Personas refugiadas de Ucrania crean pequeñas empresas en Georgia gracias al microcrédito
Personas refugiadas de Ucrania crean pequeñas empresas en Georgia gracias al microcrédito
Su propietaria, Irina Dotsenko, una ucraniana de 67 años de Kharkiv, lo describe como “el alma ucraniana en Georgia”. El nombre se debe a los elogios de los clientes ucranianos, que recuerdan platos que solían disfrutar en su país, como Borsch, Holubsti y Deruny. Irina lo considera apropiado, ya que trajo consigo las preciadas recetas que ella, su madre y su abuela preparaban en Ucrania antes de la invasión a gran escala del país por Rusia en 2022.
Sin poder cocinar para su familia, que permanece en Ucrania, canaliza sus cuidados en cocinar para otras refugiadas de Ucrania, así como para la comunidad local.
“El dolor de Ucrania es mi dolor”, asegura. “Pero es un dolor nocturno. Durante el día, mi mente está ocupada con las personas: sus preocupaciones y el ajetreo por el trabajo”.
En medio del caos de la guerra a gran escala y del número sin precedentes de personas refugiadas ucranianas que llegaban a Georgia, Irina organizó inicialmente bancos de alimentos para apoyar a quienes lo necesitaban. Pero pronto se dio cuenta de las dificultades laborales a las que se enfrentaban muchos ucranianos y empezó a contratar a algunos de ellos. Ahora, 30 de sus 44 empleados son refugiados ucranianos, mientras que el resto se compone de una amplia gama de nacionalidades, incluidos los georgianos.
Un producto financiero diseñado para las personas refugiadas
Pero su pequeña cafetería, con 12 mesas, solo necesitaba la mitad de personal, y pronto se vio ante un dilema.
“Asumo la responsabilidad de cada persona que trabaja conmigo, sin excepciones”, comenta. “La solución más sencilla sería despedir personas, pero no es una solución viable”.
En su lugar, decidió abrir una segunda cafetería. Con escasos recursos financieros propios, se topó con un anuncio de Crystal, una institución de microfinanciación de Georgia que acababa de lanzar un programa especialmente diseñado para ayudar a personas refugiadas de Ucrania.
Enseguida, Irina solicitó un microcrédito, el cual recibió en tres días tras una reunión con Crystal. La financiación adicional transformó sus aspiraciones en realidad, permitiéndole comprar los electrodomésticos y el equipo de cocina necesarios para abrir la segunda cafetería en diciembre de 2023.
De aproximadamente 245.000 personas refugiadas de Ucrania que han cruzado la frontera con Georgia desde febrero de 2022, alrededor de 26.600 permanecen hoy en Georgia, muchas de ellas procedentes de zonas gravemente afectadas por la guerra al este de Ucrania. Pueden acceder a asistencia médica y educación, así como a ayuda en efectivo para los más vulnerables, pero encontrar trabajo y una vivienda asequible puede ser difícil.
Desde su lanzamiento en 2022, el programa de Crystal para ucranianos, que incluye servicios de asesoramiento empresarial además de microfinanciación, ha ayudado a más de 30 emprendedores ucranianos como Irina a mantenerse a sí mismos y a otras personas refugiadas.
Hacer frente a los estereotipos
El fundador y presidente de Crystal, Archil Bakuradze, cree que ofrecer oportunidades de empleo y desarrollo empresarial es la forma más eficaz de apoyar a la población refugiada. Como desplazado interno de Abjasia, la región separatista de Georgia, entiende la importancia de la solidaridad y el apoyo para reconstruir vidas. Su empresa fue creada hace 25 años por un grupo de jóvenes desplazados de Abjasia. Ahora es la mayor institución de microfinanciación de Georgia.
“Es muy importante hacer frente al estereotipo de que las personas refugiadas pueden ser un problema o ser clientes de riesgo. Nosotros mismos sabemos que la mayoría de las personas refugiadas tienen talento y son económicamente activas, y el desplazamiento contribuye a movilizarlas aún más de lo habitual”, afirma. “Globalmente, la idea de apoyar la inclusión financiera de las personas refugiadas es una política sensata, y animaríamos a cualquier otra institución financiera a pensar en tener programas de este tipo para las personas refugiadas”.
Tras mantener conversaciones con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, su empresa pronto ampliará sus programas financieros a personas refugiadas de distintas nacionalidades que viven en Georgia, permitiéndoles iniciar y ampliar sus empresas.
“Este tipo de apoyo financiero es crucial para las personas, y contribuye significativamente a la economía del país”, señala Irina, mientras abre las puertas de su segundo café “Like at Home” en Batumi.
“También nos hemos convertido en útiles para Georgia”.
“Asumo la responsabilidad de cada persona que trabaja conmigo, sin excepciones”.