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Personas sirias huye de los bombardeos en Líbano al país del que una vez huyeron

Historias

Personas sirias huye de los bombardeos en Líbano al país del que una vez huyeron

Más de 250.000 personas han cruzado a Siria desde que comenzó la escalada del conflicto en Líbano hace dos semanas. El 70 por ciento de ellas son de nacionalidad siria que habían buscado protección en Líbano.
8 Octubre 2024 Disponible también en:
Varias personas transportan sus pertenencias por una carretera llena de escombros y colinas a ambos lados

Personas que cruzan a Siria llevan sus pertenencias por una carretera llena de escombros tras un reciente ataque aéreo israelí.

Cuando Fadila Jasem Al-Ali huyó de Siria con sus hijos pequeños a la seguridad de Líbano, no se imaginaba que unos años más tarde harían el viaje a la inversa, con los sonidos de los bombardeos resonando de nuevo en sus oídos.

Viuda a los 28 años, Fadila huyó de su ciudad natal, Abu Kamal, en la provincia de Deir ez-Zor, al este de Siria, cuando se intensificaron los combates. Con la esperanza de proteger a sus cinco hijos y una hija del caos de la guerra, se resguardó en los suburbios del sur de Beirut, la capital de Líbano.

Su lugar seguro se convirtió en un lugar peligroso hace dos semanas, cuando los ataques aéreos israelíes comenzaron a golpear decenas de ciudades de todo el país, incluidos los suburbios del sur de Beirut.

“Cuando se produjo el bombardeo, yo estaba rezando y mis hijos dormían”, cuenta. “Me senté, temblando incontrolablemente, incapaz de mantenerme en pie por el miedo. Estaba aterrorizada por mis hijos más que por mí misma”.

Una huida de pánico

Se apresuró a sacar a sus hijos de la casa, algunos solo a medio vestir, justo cuando el edificio de enfrente fue alcanzado por un ataque aéreo y se derrumbó. 

Tras dirigirse asustada hacia la costa, Fadila cambió de dirección y se dirigió por carretera a la frontera siria, donde llamó a su prima Umm Masoud, quien vive en Damasco, la capital.

“Le dije que estaba en la frontera sin dinero para llegar. Me dijo que no tenía mucho pero me aseguró que vendría”.

Fiel a su palabra, Umm Masoud pidió prestado dinero para alquilar un coche hasta la frontera y recogió a Fadila y a sus hijos, así como a otras dos familias que viajaban con ellos.

“¿Adónde más podían ir?”, comenta. “Los traje aquí, los acogí. Las personas necesitan apoyarse mutuamente en estos momentos”.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, concluyó el martes una visita a Siria pidiendo un mayor apoyo internacional para todas las personas forzadas a huir de la escalada del conflicto en Líbano, entre ellas personas sirias, ciudadanos libaneses y de otras nacionalidades. Se estima que 250.000 personas han cruzado la frontera con Siria desde el 23 de septiembre y la mayoría – alrededor del 70 por ciento – son sirios como Fadila, que habían huido previamente a Líbano.

Un hombre y una mujer sentados conversan sobre un colchón en el suelo bajo la ventana de la habitación de un apartamento

El Alto Comisionado, Filippo Grandi, habla con Fadila Jasem Al-Ali en el apartamento alquilado por su prima en Damasco, donde su familia y otras personas viven actualmente tras huir de Líbano.

“Fueron a Líbano para escapar de la guerra en Siria. Ahora regresan a Siria escapando de la guerra en Líbano. Es un momento verdaderamente extraordinario, que requiere la atención de la comunidad internacional”, señaló Grandi desde el paso fronterizo de Jdeidat Yabous.

Con la carretera principal entre los lados libanés y sirio del puesto fronterizo destruida por un ataque aéreo israelí, las personas, decididas a huir de los bombardeos en el Líbano, están cruzando a pie con sus hijos y las pertenencias que pueden cargar.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, junto con la Media Luna Roja Árabe Siria y otras agencias de la ONU y ONG, está ofreciendo alimentos, agua y mantas a quienes llegan, además de asesorarles sobre documentación y trámites administrativos, pero se necesitan urgentemente más fondos.

“La nueva afluencia se produce en un momento en el que millones de personas sirias viven en condiciones de extrema dificultad y necesitan asistencia humanitaria”, declaró Grandi, quien más tarde se reunió con Fadila y Umm Masoud en Damasco. “Debemos aumentar el apoyo a las personas recién llegadas y a las comunidades de acogida vulnerables que las reciben”.

Umm Massoud, ella misma desplazada interna en Siria, acoge ahora a quienes huyen de la guerra en Líbano. Aunque su pequeño apartamento alquilado en el barrio damasceno de Tadamun está abarrotado con tres familias además de la suya y hay poca comida para todos, asegura: “Les ayudé porque pasé por la misma situación que ellos están viviendo ahora”.