Evento innovador fomenta el emprendimiento para personas refugiadas y brasileñas en Boa Vista
Evento innovador fomenta el emprendimiento para personas refugiadas y brasileñas en Boa Vista
Con objeto de promover las oportunidades de integración social y económica en Roraima, el evento Inspira Boa Vista reunió a comienzos de agosto a más de 80 instituciones en los ámbitos de formación financiera y emprendimiento. El encuentro, ideado para inspirar tanto a personas refugiadas y migrantes como brasileñas para que inicien sus propios negocios en la región, ofreció a los participantes talleres y charlas centradas en la generación de renta y la planificación financiera.
Sandra Sanguina, de 37 años, fue una de las participantes. Es colombiana y lleva tres años viviendo en Boa Vista. Sanguina cuenta que se vio forzada a abandonar Colombia e instalarse en Venezuela en 2001 pero que, recientemente y a causa de la difícil situación que atraviesa el país, se vio forzada a desplazarse una vez más y se vino a Brasil. “No quiero tener que volver a solicitar asilo, quiero crecer y colaborar con la economía del país que me acogió”, dice.
Hoy Sanguina está casada con un brasileño. Pese a ser fisioterapeuta de formación, trabaja como pastelera autónoma y sueña con abrir su propio negocio. Fue una de las atentas oyentes que asistió a la charla sobre formación financiera impartida por el Banco Central, una de las instituciones que participaron en el evento. “La charla de hoy me enseñó mucho sobre planificación personal y sobre cómo actuar y reaccionar ante los obstáculos del mercado. A partir de hoy prestaré más atención al modo en que gasto mi dinero”, dijo.
El evento, ideado por el Centro Integrado de Estudios y Programas de Desarrollo Sostenible (CIEDS), fue una acción colaborativa entre organizaciones de la sociedad civil, el sector público, el sector privado y agencias del sistema de las Naciones Unidas.
ACNUR, la agencia de la ONU para los Refugiados, dio su apoyo al proyecto poniendo a su disposición promotores comunitarios refugiados y brasileños que facilitaban el acceso al evento y orientaban a los visitantes hacia los expositores. La iniciativa contó además con el apoyo financiero de la Unión Europea, que contribuyó mediante el fortalecimiento de la respuesta a las personas venezolanas en la región norte de Brasil y ayudando a promover la integración y la convivencia pacífica de esas personas con la comunidad local.
ONU Mujeres promovió la exposición de productos fabricados por mujeres venezolanas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) organizó la participación de conferenciantes como João Evangelista, analista de promoción de la ciudadanía financiera del Banco Central.
“Me quedé impresionado con la cantidad de personas refugiadas y migrantes que asistieron a las charlas, así como con su nivel de participación”, indicó Evangelista, para destacar además que eventos de este tipo resultan esenciales para desarrollar una conciencia financiera sostenible, principalmente en el caso de personas que reciben ayuda humanitaria.
“Esta colaboración entre agencias y organizaciones de la sociedad civil resulta esencial no solo para que las personas sepan cómo abrir una cuenta en el banco o acceder a un crédito, sino para que sepan cómo tratar con el sistema financiero del país. A fin de cuentas, lo más importante no es cuánto se gana sino cuánto y cómo se gasta. En eso consiste la sostenibilidad”, aclaró.
Se ofrecieron cerca de 60 actividades gratuitas durante los dos días que duró el evento (3 y 4 de agosto), en el que participaron aproximadamente mil personas. Los adultos que acudieron recibieron un “pasaporte” con la lista de actividades en las que les gustaría participar, como por ejemplo los talleres sobre formación como Microemprendedor Individual (MI), emprendimiento, producción de materiales ecosostenibles, escuela de Youtubers o planificación en el hogar, además de puestos de información sobre pasantías, empresas de nueva aparición y acceso a crédito. Al final, Inspira Boa Vista acabó contabilizando más de 5.600 visitas.
Una de las secciones más visitadas del evento fue la exposición de productos de pequeños emprendedores, la mayoría venezolanos residentes en algunos de los albergues administrados por ACNUR, las Fuerzas Armadas y sus asociados. Entre los distintos puestos, las Eco Bags del proyecto “Mujeres ¡Pa’lante!”, elaboradas por residentes del albergue Jardim Floresta, fueron todo un éxito.
Un grupo formado por 28 mujeres venezolanas residentes en el albergue Jardim Floresta vio la oportunidad de usar su talento con la costura para transformar las tiendas en las que vivían en bolsas reciclables. “Al llegar al albergue las mujeres nos quedábamos muy desanimadas y no evolucionábamos. La mejor manera de motivarnos para salir de este estado fue proporcionarnos la oportunidad de que creáramos las Eco Bags”, explica Rebeca Laya, de 38 años, refugiada y una de las costureras del proyecto. Durante el evento, Rebeca y sus compañeras tuvieron la oportunidad de exponer su producto y de participar en los talleres de emprendimiento y reciclaje.
ACNUR reconoce que, pese a las dificultades derivadas por la situación de desplazamiento forzado, las personas refugiadas pueden aportar grandes beneficios a su comunidad de acogida si se les brinda la oportunidad de invertir en sus aptitudes. “Existen abundantes ideas y talentos dentro y fuera de los albergues, y muchas veces lo que falta es saber cómo transformar esas ideas en algo que genere ingresos. Por eso, ACNUR apoya iniciativas que animen a las personas refugiadas a desarrollar proyectos autosostenibles y colaborativos dentro de la comunidad en que viven”, cuenta Esther Benizri, jefa de la oficina de ACNUR en Roraima.
Carlos Varela, brasileño de 49 años y residente en Boa Vista, vio el evento como un primer paso para un cambio de conciencia y como una gran oportunidad de crecimiento para la ciudad. “Todo el mundo habla sobre la necesidad de invertir más en Boa Vista, y no les falta razón. Pero la primera inversión debe ser fomentar el conocimiento y estimular el emprendimiento entre las poblaciones local y refugiada”, destacó.
Carlos entiende que es posible encontrar formas de que las personas brasileñas y refugiadas trabajen juntas y, como consecuencia, otras personas refugiadas se verían naturalmente acogidas en esta red de colaboración y tendrían la oportunidad de buscar mejores condiciones de vida y de contribuir con la comunidad de acogida.
Rosane Santiago, gerente del CIEDS y organizadora del evento, recuerda que esto no fue más que el primer paso para nuevas acciones conjuntas orientadas a la conciencia emprendedora sostenible. Explicó que, después de cartografiar potenciales iniciativas locales, fue posible percibir que existían los medios para promover el emprendimiento en la región, pero que era necesario organizar acciones en ese sentido. “El evento nos ofreció una oportunidad de integrar todas estas iniciativas con organizaciones que aportan conocimiento en el ámbito concreto, y esa será la semilla para los frutos que esperamos recolectar a medio y largo plazo”.