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10,5 millones de refugiados recibieron atención médica en 2018

Comunicados de prensa

10,5 millones de refugiados recibieron atención médica en 2018

18 Julio 2019 Disponible también en:
Una doctora controla la presión arterial de un refugiado rohingya en una clínica de atención primaria de salud del ACNUR en el asentamiento de refugiados de Kutupalong, Bangladesh, junio de 2018.

A pesar de las cifras récord de desplazamiento mundial y la continua afluencia de refugiados, unos 10,5 millones de personas refugiadas recibieron el año pasado atención médica a través de programas de salud pública y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y otros socios.

Estos datos se desprenden del Informe Anual de Salud Pública de ACNUR, publicado hoy. 

El informe pone de manifiesto la situación en materia de salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene de las personas refugiadas, solicitantes de asilo y las comunidades de acogida afectadas en 51 países de acogida.

"Con la mayoría de los refugiados, el 84 por ciento, alojados en regiones en desarrollo donde los servicios básicos ya son limitados, los sistemas nacionales de salud necesitan ahora más apoyo que nunca para garantizar que los refugiados y las comunidades locales puedan acceder a servicios de salud esenciales y vitales", dijo El Alto Comisionado Auxiliar para las Operaciones de ACNUR, George Okoth-Obbo.

El informe muestra que entre los avances logrados en 2018, las tasas de mortalidad entre los niños refugiados menores de cinco años, un importante indicador de impacto en la salud en emergencias, continúan disminuyendo.

Las tasas de mortalidad de niños refugiados menores de cinco años mejoraron de un promedio de 0,4 por 1,000 cada mes en 2017 a 0,3 en 2018.

Esto es a pesar de la continua afluencia de refugiados, incluso de Myanmar, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, a países vecinos el año pasado.

El informe también destaca los importantes avances logrados en la inclusión de los refugiados en los sistemas nacionales de salud, algunos países han realizado esfuerzos considerables para ampliar las opciones para incluir a los refugiados en los planes de seguro de salud y otros pilares de la protección social.

En 37 países de acogida, la mayoría de los refugiados pueden recibir vacunas y tratamiento para la tuberculosis, el VIH y la malaria en igualdad de condiciones que los nacionales.

También continuaron los esfuerzos en 2018 para promover y facilitar el acceso a servicios integrales de salud reproductiva, incluida la salud materna y neonatal y la planificación familiar.

En el 80 por ciento de los países donde ACNUR apoya las actividades de salud, el 90 por ciento de las mujeres refugiadas tuvieron a sus bebés en establecimientos de salud con asistencia especializada, la medida más efectiva para reducir la mortalidad materna y neonatal, así como la muerte fetal.

Por otro lado, las áreas clave de preocupación en relación con la salud de los refugiados incluyen los brotes de enfermedades en contextos de emergencia. A lo largo del año, los equipos de salud pública y los socios de ACNUR respondieron a varios brotes que iban desde la difteria y el sarampión en Bangladesh, hasta el cólera y la fiebre hemorrágica viral en Kenia y Uganda.

La desnutrición también sigue siendo un problema de salud preocupante para los refugiados. Si bien se lograron mejoras en las tasas de malnutrición aguda global, uno de los principales indicadores de nutrición, en varios asentamientos de refugiados en comparación con el año anterior, ACNUR está sumamente preocupado por los elevados niveles de anemia y la persistencia en los altos niveles de retraso en el crecimiento entre muchas poblaciones de refugiados.

Si bien las causas de la malnutrición varían, la inseguridad alimentaria es un factor importante. Muchas operaciones de ACNUR han sufrido cortes cada vez mayores en la asistencia alimentaria en los últimos años y hay una tendencia creciente en el número de países afectados.

Los recortes a la asistencia alimentaria son particularmente preocupantes ya que los refugiados a menudo no tienen otras opciones legales para aumentar sus ingresos o acceder a alimentos. Muchos recurren a estrategias de respuesta potencialmente dañinas para satisfacer sus necesidades básicas que pueden aumentar los riesgos de protección, como sacar a los niños de la escuela para trabajar, mendigar y vender posesiones.

La integración de la salud mental en la atención primaria sigue siendo una prioridad. Las consultas de salud mental representaron menos del dos por ciento, 154.000, del total de consultas de salud de refugiados, unos 7,5 millones, en ACNUR y los centros de salud asociados en 2018.

Dados los niveles récord de desplazamiento forzado a nivel mundial y con 25,9 millones de refugiados en todo el mundo, ACNUR está solicitando apoyo para sostener sus principales actividades, como los programas de salud para refugiados. A mediados de 2019, solo se cuenta con el financiamiento del 30% del presupuesto global de ACNUR de 8.636 millones de dólares, que apoya los servicios y programas de salvamento en 131 países.

 

Consulte en el siguiente enlace el informe, disponible en inglés: https://his.unhcr.org/ar2018/

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