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Un gran número de refugiados de Sudán se dirige a Chad para escapar de la violencia

Historias

Un gran número de refugiados de Sudán se dirige a Chad para escapar de la violencia

Los enfrentamientos en Khartoum, la capital de Sudán, se esparcieron rápidamente por la región de Darfur; en consecuencia, decenas de miles de personas han cruzado la frontera con Chad para salvar sus vidas.
24 Mayo 2023 Disponible también en:
Una mujer frente a un albergue hechizo

Haweya huyó de Sudán luego de un ataque que sufrió su familia por la noche.

Haweya y su familia dormían en su casa en Tendalti, en la región de Darfur (al oeste de Sudán), cuando un grupo de hombres armados irrumpió en su hogar.

“Le dispararon a mi esposo. Al mismo tiempo, una bala perdida hirió a mi hijo. A mí me torturaron porque me rehusé a denunciar [a mi esposo]”, contó Haweya. 

“Me golpearon con un palo; desde entonces, mi oído izquierdo no funciona del todo, así que no oigo bien”.

El esposo de Haweya murió por las heridas de bala; ella huyó a pie, con su hijo herido, en dirección a la frontera con Chad. 

“Tuve que dejar al resto de mis hijos; otras personas los trajeron consigo porque yo no podía quedarme ahí. Lo perdimos todo”.

Haweya y sus cuatro hijos se encuentran entre las 90.000 personas refugiadas de Sudán que han huido a Chad, pues, desde hace un mes, los enfrentamientos entre las facciones militares rivales en Khartoum se han apoderado de diversas partes del país.

Las tensiones étnicas se reactivaron 

Las mujeres y los niños constituyen el 90% de las personas refugiadas que ingresan a Chad cada día para huir de la violencia; la gran mayoría no tiene más opción que permanecer a la intemperie, debajo de los árboles, o bien duerme en albergues hechizos cerca de la frontera.

“Necesitamos comida, ropa y alojamiento”, indicó Haweya. “No tengo nada para cubrirme la cabeza. Planeo ir a buscar paja; si encuentro un poco, podré construir un albergue”.

La población de Chad recibe a las personas recién llegadas

ACNUR está colaborando con el Gobierno de Chad y otros socios para registrar a las personas recién llegadas, así como brindarles la asistencia vital que ha llegado por vía aérea al este de Chad, incluidas colchonetas, mosquiteros, jabones y utensilios de cocina. Asimismo, está ofreciendo servicios de protección, como la prevención y la respuesta a la violencia de género, la identificación de niñez en situación de riesgo y la asistencia para personas con necesidades específicas.

A pesar de vivir en duras condiciones, la población chadiana local le ha abierto sus puertas a las personas sudanesas refugiadas. En semanas recientes, por ejemplo, Fatna Hamid, una mujer de 44 años que es madre de cinco, ha recibido a unas 50 personas en su casa en la aldea de Koufroune.

Me conmueve ver a estas personas.

“Me complace acogerlas, porque su situación es muy precaria”, señaló. “Muchas de ellas llegan con sus hijos, están enfermas o no les es posible construir un alojamiento para guarecerse. Por eso les abro las puertas de mi casa”.

Siendo madre autónoma, Fatna confesó que empatiza con la situación por la que atraviesan otras mujeres que huyen con hijos. Además, conoce a algunas de las personas que han estado llegando porque comercializa con comunidades cercanas a la frontera.

“Me conmueve ver a estas personas. Nos conocemos porque somos comerciantes. En ocasiones vamos a Sudán a comprar mercancía, así que saben que mi casa está aquí”, contó.

Una mujer y su hijo caminan en un paisaje árido

Haweya junto a su hijo de seis años, quien fue herido en un ataque contra su familia y, por tanto, tiene una cicatriz de gran tamaño en el abdomen. 

Entre las personas sudanesas refugiadas que se han hospedado con Fatna se encuentran Fatime Mahmoud Adoum, de 30 años, su esposo y sus cinco hijos.

“Siempre está buscando con qué alimentarnos”, detalló. “Sin embargo, permanecer aquí una o dos semanas es demasiado, así que debemos empezar a considerar que debemos irnos”.

Además de brindar asistencia de emergencia, previo al inicio de la temporada de lluvias, ACNUR y el Gobierno de Chad han empezado a reubicar a las personas refugiadas en un campamento de refugiados ya existente; este se encuentra a unos 50 kilómetros de la frontera.

Si no hacemos algo ahora, pronto será demasiado tarde.

“Si no hacemos algo ahora, pronto será demasiado tarde”, comentó Brice Degla. “Falta poco para la temporada de lluvias, apenas un par de semanas; y, si no brindamos asistencia, los caminos quedarán bloqueados y las personas refugiadas quedarán atoradas”.

Luego de perder a amistades y familiares por la violencia en Darfur, y viendo que hay casas enteras que han sido quemadas, Fatime no cree poder volver a Sudán pronto.

“El conflicto no ha terminado aún. No parece que vaya a haber una reconciliación, así que las personas tienen miedo de volver”. “Le ruego a Dios que impere la comprensión, de ese modo, quienes deseen volver a casa podrán hacerlo en el futuro”.