Personas refugiadas centroafricanas regresan a casa desde Camerún tras una década en el exilio
Personas refugiadas centroafricanas regresan a casa desde Camerún tras una década en el exilio
Halimatou Sadia, de 40 años, se asegura de que sus hijas lleven el cabello trenzado, se apliquen henna en las manos y de que sus hijos vayan bien peinados. Todo su equipaje, incluidas las pertenencias domésticas, se etiquetan y se cargan en un camión que espera.
Ella es una de las más de 300 personas que están a punto de partir hacia la RCA después de más de 10 años de haber huido de su país natal. Está deseando reunirse con su esposo, quien regresó hace dos años para preparar el regreso de la familia.
“Hace mucho tiempo que no nos vemos, por eso me peiné y les puse henna a los niños”, cuenta. “Quiero volver y encontrar mi país en paz para que mis hijos puedan regresar a la escuela”.
Cuando el convoy de cinco camiones comienza a avanzar, Halimatou se despide de amistades y vecinos que han venido a despedirla. Aunque es un momento emocionante, el viaje evoca recuerdos de los horrores de los que huyó.
“Ellos [los grupos armados] asesinaban a las personas o las ahuyentaban”, recuerda. “Vinimos aquí, nos acogieron y nos dieron comida. Nos construyeron un alojamiento y matricularon a nuestros hijos en la escuela para que estudiaran”.
Regreso a casa
En la República Centroafricana se han logrado avances significativos con la aplicación del Acuerdo de Paz y Reconciliación, y el restablecimiento de la seguridad en algunas zonas. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el país sigue albergando a más de 507.000 personas desplazadas internas, mientras que muchas otras continúan refugiadas en los países vecinos. Décadas de violencia han dejado un profundo impacto, y las continuas inundaciones y brotes de enfermedades, como el mpox y el dengue, siguen empeorando la grave situación de las poblaciones vulnerables en los lugares de asentamiento.
Tras los acuerdos entre la RCA y Camerún, la República Democrática del Congo y la República del Congo, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha estado apoyando al gobierno de la RCA facilitando un programa de repatriación voluntaria para apoyar a la población refugiada que desea regresar a zonas que se consideran seguras. Desde 2017, más de 49.000 centroafricanos han recibido asistencia para regresar a sus hogares, incluidos 12.000 en lo que va de año procedentes de países vecinos.
Tras cinco horas de viaje por una carretera en mal estado, la familia de Halimatou llegó a Lolo, un pequeño pueblo del este de Camerún cercano a la frontera, donde pasaron la noche. A la mañana siguiente, tras recibir la autorización de migración y someterse a un examen médico, emprendieron la última etapa de su viaje de regreso a casa.
Cuando los camiones cruzaron a la República Centroafricana, los habitantes de la aldea se pararon junto a la carretera agitando ramas para dar la bienvenida a sus compatriotas. Halimatou pasó la noche siguiente en un centro de tránsito de la ciudad de Berberati antes de viajar a Makunji, su aldea natal, donde se reunió con su esposo.
“Estoy feliz de estar en mi país de origen”, asegura Halimatou. “Me pareció muy bonito y cuando cruzamos [la frontera], mi corazón se tranquilizó”.
Una puerta abierta
En el marco de la Plataforma de Apoyo a las Soluciones para la RCA, el Gobierno de la RCA aprobó un plan plurianual para facilitar el retorno de 300.000 personas refugiadas centroafricanas desde los países vecinos antes de 2028. Esta iniciativa encaja con la Estrategia Nacional de Soluciones Duraderas. Encuestas recientes en países de asilo, incluido Camerún, revelaron que el 23 por ciento de los encuestados (aproximadamente 80.000 personas) tienen la intención de regresar a la RCA si los servicios básicos son accesibles.
ACNUR y sus socios proporcionan asistencia en efectivo para ayudar a que las personas que regresan afronten los retos iniciales de reasentarse en sus comunidades y para cubrir gastos básicos, como el transporte hasta su destino, alimentos y artículos para el hogar. ACNUR también colabora con sus socios para desarrollar proyectos que promuevan la cohesión social entre quienes regresan y las comunidades de acogida. Estos esfuerzos se centran en el apoyo a los medios de vida, la documentación civil y las actividades de consolidación de la paz, todas ellas esenciales para reducir las tensiones y fomentar la estabilidad a largo plazo.
Haouaou Halidou tomó la decisión de regresar en 2019 y pudo rehacer su vida e integrarse de nuevo en su comunidad. Ha abierto una sastrería en su casa, utilizando los conocimientos que adquirió en Camerún.
“Me beneficié de una capacitación en costura en Camerún e incluso fui instructora”, cuenta esta madre de cuatro hijos, quien ahora vive en la ciudad de Berberati. “Son mis hijos quienes hacen publicidad para mí y me traen nuevos clientes. Hago bonitos vestidos para mis hijas. Cuando salen, las personas las admiran y quieren lo mismo”.
Haouaou se ha unido a un grupo de ahorro de mujeres donde guarda dinero para ampliar su negocio y mantener a sus hijas. Considera que no hay nada mejor que estar en el país de origen.
“La puerta está abierta para quienes siguen en el exilio”, afirma. “Hagas lo que hagas cuando estás en el extranjero, no es tu hogar. Fue la crisis la que nos llevó ahí [a Camerún], pero ahora hay paz, así que es mejor volver y trabajar por tu país”.