Grandi: una cifra de 110 millones de desplazados indica que el mundo que debe cambiar
Grandi: una cifra de 110 millones de desplazados indica que el mundo que debe cambiar
Los datos revelan que el año pasado el desplazamiento forzado aumentó como nunca antes (19 millones de personas fueron desplazadas). La incesante guerra en Ucrania es uno de los principales factores, pero el estallido de la violencia en Sudán – en abril de este año – hizo que las cifras llegaran a niveles totalmente desconocidos.
“Ciento diez millones de personas han huido de conflictos, persecuciones, discriminación y otras formas de violencia, que se combinan con otros factores, como el impacto del cambio climático”, aseveró ante la prensa en Ginebra el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi. “Tener que reportar un hecho de este tipo es sintomático de un mundo que debe cambiar”.
- Ver también: ACNUR hace un llamamiento para acciones conjuntas ante cifras récord de desplazamiento forzado en 2022
Grandi hizo referencia a las estadísticas que muestran que el 70% de las poblaciones desplazadas en el mundo – es decir, 35 millones de personas – vive en países de renta media o baja. “La retórica que ha prevalecido insiste en que las personas refugiadas buscan llegar a los países con más recursos. Esta información es falsa, pues en realidad ocurre todo lo contrario”, añadió.
La inacabable generosidad que han mostrado los países de acogida, que con frecuencia carecen de recursos, puede verse en Chad, que ha recibido a más de 115.000 personas refugiadas de Sudán, y en los países costeros de África Occidental, que este año han dado la bienvenida a decenas de miles de refugiados de Burkina Faso.
Esta generosidad contrasta con actitudes y políticas públicas que son cada vez más hostiles hacia las personas refugiadas en distintas partes del mundo.
“Somos testigos de devoluciones. Vemos la aplicación de normas de admisión, en materia migratoria y de refugiados, que son cada vez más intransigentes. En muchos países vemos cómo no solo se criminaliza a las personas refugiadas y migrantes, sino que también se les culpa de todo”, recalcó el Alto Comisionado. “El liderazgo consiste en convencer a la opinión pública de que hay personas que necesitan recibir protección internacional”.
Los discursos negativos en relación con las personas refugiadas y otras que huyen de violencia y persecuciones dificultan cada vez más el diálogo para encontrar soluciones que podrían detener o ralentizar las tendencias de desplazamiento. En este sentido, Filippo Grandi indicó que espera que el Foro Mundial sobre los Refugiados, que tendrá lugar en diciembre, logre cambiar el rumbo de esta realidad.
Aún hay esperanza.
“Las soluciones no son cosa de otro mundo”, subrayó Grandi. Los datos del año pasado muestran que el reasentamiento en terceros países ascendió a 114.000, en parte, debido a un aumento en el número de llegadas a Estados Unidos. “Reconociendo que hay 35 millones de refugiados, con total sinceridad hay que decir que es una aguja en un pajar, pero al menos se duplicó la cifra del año anterior, así que aún hay esperanza”.
Cuando se le preguntó sobre las políticas que están preparando la Unión Europea y Estados Unidos con respecto a los movimientos mixtos de personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes que emprenden peligrosas travesías para llegar a sus fronteras, el Alto Comisionado señaló que apela a una mirada panorámica de esos movimientos, pues es necesario considerar todo el trayecto que recorren estas personas.
“No se trata nada más de controlar las fronteras”, indicó. “Todas estas personas emprenden largas travesías, de manera que todos los países involucrados deberían participar en el diálogo. Cabe la posibilidad de que algunas personas no quieran alejarse demasiado de su país, sobre todo si encuentran oportunidades en los países por los que pasan. Con ello en mente, es necesario generar esas oportunidades y colaborar con esos países”.
Por otra parte, rechazó todo enfoque que implique negar el derecho a solicitar asilo. “Una cuestión con la que nunca podremos estar de acuerdo es que nadie debería solicitar asilo en la Unión Europea, Estados Unidos o el Reino Unido, así que esa puerta debe permanecer abierta. Quizás podamos ayudar a aliviar la presión y reducir las causas que obligan a las personas a huir, pero no podemos renunciar al asilo en todas partes”.
Escasez de fondos
Grandi concluyó alertando que ACNUR atraviesa una escasez de fondos nunca antes vista, lo cual amenaza su capacidad de responder a las necesidades de las personas afectadas por un número creciente de emergencias alrededor del mundo. En los últimos tres años, ACNUR ha declarado un promedio de 35 situaciones de emergencia por año, lo cual supone un aumento considerable en comparación con períodos anteriores.
“Este año, la situación financiera de la organización no es buena”, comentó. “Estamos enfrentando aún más dificultades que en años anteriores. El presupuesto para brindar asistencia está bajo presión en todos lados. Esto es resultado de una combinación entre la guerra en Ucrania, los estragos de la pandemia de COVID-19, las presiones económicas y la inflación”.
A pesar de haber recibido el equivalente a $1.000 millones en donaciones de fuentes privadas el año pasado, debido en gran medida a la respuesta a la crisis en Ucrania, el Alto Comisionado indicó que el grueso del presupuesto de ACNUR seguirá dependiendo de las contribuciones que hagan los gobiernos.
“Las necesidades no esperarán a que se hagan estas contribuciones; simplemente siguen aumentando cada año”.