Un programa de prácticas abre las puertas del futuro a personas refugiadas y migrantes en Argentina
Un programa de prácticas abre las puertas del futuro a personas refugiadas y migrantes en Argentina
Adelmar se formó en ingeniería metalúrgica, y fue en ese campo que trabajó durante siete años en su Venezuela natal hasta que su sueldo ya no le alcanzaba. No quería irse, pero a medida que la escasez de alimentos y medicamentos se agravaba, y también los problemas de seguridad, finalmente optó por marcharse junto con su pareja, José Ignacio.
Cuando finalmente llegaron a Argentina, los dos habían agotado todos sus recursos. Necesitaban trabajar, pero no conseguían empleos formales. Fue entonces cuando comenzaron a repartir folletos en las peatonales. Aquello no tenía nada que ver con sus profesiones, pero necesitaban comer y pagar el alquiler.
“En una de las infinitas búsquedas de trabajo que realicé me topé con una conocida metalúrgica de Córdoba donde me supieron decir tajantemente: ‘acá no contratamos mujeres’”, cuenta Adelmar, de 38 años. “Ni mi experticia o experiencia valían. Me cerraron las puertas por el solo hecho de ser mujer”, explica.
Con su pareja, Adelmar acabó estableciéndose en Córdoba, una ciudad ubicada en el centro de Argentina. Fue ahí que, en 2020, nació el bebé de la pareja.
“Me puede llegar a abrir muchas puertas en un futuro”.
Su vida cambió nuevamente al año siguiente, cuando Adelmar se enteró de una convocatoria de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la Fundación para la Incubación de Empresas (FIDE) y la Municipalidad de Córdoba. Postuló y fue aceptada para hacer una práctica como ingeniera en una empresa de fabricación de autopartes.
“Ahora estoy cinco horas al día aprendiendo más del sector automotriz, y aun así puedo cuidar bien a mí bebé”, dice. “Busco la forma de ayudar a la empresa a crecer”.
Gracias al mismo programa, Abelis, una ingeniera de alimentos venezolana de 27 años, puede aprender y trabajar a la vez. Cuando llegó a Argentina, en 2017, se sentía abrumada: “Pensaba que era un país muy grande y yo era muy chica. No conocía a nadie”, recuerda.
Ella también se postuló para la convocatoria y fue aceptada. El programa le ha cambiado la vida. Mauro, su empleador, le facilitó material de estudio. Abelis pudo investigar y juntos comenzaron a desarrollar un proyecto de producción de microgreens (microalimentos), un proceso que va desde la siembra, germinación, riego y crecimiento, hasta la cosecha de los cultivos.
“Gracias al proyecto siento que estoy creciendo como persona y profesionalmente… me estoy desarrollando en un entorno orientado a lo que me especialicé”, explica. “Me puede llegar a abrir muchas puertas en un futuro”.
Carmen, una venezolana de 47 años, y su compatriota Sarai, de 29, realizan su pasantía en una empresa de diseño y producción de muebles de alta gama.
“Siento que estoy creciendo como persona y profesionalmente”.
“Pensé que al iniciar iba a ir de lleno a desarrollarme en el área de redes sociales y marketing, actualizar y realzar lo que ya estaba creado; pero me encontré en una situación dónde estamos viviendo un proceso creativo desde cero”, explica Carmen, quien llegó en 2021 a Argentina junto a sus tres hijos. Formada en comunicación, Carmen subraya el hecho de que la experiencia le “permite opinar y apoyar esta nueva colección en otras áreas que no es el marketing, lo cual me ha hecho sentir más valorada en cuanto a mi desempeño laboral”.
Un año después de su llegada a Argentina, Sarai, arquitecta de formación, decidió radicarse en Córdoba. Allí se vinculó con el Servicio Jesuita para Migrantes. A través de esa organización se enteró del proyecto. Ahora celebra el sentirse parte.
“He podido aplicar mis conocimientos y aportar opiniones en el proceso de diseño de una nueva colección”, dice, y agrega que espera que esta experiencia “abra nuevas oportunidades en mi rubro y un futuro en Argentina”.
Carmen apunta en la misma dirección: “Me está permitiendo ver más del ambiente laboral, además de relacionarme con nuevas personas… Estoy adquiriendo nuevas experiencias y conocimientos de las formas de vida en Argentina y Córdoba”.
El proyecto Inserción laboral en la ciudad de Córdoba: reforzar la empleabilidad y fortalecer el autoempleo para personas con necesidades de protección internacional, en coordinación con el sector privado, inició en septiembre 2021 y concluirá a fines de julio 2022. Se implementa conjuntamente con la Municipalidad de Córdoba y la Fundación para la Incubación de Empresas (FIDE), la primera incubadora de empresas del país. Actualmente, 15 personas de nacionalidad venezolana (13), siria (1) y palestina (1) están desarrollando prácticas laborales de 5 meses de duración en 14 empresas de Córdoba, y 15 emprendimientos desarrollados por personas de nacionalidad venezolana (14) y siria (1) están siendo apoyados. Las empresas que participan del proyecto son parte del ecosistema empresarial de FIDE, de sectores variados, incluyendo tecnología, robótica, industria automotriz, ingeniería electrónica, bioingeniería, investigación científica, reciclado, recursos humanos, educación, diseño de interiores y orfebrería.