónde podrían recibir apoyo para comenzar su proceso y asegurándose de que todos entendieran la importancia de regularizar su estatus en el país. 

“Los sueños pueden hacerse realidad, pero para alcanzarlos hay que trabajar en ellos. Parte de ese trabajo empieza por regularizarse. Mi norte es ser líder comunitaria, yo lo veo como un voluntariado al ser una persona que siempre ayuda al que más lo necesita”, afirmó.

Según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V, GTRM en Ecuador), una de las principales necesidades identificadas por las personas en movilidad humana continúa siendo la regularización de su estatus. 

Gracias a las contribuciones financieras del Gobierno de Canadá y al apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y sus socios, personas como Ida, su hija y más de 72.000 más pudieron obtener una identificación a través del proceso de regularización antes del fin del ejercicio en abril de 2024. Con una campaña de información, asistencia técnica dentro de las instituciones del Estado y apoyo directo a los solicitantes a través de brigadas móviles, casi 200.000 personas obtuvieron un certificado de permanencia y un poco más de 95.800 obtuvieron una visa VIRTE hasta finales de abril de 2024. Las niñas y niños no acompañados y separados tuvieron un proceso dedicado que les ayuda a asegurar su estatus regular. 

"Este proceso le ha cambiado la vida a miles personas que permanecían en la sombra de la irregularidad debido a las circunstancias", dijo Federico Agusti, representante de ACNUR en Ecuador. "El ejercicio de regularización refuerza la tradición de solidaridad que este país ha tenido con las personas obligadas a abandonar sus países; esperamos seguir colaborando para garantizar que mecanismos de protección pragmáticos como este sigan disponibles para quienes más lo necesitan”. 

Tener su visa y documento llena de orgullo a Ida. Recuerda entre risas cómo el portero de un espacio comunitario se burlaba de ella pidiéndole la identificación que no tenía. Pero un día ella tuvo algo que mostrar. “¿No me vas a pedir mi identificación?” le dijo, mientras se la mostraba con una sonrisa en su rostro. 

Los sueños de Ida han comenzado a materializarse ahora que tiene un estatus regular. Su objetivo es transformar su oficio en un negocio reconocido, mostrando sus diseños y experiencia artesanal. Se siente segura de ofrecer sus diseños en otras tiendas de ropa para que más personas reconozcan su trabajo. 

Además de ayudarla a sostenerse, tener un estatus regular le permitió a Ida recuperar la confianza en sí misma y empoderó a su hija para ser una lideresa en su comunidad. “Mi hija se formó como líder comunitaria juvenil. Su sueño es convertirse en trabajadora social para ayudar a proteger los derechos y ayudar a las mujeres atrapadas en el ciclo de violencia, como yo antes lo estaba. Ella me impulsó a salir de esa situación”. 

Para personas como Ida y su hija, tener un estatus regular en el país ofrece esperanza y seguridad mientras reconstruyen sus vidas lejos de casa. 

Además de visualizarse en el futuro con su propio lugar donde pueda enseñar a tejer mientras la gente toma café y disfruta del espacio, quiere que su hija logre estudios universitarios y tenga una carrera que le permita salir adelante en su vida. “Hija mía, lucha por tus sueños y nunca tengas miedo porque si se puede. Nunca escuches a los demás, escucha siempre a tu corazón”.