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Refugiados de Sudán en Chad se alejan de la frontera para ponerse a salvo

Historias

Refugiados de Sudán en Chad se alejan de la frontera para ponerse a salvo

Personas refugiadas de Sudán continúan cruzando la frontera con Chad, por tanto, ACNUR las ha estado reubicando en campamentos alejados de la frontera.
15 Junio 2023 Disponible también en:
Mujeres, niñas y niños reúnen sus pertenencias frente a dos vehículos

Un grupo de personas refugiadas de Sudán se prepara para trasladarse al campamento de Gaga, a 130 kilómetros de la frontera.

Hay mucho movimiento en la aldea de Goungour, al sudeste de Chad, cerca de la frontera con Sudán, mientras las familias se preparan para abordar los vehículos que las transportarán junto con su ganado y otras pertenencias.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, empezó a reubicar a miles de refugiados sudaneses en un campamento a 130 kilómetros de distancia de Goungour. Las personas refugiadas y su ganado se trasladan en camiones; aquellas en situación de vulnerabilidad – como personas enfermas, mayores o con discapacidad – viajan en vehículos más pequeños.

De cualquier forma, mientras la reubicación se lleva a cabo, más y más personas llegan a Goungour huyendo de los enfrentamientos en Sudán. La violencia que estalló a mediados de abril en Khartoum, la capital, ha reavivado conflictos intercomunitarios en la región occidental de Darfur, que colinda con Chad.

Guisma Bachir, de 27 años, huyó de Misterei, una aldea en Darfur Occidental (a 35 kilómetros de la frontera), y ha estado en Goungour desde hace once días. “Nos atacó un grupo de hombres armados mientras recolectábamos leña. No nos dejaban ir a nuestras tierras. Ese es el motivo por el que vine. Subí a mis hijos en burros y caminé un día entero hasta llegar a la frontera con Chad”, explicó.

Kaltouma Adam Khamis también huyó de Misterei con sus hijos adolescentes; su esposo permaneció en el lugar. “Salimos de la aldea a causa de la guerra. Estamos buscando un lugar en el que podamos vivir en paz”, comentó. “Temíamos que los enfrentamientos en El Geneina [capital de Darfur Occidental] llegaran a nuestras aldeas, así que huimos para ponernos a salvo y proteger a nuestros hijos”.

Una mujer, que lleva un pañuelo en la cabeza, mira a la distancia

Kaltouma Adam Khamis huyó de Sudán con sus cinco hijos; detrás suyo quedaron su esposo y las tierras que labraba.

La reubicación alivia las presiones

Aunque Chad ha mantenido sus fronteras abiertas, la llegada de más de 150.000 personas refugiadas en apenas dos meses ha sobrecargado los recursos y servicios públicos, que ya estaban al límite de su capacidad. En los sitios a los que están llegando las personas refugiadas – primordialmente mujeres, niñas y niños – se necesitan con urgencia agua, albergues, acceso a atención médica y protección. En un par de semanas empezará la temporada de lluvias, lo cual dificultará aún más la prestación de asistencia en Goungour.

Para garantizar que las personas refugiadas reciban asistencia y para salvaguardar su seguridad, con ayuda del Gobierno de Chad y de otros socios, ACNUR ha estado reubicándolas lejos de la frontera, en el campamento de Gaga, donde residen 28.000 refugiados sudaneses desde 2005.

Rodeada de sus pertenencias y acompañada por sus seis hijos, Guisma está lista para partir. “En Gaga espero encontrar comida, jabón y educación para mis hijos. Si logro encontrar paz y estabilidad en Gaga, buscaré un trabajo para sostener a mi familia”, señaló.

El Gobierno de Chad ha otorgado más terreno para ampliar el campamento de Gaga; así pueden construirse más albergues y letrinas para las personas recién llegadas. También se están ampliando otros campamentos, y se han edificado más de 2.500 albergues para 14.000 personas refugiadas que han sido reubicadas en las últimas semanas para alejarlas de la frontera.

“Contamos con escuelas, agua y atención médica; también tenemos el apoyo de nuestros socios – en especial, el gobierno –, que se han hecho presentes para que las personas refugiadas puedan reconstruir sus vidas”, comentó Temon Tchangbele, asociado de protección de ACNUR en el campamento de Gaga.

Luego de un viaje de doce horas sobre un camino polvoriento y lleno de baches, Guisma y su familia llegaron a Gaga y se alojaron en un albergue semipermanente en la ampliación del campamento. “Me sentí muy cómoda al llegar”, compartió. “Podemos recolectar agua potable no muy lejos de nuestro nuevo hogar; y, al llegar, mis hijos fueron recibidos con una merienda caliente, así que todo va bien”.

Una mujer sentada sobre una alfombra, junto a cinco niños, frente a un albergue de ACNUR.

Guisma Bachir, una refugiada de Sudán, y su familia, frente a su nuevo alojamiento en el campamento de Gaga, en Chad.

"Sentimos paz"

Kaltouma Adam Khamis, otra refugiada de Sudán, también optó por la reubicación. “La paz se hizo presente en cuanto llegamos. Aquí no se escuchan disparos. El problema es que mi esposo no pudo venir conmigo, pero nos alcanzará tan pronto como sea posible. Aquí, en Gaga, no hay hombres armados ni problemas, así que me gustaría quedarme”, confesó.

Antes de que estallara la crisis, con apoyo de instituciones financieras internacionales, Chad ha estado impulsando la autonomía de las personas refugiadas mediante programas de medios de vida y proyectos agrícolas.

En una visita al campamento de Gaga, el 21 de mayo, Raouf Mazou, Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones, recalcó que estos esfuerzos deben continuar: “Debemos garantizar que, tan rápido como sea posible, las personas dejen de depender de la asistencia humanitaria y logren ser autosuficientes. Por tanto, debemos involucrar a los actores del desarrollo lo antes posible”. 

ACNUR y otros socios humanitarios hicieron un llamamiento de $470,4 millones de dólares (USD) para apoyar a más de un millón de personas, incluidas las refugiadas, retornadas y nacionales de terceros países que están padeciendo los estragos de la crisis en Sudán.